- Ah!... Sí... - Gimo para los dos caballeros de pelo blanco y pelo negro. Siento un azote en mi culo. ¿Por qué me excita tanto esto?
- ¿Ahora sabes lo que has hecho mal muñeca? – Pregunta el peli blanco dándome otro azote.
- ¡Ah! – Vuelvo a gemir. – ¡NO! – Chillo contestándole cuando otro orgasmo me golpea gracias a las atenciones que está poniendo el peli negro en la zona donde nunca nadie había visto hasta ahora.
¿Cómo había llegado a este momento?
HORAS ANTES
- Mama, ya tengo el cuerpo reventado y aún ni hemos empezado la fiesta. – Me quejo a mi madre que está viendo como los trabajadores me están atendiendo. - ¡Ah! – Me quejo cuando me han dado un fuerte estirón de pelo, me están haciendo el peinado entre que llega y no llega el vestido.
- ¿Seguro que Maddie tiene listo el vestido? – Me pregunta mi madre por octava vez. Esta más nerviosa que yo, y eso que soy yo quién debe hablar delante de centenares de personas.
- Sí, mama, sabes que Maddie nunca falta a su palabra. – Le tranquilizo.
- ¿Y por qué no llega ya el vestido? – Pregunta ansiosa y mordiéndose las uñas. Mala manía.
Como si dios la hubiese escuchado. Pican a la puerta.
- Madam, he traído el vestido de la señorita. – Dice el sirviente. Obviamente todos son hombres, pero pasan por una gran formación rigurosa para servirnos.
- ¡Al fin! – Dice mama. – Venga manos a la obra. – Y así empieza a ordenar a los diferentes sirvientes, para que yo quede perfecta, como toda una princesa.
Dos horas después estaba lista.
- ¡Estás bellísima! – Me dice mama llorando al verme.
- Mama, estas exagerando. – Le digo rodando los ojos.
- No, mira, gírate. – Me dice, ayudándome a darme la vuelta para verme al espejo, los zapatos que llevo me hacen más alta, pero empeoran mi patosísmo.
No puedo creer lo que veo. ¿Esa soy yo? Mi cabello rubio, está recogido por un medio recogido, en medio de este llevo una estrella de mar con una flor y el resto cae en cascadas onduladas. El collar delgado con una perla verde combina totalmente con mis ojos, los pendientes finos con la misma perla que el collar, hacen que mi cara luzca más brillante. El maquillaje sencillo, resalta mis ojos, el toque de rubor en los mofletes hacer que me vea inocente, pero el pintalabios mate hace que mis labios pequeños y gruesos se vean apetitosos como una cereza. Maddie se ha lucido con este vestido, resalta mi pecho, mis curvas y mi trasero respingón. Lástima que voy a sufrir con los zapatos. Espero no bailar mucho.
- ¿Entiendes ahora? – Me pregunta mi madre. – Eres toda una princesa. – Me dice con los ojos aguados, mirándome orgullosa de mí. – Solo té falta una cosa para verte como una reina. – Se gira hacia un sirviente que abre un estuche y de ahí saca una diadema. Se pone detrás de mí y me la coloca. – Ahora sí, estás perfecta. – Me dice.
Pican a la puerta.
- Ha venido ya tu príncipe. – Dice mi madre guiñándome el ojo. Yo me sonrojo por su comentario.
Eric esta guapísimo tiene un traje negro con algún toque en fucsia como los botones, las líneas del traje y luego su broche es verde. Combina totalmente conmigo. Me encanta. Nos miramos los dos arriba abajo, escaneándonos. Si no fuera porque dentro de dos semanas sabré quienes son mis compatibles, ahora mismo me lo comería enterito. Creo que me ¿escucho? ¿cómo? Se le endurece la mirada y los ojos se vuelven un poco más oscuros cuando he pensado eso. ¿De verdad podrá leer mi mente? ¿Será su super poder? Todos los aquamarinos tenemos tres poderes, tal vez el suyo sea ese. Tendré que preguntárselo.
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POSEAN
FantasyPrimer Libro - Saga Aquamarinas Año 2110, el mundo que se conoce a desaparecido y ahora la población femenina está en peligro de extinción, por ese motivo, se creó la Fracción de Organización de Compatibilidad (la FOC) y con ello las pruebas de co...