—¿Y si me voy corriendo?
—Te golpeo en la rodilla.
Kageyama suspiró.
No era fanático de lugares tan llenos de gente que no fueran estadios. Y odiaba usar traje; era incómodo.
Claramente Hinata pensaba lo contrario. Si bien se notaba que hacía lo posible para alejarse la prenda de su cuerpo, le quedaba de maravilla. Kageyama solo se estilizaba más con el traje: Su cintura se marcaba más, al igual que sus hombros y por lo tanto su espalda. Se veía malditamente hermoso.
Bufó.
—Me caes tan mal.
Y avergonzado, se fue de la sala. Naori y él lo miraron confundidos.
Naori tenía un traje casi idéntico al de su padre, solo que se había negado a usar corbata y tenía un moño. En el bolsillo del saco, un pequeño arreglo con flores pequeñas que parecían ser moradas. Su cabello estaba bien peinado, incluso sus rizos bien definidos.
—¿A qué hora va a salir señorita lloros?
—No seas tan malo con tu hermana —Kageyama protestó golpeándolo en la nuca. Naori se quejó—. Deja que se tome su tiempo. A parte todavía Nao no llega.
—Noa —corrigió.
—Es lo mismo.
—No, no lo es.
—¿Quieres otro golpe?
—Perdón, perdón.
En la cocina, Hinata miró su botella de jugo y suspiró. Repentinamente se había amargado y odiaba tener que aceptar que era por culpa de lo que sentía por Kageyama.
No podía haberse enamorado de un día para el otro. No podía ser tan idiota. Estaba enojado con él mismo por quedarse encantado hasta con el mínimo esfuerzo del pelinegro; una sonrisa era capaz de hacer que en invierno todo floreciera. Era tan molesto, Hinata lo odiaba. No quería sentirse así pero conforme lo pensaba, más sentía. Quería llorar, se frustraba con facilidad.
Obviamente Kageyama era una posibilidad ahora que no era el «malo» de la historia. ¡Pero no quería!
Pero es que...
—Ah, deja de pensar, cabeza insoportable.
—¿Qué pasa?
Alzó la mirada, encontrándose con el apuesto hombre entrando a la cocina. Sinceramente, besarlo ahora mismo no sería un problema. Sin embargo, eso sería un desastre.
—Nada —desvió la mirada.
—¿Y por qué actúas tan extraño?
Kageyama tampoco es tan idiota. Dice que tiene cara pero usa la cabeza de vez en cuando, más cuando se trata de Hinata. Es fácil saber su estado de ánimo porque lo conoce más que él mismo a pesar de los años, por eso le da gracia la situación.
Actúa nervioso, evita hacer contacto visual con él. Ahora mantiene una distancia y huye de sus momentos a solas cada vez que puede. Hinata es tierno actuando como un tonto.
—¿Por qué no me dejas en paz y vas a ver si tu hija no decidió tirarse por la ventana debido a una crisis?
—Nara está bien —Kageyama sonrió apoyándose en la mesa frente a él. Hinata instintivamente se alejó—. Naori también... tú no.
—Déjame, Kageyama.
—Solo quiero saber qué te pasa.
No sería capaz de saberlo porque estaba histérico pero sus mejillas estaban rojas. Kageyama sonría tan tranquilo y atractivo que su corazón se aceleraba. Esto no tenía sentido.
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Our Dad's Secret | Kagehina
Fanfic-Eres tan estúpido... -Pero soy más alto que tú. -¡Dios, eres insoportable! Los mellizos Hinata son bastante problemáticos cuando se trata de vóley. Y más cuando se enteran que Kageyama Tobio, el jugador favorito de Naori Hinata, es su padre. «No le...