Capítulo 39

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Aprieto mis parpados al sentir la luz filtrada a través del ventanal.

- Vamos, querida. Hoy es tu gran día.

- Mmmm- me quejo sin ganas de levantarme. Pero un par de personitas me quieren quitar las mantas.

- Los niños estás ansiosos por ver a sus padres- menciona de nuevo esa voz.

- Eres una molestia, lo sabés, ¿verdad?- menciono.

- Pero me amas- menciona Jos. La miro y ruedo lo ojos.

Agarro a Susan primero y la acomodo pegando su espalda a mi pecho y luego hago lo mismo con Gabriel.

Pero cierta personita, o sea Susan, se gira para agarrar mi pecho.

La dejo tomar de él ya que en poco tiempo Marian vendrá por ellos para que las chicas y yo podamos relajarnos antes de iniciar nuestra preparación para la boda.

- Eres una cosita hermosa- menciona Joseline con voz boba al ver a Susan prendada del pecho.
La deja y se la entrego a ella.
Tomo a Gabriel y le doy el otro pecho.

- Debes darte prisa. Marian ya llegó y Taylor esta ansiosa por iniciar. Es la primera vez que se separa de su hija.

- Solo deja que termine Gabriel y me preparo- menciono mirando a mi hermoso hijo entre mis brazos.
Ambos n¡ños son la imagen de Sebastián.
Cabello negro y ojos azul hielo, casi grises.

Susan es más exigente y no le gusta esperar.

Dejo al pequeño en la cama ya dormido mientras corro a darme una ducha lo más rápido que puedo.

Al salir ya no están.
Me visto con un vestido de tirantes holgado y unas sandalias de piso.
Sin maquillaje, solo agarro mi bolsa junto a mi teléfono.

Bajo y ciertamente ya están todas aquí.

- Tenemos que irnos ahora mismo- informa Clara-. Tenemos el tiempo medido y exacto antes de la boda.

- ¡Y qué esperan! Vayan, vayan- exclama Marian con Susan en sus brazos.

Salimos entre risas y platicas. Nos montamos a la camioneta que conduce Peter, mi nuevo guardaespaldas.

******

(Seis horas después)

Luego de desayunar en el hotel, nos fuimos a hacer manicura y pedicura.
Seguido del masaje, explicación y depilación.

Ahora estamos sentadas con una bebida en la mano mientras nos peinan y maquillan.

- No sabes lo bien que lo estoy pasando- menciona Tay.

- Claro. Con ese tornado que hija que tienes cualquiera necesita cinco minutos para reiniciarse la vida- expresa Stacy a lo que reímos todas.
La pobre quedó traumada luego de cuidarla por un día.

- Chicas, tengo algo que contarles- todas miramos a Jos quien a estado callada todo el rato desde que llegamos.

- Cuenta el chisme, cariño- digo ansiosa.

******

Me asomo por la ventanilla de la limusina solo para darme cuenta que todavía falta para llegar a la casa que está a las afueras de la cuidad.

- Tranquila, faltan unos 40 minutos para llegar- se burla Clara.

Me siento ansiosa por llegar.
Tengo todo un día sin ver a Sebastián y también extraño a mis bebés.

En menos de un parpadeo llegamos.

- Escucha ahora, Gabi. Todo está listo para tu entrada. Pero hay un problema- miro ansiosa a Stacy.

MíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora