Capítulo 20

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No fue difícil encontrar a Naori. Kageyama solo tuvo que salir para verlo caminar por aquel aburrido pasillo, dirigiéndose a la salida.

No se tardó mucho en llegar.

—Naori...

Y cuando iba a empezar con su discurso, tuvo que olvidarse completamente de él porque al abrir la puerta, afuera de la escuela, estaba lleno de gente.

Con cámaras y micrófonos.

Y todos se volvieron aún más locos cuando lo vieron.

—¿Papá...?

—Ah, mierda —murmuró tomando su brazo y entrando otra vez—. Mierda, mierda.

—¿Saldremos en televisión? Genial.

Kageyama entiende por qué su teléfono no dejaba de sonar. Incluso suelta a su hijo y lo toma, encontrándose con una llamada entrante. Otra vez.

—¡Kageyama Tobio! —El grito de su manager lo asusta—. Hace media hora estoy intentando contactarme contigo, ¡maldita sea! ¡Tu rostro está en todos lados!

—¿Por qué? ¿Qué hice?

Al notar que Naori quería salir otra vez, tomó su camiseta y tiró de él, ganándose un quejido.

—Los guardias de seguridad que tenías... Revelaron que tienes hijos y dónde te encuentras actualmente. Toda la farándula viajó a Japón solo para escucharte admitirlo.

—Tienes que estar bromeando.

—Estoy ahora mismo mandando un auto y seguridad para ti y tus hijos. Solo espera a que te llame otra vez, ¿si?

—Bien, gracias.

—Solo... no digas nada. Ni admitas nada.

—¿Tienes la prueba de ADN?

Naori prestó atención. Kageyama lo miró de reojo.

—Sí y son tus hijos, sin embargo no quiero que las cosas se confirmen así. Están manchando tu carrera con este escándalo y... ni siquiera he hablado con los representantes deportivos de tu club así que más te vale no decir nada.

—Está bien.

—Bien.

La llamada se corta. Kageyama ya desea que el día acabe.

—¿Qué pasó?

—¿Con qué?

—¿Por qué hay tanta gente afuera?

—Filtraron información, básicamente.

—¿Puedo salir? Quiero ser famoso.

—Cielos, no.

En dirección, Kageyama se encuentra a Hinata firmando algo. No le importa mucho sinceramente.

—Bien, tenemos problemas.

Y hay un silencio un cuanto incómodo. Por alguna razón, Hinata pensó que Kageyama seguiría con la oración.

—Sigue —pidió casi indignado. El pelinegro asintió.

—Filtraron información así que está lleno de reporteros afuera  —dijo rápidamente.

Hinata pensó seriamente en golpearlo, sin embargo dejó el bolígrafo y suspiró.

—¿Y qué se supone que tenemos que hacer?

—Nada. Esperar. Ya mandaron gente para directamente buscarnos.

—¿Y a qué...?

El teléfono de Kageyama volvió a sonar. Agradeció la rapidez de su manager al leer su nombre y una vez escuchó sus indicaciones, miró a Hinata.

Our Dad's Secret | Kagehina Donde viven las historias. Descúbrelo ahora