- ¿Liam? - Repito su nombre confundida. - ¿Eres un niño? - Le pregunto extrañada. Le observo para ver si me responde, solo recibo un asentimiento de cabeza y un gesto molesto. - Lo siento, con tus facciones, delgadez y pelo largo aparentas ser una niña. - Le explico intentando que no se moleste conmigo.
- Da igual. - Contesta él decaído.
- ¿Qué te ha pasado? - Le pregunto, mientras pienso que hacer para ganar tiempo.
- Me secuestraron. - Me dice el niño. - Me separaron de mi familia. - Ahí rompe a llorar. Yo no sé qué hacer. Nunca he sabido gestionar cuando alguien delante mía llora.
- Mi niño... - Le digo cabizbaja, me arrimo todo lo que más puedo a las barras de la jaula que está cerca de la jaula de él y estiro mi mano. Él al ver mi mano extendida no duda en cogerla y apretarla bien fuerte, mientras intenta controlar sus sollozos.
- ¿Quieres salir de aquí? - Le pregunto, intentando cambiar de tema. Veo como vuelve asentir. - Pues necesito que ganemos tiempo. - Le explico. - Tengo compañeros que vendrán a rescatarnos, pero hay que darles tiempo.
- Podemos cantar y bailar fuerte. - Dice el niño como si fuera la idea más maravillosa del mundo.
- ¿Cantar y bailar? - Le pregunto confundida.
- Sí. - Me contesta. ¿Por qué? Aún confundida me uno a la idea del niño, total no se me ha ocurrido otra cosa que hacer y esto parece divertido para pasar el tiempo.
- ¡Ey! - Intento llamar la atención de la chica humana enfrente mío. - ¡Ey! - Al fin me mira, aunque con esfuerzo. - ¿Me escuchas? - Le pregunto. Observo como asiente con la cabeza, creo. - Vienen a rescatarnos, pero necesitamos ganar tiempo. - Le explico entre susurros, no quiero que los extraterrestres nos escuchen. - ¿Puedes cantar y bailar? - Le pregunto. Veo como la chica estirada como un ovillo me mira confundida y como si estuviese loca. - Por favor, confía en mí. - Le suplico.
Al rato, siento como se levanta con esfuerzo para ponerse de pie. Yo hago lo mismo e inmediatamente el niño también lo hace animado. Observo como las otras hembras nos miran confundidas desde sus jaulas.
- ¿Qué cantamos? - Pregunto.
Y al poco el niño, Liam, empieza a cantar una canción dando golpes fuertes con sus pies en el suelo. Después le sigo yo cantando fuerte y también imitando el baile del niño, golpeando fuerte el suelo con los pies. ¿Por qué? No lo sé, pero si hace feliz a Liam por mi bien. Total, el objetivo es ganar tiempo y esta es una forma divertida de hacerlo y entrar en calor al mismo tiempo. La humana de enfrente mío empieza a chillar, más que cantar y nos imita con el baile de golpes con los pies. Seguidamente se nos une una de las hembras bestias donde su voz es dulce y a la vez fuerte.
- ¡¿Qué diablos estáis haciendo?! - Entra gritando de golpe el jefe de éstos y balanceándose como si no pudiese aguantarse de pie y solo quisiera huir del lugar. - ¡Parad! - Grita ordenándonos.
Sin embargo, su insistencia hace que nosotros gritemos y golpeemos con más insistencia contra el suelo. ¿Qué está pasando? ¿Por qué le afecta tanto? ¿Serán sensibles al sonido? No lo sé, pero sirve. Viendo la molestia del extraterrestre, las otras hembras de las jaulas se nos unen y el afectado empieza a gritar desesperado, el cual no tarda en volver hacia atrás para salir del lugar por la puerta. "¡Ole por Liam!", pienso.
- "¿Quién es Liam?" - Escucho en mi mente a Eric.
- "¿Eric?" - Pregunto en mi mente.
- "Ya estamos aquí, mi ángel". - Menciona Gabriel.
Minutos después de cantar, vemos como por la puerta de entrada entran mis 12 hombres armados y vestidos como los de la fracción de seguridad.
- ¿Estas bien? - Me pregunta Nathan tan pronto verme encerrada en la jaula.

ESTÁS LEYENDO
POSEAN
FantasiPrimer Libro - Saga Aquamarinas Año 2110, el mundo que se conoce a desaparecido y ahora la población femenina está en peligro de extinción, por ese motivo, se creó la Fracción de Organización de Compatibilidad (la FOC) y con ello las pruebas de co...