Capítulo 9

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- ¿Pasa algo, cariño?- cuestiona Jos al verme detener mi baile.

- No. Necesito ir al baño- digo y los dos sienten.

- Te acompaño- ofrece Joni.

- No, descuida. Iré rápido- salgo caminando, o más bien corriendo, sin esperar que responda.

No esperaba verlo aquí y menos con otra mujer.
Eso hace que en mi interior sienta... ¿Celos? Ay no.

Pero claro, era de esperarse. Yo no tengo nada en comparación a esa rubia.

Salgo del baño luego de mojar mi rostro y corregir mi maquillaje.

Salgo aun cabreada por la situación pero trato de calmarme.

Sebastián es libre de hacer lo que quiera. No sé porqué me pongo así si el hombre no es nada mío.

Por eso no les dijo a sus guaruras que yo era su mujer como me había dicho a mí está mañana.

Busco entre la gente a Sebastián pero es casi imposible. Así que trato de localizar a Jos, Joni o Taylor pero ninguno aparece a la vista.
Hasta que alguien me toma por sorpresa de la cintura y susurra en mi oído desde la espalda.

- Me buscas a mí o a tu esposo- trago saliva duramente cuando su mano acaricia mi cadera y luego viaja a mi muslo izquierdo.

- A mi amiga, señor Hayes- respondo con todo el valor que pude reunir ante su presencia.
Besa mi cuello y su otra mano sube a mi escote.

- ¿No te da miedo que vean mis marcas de amor?- menciona acariciando mi seno al borde de la tela.
Mi presión se dispara y el calor comienza a subir.

- ¿No le da miedo que su novia lo vea conmigo?- refuto con el corazón al mil.

- No tengo novia. Tengo mujer- responde cerca de mi cuello.

- Em... Yo...- tartamudeo al sentir su tacto sobre mi pierna y mi escote.

- Bailemos- musita antes de alejarse y guiarme a la pista.

(Drink me)

Me toma de la cintura de frente a él.
Sus movimientos son lentos, sensuales y excitantes.

Mi gira y pega mi espalda a su pecho haciéndome desear voltear para verlo. En en cambio de ritmo me restriega en su entrepierna haciendo que sienta su gran erección en mi espalda baja.

Me aprieta y me gira de nuevo quedando de frente.
Alzo mi rostro y él acerca el suyo sin perder el ritmo.

Sus manos me recorren en un claro recordatorio de que ya lo conoce y mis manos tampoco pierden el tiempo.

Antes de que acabe la música, siento sus labios tan cerca que es imposible seguir resistiéndome y en un impulso, me pongo de puntas y lo beso.

Corresponde a mis labios y me aprieta a su cuerpo con sus fuertes brazos.

Su lengua explora mi cavidad bucal y siento el sabor de su bebida.
Jadeo cuando atrapa mi lengua para chupar y luego jugar con ella.

De no ser por sus brazos, ahora estaría en el suelo ya que mis piernas se debilitan.

- Quiero hacerte el amor, Gabriella- dice mordiendo mi labio inferior.

- Hazlo, quiero ser tuya de nuevo- respondo con la mente nublada por el alcohol o tal vez eso es lo que quiero pensar ya que no me reconozco.

Me besa con más ganas antes de soltarme y llevarme a la salida.

Una vez a fuera el aire fresco me estremece y él como todo un caballero coloca su saco sobre mis hombros.

MíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora