Capítulo 28

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—La madre de Tobio nunca fue la más sonriente de todas. Por eso su hijo es así.

Sentado en la cocina, Naori observa a Yamaguchi preparar la cena. Es viernes por la noche y después del partido de Teo, regresó con él para poner en marcha su plan.

—¿Mi papá no se despidió de ustedes cuando se fue?

—No —dijo acercándole la cuchara a la boca. Los ojos de Naori brillaron—. Sopla un poco porque está caliente... Como decía, tu padre desapareció de un día para el otro. Fue muy extraño. Se supone que se tenía que ir mucho tiempo después, no para esas fechas.

—¿Ustedes ya sabían que se iba?

—Nosotros sí. No sé si Shoyo —Naori probó la salsa—. ¿Qué tal?

—¡Un poco de sal!

—He vuelto.

Teo regresó canturreando mientras secaba su cabello. El castaño le sonrió fugazmente y regresó su vista al peliverde.

—Mis padres últimamente andan muy juntos. No sé si están tramando algo.

—¿Por qué te importa tanto de todos modos? —Yamaguchi preguntó dándose vuelta—. Eso es asunto de ellos. Tú deberías estar, no lo sé, entrenando o jugando a algo.

Teo asintió, Naori le dedicó una mirada y suspiró.

—Aunque no lo diga, Nara también tiene dudas sobre todo. Y nuestros padres no quieren decirnos —suspiró—. Necesito descubrir la razón de por qué papá se fue, según él ni siquiera sabía que existíamos.

—¿Y no tienes indicios de nada?

—No.

Yamaguchi suspiró.

—¿Conoces a Ushijima Wakatoshi?

—Eh, sí. Increíble jugador —alzó sus cejas atontado. Teo soltó una risa.

—Él quizás pueda darte algo de información. Conoce a tu padre desde que tiene quince.

—¿¡Quince!?

—Naori —Teo lo miró molesto por alzar la voz. El castaño se avergonzó.

—Lo lamento —murmuró y regresó la vista al mayor de todos—. ¿Mi papá conoce a Ushijima Wakatoshi?

—Los dos —revolvió la salsa—. Pensé que lo sabías. Sé que Shoyo todavía tiene contacto con Bokuto Kotaro y todos los que juegan en los MSBY. Con Tobio debe pasar lo mismo.

—Tienes que estar bromeando... Voy a matar a mis padres.

—Gracias, papá. Ya lo enloqueciste —Yamaguchi rió cuando Teo puso los ojos en blanco—. Soy yo el que tiene que dormir con él, no tú.

Naori soltó una risa y lo miró enternecido.

—No te preocupes, que me abrazas y me calmo.

—No empieces con tu coquetería barata.

—¡Dame un beso, Teo-chan!

—¡Aléjate!

Kageyama suspiró cuando Hinata subió a su auto. El pelinaranja tenía una sonrisa en sus labios, seguramente producto de su jefe. Era muy molesto.

—¿Por qué tienes esa cara?

Hinata habló apenas subió al auto. Kageyama despertó en la realidad y lo miró.

—¿Qué cara?

—La cara que siempre pones cuando estás enojado. ¿Qué pasó ahora? —preguntó dejando su bolso en los asientos de atrás.

Our Dad's Secret | Kagehina Donde viven las historias. Descúbrelo ahora