Mi cuerpo se siente agotado y todo mi cuerpo vibra todavía.
Estar con Sebastián es como subir a una montaña rusa.
Llena de emociones.Sonrío como colegiala sintiendo mi pecho lleno de felicidad y satisfacción.
Todavía me da miedo esto que comienzo a sentir por él pero me es imposible parar.No solo es deseo, es algo más y eso me quedó claro ahora que estuve lejos de él.
Lo extrañé y por mucho que evité no pensar en él, no resultó.
Antes de poder levantarme, la puerta se abre de golpe y veo a Jonathan entrar.
Frunzo el ceño al verlo quitarse la corbata con algo de torpeza y luego la camisa.
Camina hasta llegar a los pies de la cama y me jala del pie hacia abajo causando sorpresa.
- ¡¡Oye!! ¿Qué te pasa?- reclamo sorprendida. Cuando subí a la habitación, luego de estar con Sebastián en el baño, lo vi con sus primos bebiendo por lo que no le di importancia.
- ¡Me pasa que es hora de que mi esposa cumpla con sus obligaciones!- gruñe furioso.
Se lanza sobre mí y comienza a besar mi cuello. Siento su olor a licor y eso me alerta al máximo.
- ¡Jonathan, detente! ¡Esto no es parte del trato! No estás pensando con claridad- protesto angustiada.
- Me vale una jerga el contrato. Te quiero hacer mía- gruñe bajando a mi escote.
Sus caricias me causan asco y las lagrimas comienzan a rodar por mis mejillas.
- No Jonathan, no quiero. Esto es un abuso- digo con pánico. Mis manos están sobre mi cabeza agarradas con una mano de él y sus piernas a cada lado de mis caderas.
- Eres mi esposa. Para nada es un abuso- su voz suena algo ronca.
Baja mi escote y comienza a descender hacia mi seno derecho.
Todo me resulta repugnante, su tacto me escuece donde toca y no puedo hacer más que rogar porque se detenga ya que me tiene inmovilizada.
Pero es imposible, nadie vendrá a ayudarme o hará que este sujeto se detenga.Hasta que sorpresivamente lo hace y se aleja de mí de repente como si mi cuerpo le quemara.
Me incorporo en la cama sintiendo mi respiración acelerada y el miedo recorrer mi cuerpo. Su mirada es de odio cuando observa mis pechos e instintivamente me cubro con los brazos.
- Eres una...- veo ira y oscuridad en sus verdosos ojos-. ¡¿Con quién te estás acostando?!- se acerca peligrosamente y me toma del brazo con brusquedad alzándome de la cama.
- Me estás lastimando- digo haciendo gestos de dolor.
- ¡Responde! Con quién te ves a mis espaldas- me sacude con fuerza.
- No es de tu incumbencia- respondo entre dientes.
- ¡Eres mi esposa, Gabriella! Y estamos en casa de mi familia. No puedo creer que hicieras esto aquí. Eres una cualquiera- menciona con odio en su voz.
Una lágrima se me escapa ante su actitud agresiva y tal y como me agarró se suelta lanzándome a la cama.
- Carajo- murmura jalando su pelo con una mano-. Esto es tu culpa. No debiste poner tus ojos en nadie más- menciona colérico.
- Quiero el divorcio- musito ocultando mis lágrimas.
- Por supuesto que te lo daré- responde serio-. Pero primero debes pagar la deuda pendiente- agrega burlon-. Además Taylor todavía no...
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Mía
RomanceGabriella no imaginó que en su noche de bodas su esposo por contrato decidiera consumar el matrimonio. En medio de la noche se deja llevar por la pasión con la que él la toma y se olvida de todo. Al despertar luego de una noche larga, ella se encuen...