Capítulo 19

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Me siento impaciente, quiero que las horas pasen volando y así poder irme.
Ya no soporto estar aquí.

¡Maldita sea!

Hace unas horas llegó Jonathan.
Con su sonrisa de n¡ño bueno que no rompe ni un plato.

Veo a todos charlar y beber.

Estamos en el jardín de la casa ya que es la mini fiesta antes de irnos mañana temprano.
Ayer después de regresar del río, Karina me informó que llegaría hoy temprano su hijo.

Y así fue. Durante el desayuno llegó.
Creo que Karina sospecha que entre su hijo y yo algo anda mal.
Pues la mujer me dio algunos consejos para reconquistar a su hijo.

Ugh, de solo pensarlo me da nauseas.

Todos están entretenidos en sus charlas.

Decido subir a mi habitación al darme cuenta que nadie me observa.

Reviso la hora y suspiro al ver que ya es tarde para hablar con Jos.

- ¿Tan pronto te has cansado?- giro el rostro para ver a Clara en el umbral de la puerta.

- No soy de estar en fiestas- respondo y arrugo un poco la nariz sintiéndome atrapada como niña.

- Fue un día agitado. Yo también subí para descansar. Gustav se quedó para cuidar de Gregorio, ellos son mejores amigos- se sienta a mi lado en el sofá de la habitación.

- Así se conocieron- analizo.

- Si y no- ríe-. Yo lo conocí cuando estaba de viaje en Irlanda y quedé flechada. Pero no pasó nada, yo era una jovencita de 14 años- ríe de nuevo-. Pensé que jamás lo volvería a ver pero en la preparatoria en segundo año, llegaron dos nuevos alumnos. Él y su prima- rueda los ojos-. Yo estaba con mis amigas en pleno receso cuando un tonto me chocó y derramó su plato de espagueti en mí. Quería matar a la persona pero cuando estaba por reclamar, lo vi. Aquellos ojos miel que tiempo atrás me atraparon estaban frente a mí de nuevo. Su sonrisa tímida y su actitud nerviosa me calmaron. Pero antes de poder entablar alguna charla, llegó Gregorio para llevárselo y salvarlo de mi irá según él.

- Wao. Ustedes acostumbran a conocer a sus parejas de forma accidental y poco normal- menciono con una sonrisa.

- Oh, y eso que no has escuchado la historia de Stacy. Yo al menos lo conocí por un accidente de comida- dice entre risas-. En fin. Luego de ver que Gregorio era su amigo inseparable, decidí sobornarlo para ayudarme. Así fue como en el primer año de universidad nos hicimos novios por un tonto juego que después se volvió real y en el último año de la uni nos casamos. Y desde entonces llevamos juntos seis años- su mirada brilla con cada recuerdo que menciona.

Inhalo profundo al pensar en Sebastián. Nosotros también nos conocimos de manera extraña.

Ojalá pudiera contarle la historia, omitiendo ciertos detalles pero...

- Espero que seas feliz, Gabi. Él merece serlo- me toma de la mano haciendo que me de cuenta que no escuché lo que dijo después. Me muestra una sonrisa sincera que me hace sentir mal.

'Si supiera la verdad seguro no me diría esto'

- Bueno, ya fue mucha charla. Me voy porque seguro estás cansada y mañana tenemos un largo viaje de regreso a la cuidad- se levanta y se estira al tiempo que bosteza.

- Cuídate y descansa- menciono antes de verla salir.

- Igual, t... prima. Cuídate- sonríe maliciosa y frunzo el ceño.

'¿Iba a decir tía?'

Niego rapidamente antes de levantarme e ir a la cama.

Pongo seguro a esta puerta ya que la habitación es doble. Él puede dormir en el sofá.

Me acomodo después de cambiarme y desmaquillarme.

Coloco una alarma y me dejo caer en la cama. Solo en cuestión de minutos me quedo dormida.

*****

Miro a todos algo desorientada todavía.
El baño no me despertó del todo.

'Seguro me hace falta el café'

Me lamento de no haber escuchado la alarma y haberme retrasado, ahora estoy más dormida que despierta.

- Bien, iremos tal y como llegamos. Pero...- Karina me mira y luego observa a su hijo de reojo.

Parece molesto al telefono.

La veo suspirar.

- Ve con Sebastián. Jonathan seguro irá de mal humor- menciona Walter y agradezco.

- Bien. Si ya está todo listo, partamos de una vez- comenta Marcos.

Subimos a los autos y hasta lo último se queda Joni.

'Ojalá y se perdiera'

Sonrío ante mis pensamientos. Cierro los ojos pero de repente me llega el delicioso aroma del café.

Los abro y miro de reojo a Sebastián.

- Sé que lo necesitas para despertar- menciona antes de mostrarme un vaso térmico.
Mis ojos se iluminan ante lo que ven.

- Gracias, te quiero- menciono feliz al tomar el vaso.

Inhalo el aroma antes de darle un sorbo.

- Mmm, esto está delicioso- murmuro extasiada.

- Me pondré celoso del café- musita burlón.

- Tú estás más delicioso- lo miro y sonríe sonrojando sus mejillas.

'¡¡Sí!!'

- Sobre el viaje a Milán...

- Si no quieres, no tengo que ir. Le puedo decir a Clara que hay demasiado trabajo en la empresa.

- Iba a decir que organizaras todo para ir juntos.

- ¿En serio?- sonrío de oreja a oreja y él solo asiente con esa leve sonrisa que solo me muestra a mí.

Luego de eso, me recuesto en el asiento.
Cierro los ojos y me quedo dormida un momento, o al menos eso parece hasta que siento una leve caricia en mi mejilla.
Sonrío al saber quien es.

- Hemos llegado a su palacio, bella dama- susurra.

Abro los ojos y ahí están esos ojos que parecen hielo. Pero que solo conmigo se derriten y se convierten en dos fogatas ardientes.

Salgo del auto y de repente él me toma en brazos.

- ¿Qué haces?- digo entre risas.

- Tratando de ganarme tu favor para esta noche- menciona con una sonrisa traviesa.

- Quién eres y qué hiciste con Sebastián- bromeo.

- Tú lo cambiaste- se detiene en la entrada de la casa y me besa aún en sus brazos.

- Vamos a nuestra habitación. Seguro quieres descansar luego de un largo viaje- menciona al separarse de mis labios.

- Solo si me abrazas- paso mi dedo indice por su perfecto rostro.

- Debo ir a la empresa. Hay contratos que debo revisar y rechazar- sonríe como niño travieso.

- Entonces iré contigo. Soy tu asistente y no puedo dejar mi empleo. Qué dirán los empleados- finjo angustia.

- Nadie dirá nada. Y si se atreven, serán despedidos- niego divertida.

- Oye, cariño. Hay algo que no te dije- frunzo el ceño.

- ¿Que eres casada?- bromea.

- Oh vamos. Ese día ni pensar me dejaste- suelto una risa-. Hablo sobre Jonathan. Mencionó algo sobre perder una empresa y que esa persona al parecer no sabe- lo miro entrecerrar los ojos.

- Ya veo. Seguro escuchó a mi padre cuando hablaba conmigo.

- ¿Entonces sí hablada de ti?

- Me imagino que si. De quién más- responde con calma.

- Espera ¿Vas a perder tu empresa?

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MíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora