Our Dad's Secret | Kagehina

Capítulo 24

—Ay no, papá va a jugar. Ay no, Dios mío.

—¿Quieres calmarte?

Nara preguntó indignada. El chico la miró en pánico.

—Papá va a jugar —repitió—. Y nosotros dos somos un asco jugando.

—¡Oye, no! Tenemos que ser positivos.

—¡Vamos, niños, ustedes pueden!

Hinata exclamó saliendo de la casa, con Kageyama y Leyla atrás de él. Tenían una red de vóley para situaciones como estas.

—¿Están listos para perder?

—Deberías preguntarte eso —Nara retrucó. Yuichi sonrió.

—Bien, ya estoy listo.

Kageyama se acercó a los tres, descalzo y sonriente. Naori lo miró con el pánico surgiendo en su estómago: Quería demostrarle a su padre que podía ser bueno pero tampoco se lo creía, así que tenía miedo de fallar.

—Me tiemblan las piernas.

—Solo... ten fé. Yo sé recibir y rematar, tu solo arma como lo sabes hacer.

Naori asintió, sintiéndose suavemente más seguro por las palabras de su hermana. Kageyama y Yuichi eran esos tipos sin piedad en la cancha, así que romperían sus brazos.

Suspiró.

—Sacamos los mayores porque somos mayores. ¡El mejor de cinco para entrar en calor!

Yuichi dijo sonriente. Naori lo miró, pensando que este se parecía un poco a Kuroo.

Solo que era un Kageyama.

El saque fue simple y corto, después de todo no estaban en una cancha real. Nara recibió sin miedo, solo que mandando un poco la pelota lejos de Naori. Este se movió por instinto y rápidamente la armó, dejando que su hermana se quede con el primer remate del partido.

Nara remató con fuerza, sin embargo Kageyama la recibió como si nada y en menos de un segundo, ya estaba rematando. Naori esta vez la recibió, solo que de los nervios, la pelota le quedó incómoda a Nara y perdieron.

—¡Vamos! —Hinata gritó sentado en un costado—. ¡Sé que ustedes pueden, no se dejen intimidar!

Naori estaba demasiado nervioso. Y Kageyama lo sabía, así que, para molestarlo, se encargaba de acosarlo con la mirada.

Por suerte, Nara notó esto.

—Bien, escúchame. No estás jugando con cualquier tipo —susurró. Naori no podía despejar los ojos de su padre—. Es Kageyama Tobio, tu maldito ídolo. ¿Y crees que lo vas a sorprender jugando así?

—No... —murmuró.

—Entonces, Naori —dijo entre dientes. El chico la miró—. Juega como sabes si quieres que tu padre se sienta orgulloso de tener un hijo tan talentoso.

—Eso fue lindo.

—Lo sé. Ahora concéntrate.

El segundo saque del pequeño partido. Nara recibió limpiamente, llegando a los dedos de Naori quien, al notar que un costado estaba vacío, pensó que lo mejor sería hacer una finta.

Y pensó que era punto para ellos, pero Yuichi se tiró para salvarla. Naori chasqueó la lengua y observó a su padre armarla alto, dejando cómodo a su rematador. Yuichi remató con fuerza, haciendo jadear a Nara.

Naori dió un salto, armandola de la misma forma que su padre y su hermana remató sobre los brazos de Yuichi. Kageyama armó y volvió a rematar.

—¡Nori!