Capítulo 33

4.6K 663 431
                                    

—¿¡Te está gustando la fiesta!?

En algún punto de la noche, Naori perdió a Nara y Ren se lo llevó lejos. Atontado se dejó, incluso sin beber nada.

—Sí —habló sobre la música. Ren sonrió—. ¡Es divertido! ¿Tomaste algo?

—¡Sí, ¿tú?!

—¡No!

—¿¡Quieres un poco!? ¡Es refresco!

—¡Pensé que sería alcohol! —Ren rió y negó, dándole el vaso—. ¿¡No tomas!?

—¡Soy deportista profesional, niño!

—¡No me digas niño!

—¡Vamos a bailar!

Ren lo ignoró, tomando su mano y llevándolo a la ronda de gente. Naori observó el agarre y alzó sus cejas sorprendido, entrelazando sus dedos.

Bueno, quizás era un poco mentiroso y sí le gustaban los chicos. Algunos, una minoría. Diría que solo uno.

Pero no le gustaba hablar del tema. Y prefería ignorarlo en cualquier sentido, por más que su hermana, sin querer, lo supiera.

No sabe en qué momento el vaso se fue de sus manos y Ren tomó su cintura, cantándole sobre sus labios. Naori sentía su rostro arder de la vergüenza, deseando haber tomado algo. Sin embargo, como no lo hizo por tener un ojo en su salvaje hermana, ahora tenía que afrontar las consecuencias. Y esas eran el hijo único de Atsumu Miya.

—Eres realmente bonito, Naori —Ren dijo de tal manera que solo lo escuchó él—. Y me gustas mucho.

¿Sasha Miyuna? Bueno, le gustaba. Sin embargo, otra persona...

No tuvo tiempo para procesar los labios de Ren sobre los suyos. Naori sintió una vergüenza extrema y se alejó, riendo con el corazón latiendo desenfrenado. No es como si un beso fuera algo malo; era lo que era, pero él no sentía que lo que estaba haciendo estaba bien. No cuando había escuchado a Teo Tsukishima horas antes.

—¿¡Me excedí!? —preguntó con una mueca. Naori negó.

—¡No, tranquilo! Solo... no lo sé, ¡me tomaste por sorpresa!

—¡A mí también!

De repente, Nara se metió entre los dos. Ren la miró sorprendido al notar como ella tomaba una postura como si tuviera que defender a su hermano.

—¡¿Qué haces besándolo sin su permiso!? ¡Ya tiene a alguien, desubicado!

Cuando comenzó a golpearlo, Naori y Ren intercambiaron miradas cansados: Definitivamente, Nara estaba borracha.

—Entonces, de ahora en adelante yo empezaré a representarlo.

El hombre jamás pensó que llegarían eso. Sin embargo, se rindió y aceptó. Kuroo Tetsuro lo miraba serio aunque quizás también lucía un poco divertido. Kageyama no se había presentado a aquella reunión de muy último momento, estaba muy triste en el sofá.

Hinata lo miraba desde el salón. Kageyama parecía una oruga.

—Tienes que salir, Kageyama. Los Adlers ya han hecho mucho por ti.

Dijo monótono. Los ojos del menor se clavaron en él y negó.

—¿Cómo saldré afuera sabiendo que mi familia me arruinó la vida?

—Aprenderás a vivir con ello —respondió con un suspiro, acercándose a él. Kageyama se escondió abajo de las mantas—. Y ya te dije que nos tienes a nosotros.

—Pero... no lo sé. ¿Qué haremos con los niños? —Hinata se sentó en el suelo, a su lado—. ¿Cómo les diremos?

—Seremos sinceros. Son grandes y no podemos ocultarles otra vez todo... siento que por eso mismo también he arruinado sus vidas.

Our Dad's Secret | Kagehina Donde viven las historias. Descúbrelo ahora