2. El comienzo

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Este capítulo está reescrito, no he cambiado el transcurso de la historia, pero si he añadido, así que si ya lo habías leído anteriormente, te animo a leerlo otra vez ahora, y si es tu primera vez, disfrútalo.

2. El comienzo

Harley

Septiembre de 2018

9 años

Hoy empezaban las clases, levantarme se me había hecho muy difícil, este curso en general lo era, no conocía a mis profesores, pero al menos mi clase seguiría siendo la misma, con los mismos compañeros, aunque sabía que habría caras nuevas.

Tendría que haber estado mentalmente más preparada, para observar a quién fue mi amiga, con su nueva mejor amiga del alma. Desde el curso anterior, me había alejado de ella y ella de mí, ahora yo estaba sola, aunque no del todo, en teoría tenía a Jess, una chica majísima, me apoyó y se acercó a mí desde el curso pasado. Ahora, después de tres meses de descanso, no sabía y dudaba de cómo serían las cosas.

Antes de salir de mi cuarto a desayunar me paré frente al espejo, no quería parecer preocupada. Mi padre me preparó un bol de leche con cereales, los cuales intenté no dejarme, pero tenía el estómago cerrado y cada cucharada se me hacía inmensa.

—Cariño, ¿Estás bien?

Asentí.

—Sí, solo estoy un poco nerviosa —le sonreí para sonar un poco más convincente. Él pareció creérselo, o simplemente no quiso indagar más, sabía que no me iba a sacar mucha información.

Mi padre se fue a trabajar y yo me quedé viendo dibujos animados hasta que mi abuela vino a llevarme al colegio.

Mamá nos había dejado solos hacía unos años, y las cosas fueron raras al principio, pero papá ya parece estar más feliz y yo bueno, me toca ver a mi madre algunos días, cosa que no me hace especial ilusión.

Sin darme cuenta ya estaba dentro del colegio a punto de entrar.

La clase era enorme, pero, lo que me impactó fue ver que las mesas estaban arrinconadas a las paredes del aula, dejando un gran espacio en medio. Este estaba rodeado de treinta sillas que intentaban formar un círculo, en el centro vi a un señor de mediana edad, intuí que era el profesor, y junto a él, había varios alumnos que reconocí bastante bien, escogí un sitio aleatorio, y estuvimos esperando a que las sillas quedarán ocupadas. En aquel entonces no lo sabía, pero aquel primer día, sería lo que detonaría todo.

—Bueno, buenos días a todos, yo soy William Scott, pero, yo no soy como mis compañeros, así que por favor llamarme Will o William y dejaros de Señor Scott, por favor, la sociedad ya ha avanzado demasiado para eso —Muchos nos echamos a reír, y él nos miró divertido, supe que Will sería el mejor profesor de la historia, una simple corazonada. Me miró haciendo desaparecer mi sonrisa, era muy introvertida y ser su centro de atención me ponía tensa, me señaló —Tú, ¿cómo te llamas?

—Harley Evans —la voz me tembló al tener las treinta miradas sobre mí, pero me dio un poco igual.

—Muy bien, un nombre precioso, pero dime como te gusta que te llamen. —la pregunta me descolocó, no tenía una respuesta clara, y lo que más me asustaba es que no había una respuesta segura, podía contestar y que todos se rieran de mí, así que después de meditarlo durante unos segundos encontré una respuesta sin margen de error.

—Harley está bien señ... Will —el aludido sonrió orgulloso.

—Bien, ya habéis visto a Harley, quiero que me digáis lo mismo, vuestro nombre de nacimiento, y aquel mote que os gusta, si yo tengo derecho a que me llamen como quiero vosotros también lo tendréis.

Y así pasamos dos horas, todos se presentaron y yo no escuche, no por maleducada sino porque los conocía a todos muy bien, no tenía por qué prestar atención, solo escuche y mire a Matt, él era rubio, pelo ondulado, y una mandíbula bien marcada, era guapo, pero no me gustaba, solo tenía 9 años y todavía no sabía qué era eso del todo, durante el curso pasado mantuvimos cierta relación de amistad, aunque no fue muy densa que digamos.

Pillé a Matthew mirarme un par de veces, y él me atrapó a mí, estuvimos así hasta que Will nos sacó de vuelta a la realidad y tuvimos que levantarnos, colocar las mesas y ponernos en un sitio, como no, Matt y yo en una especie de acuerdo no verbal decidimos sentarnos al lado, las mesas eran de cuatro o cinco personas, en la nuestra, teníamos a dos personas delante, Lily, mi anterior amiga, con la cual no me hablo, pero que echo mucho de menos, y a Jess.

—Atención, muchos estaréis ahora con gente que no conocéis, porque da igual los años que lleváis compartiendo clase, eso no vale nada en mi opinión, así que el ejercicio de hoy consiste en que habléis entre los cuatro o cinco de la mesa sobre cualquier cosa, luego yo pasaré para comprobar que de verdad lo habéis hecho, ¿de acuerdo? —se escuchó un sí rotundo de toda la clase, yo me acomodé en mi lugar.

—Bueno... Harley, ¿qué tal el verano? —el hecho de que Jess me estuviera hablando, me infló el pecho, aún me recordaba y le interesaba mínimamente.

—Bien, bueno, ya sabes, en casa y todo eso —no negaré que tener tres pares de ojos mirándome no me pusiera nerviosa —¿Y tú?, ¿qué tal?

—Ayudando en la tienda de mi padre, esa que está al lado del lago.

—¿La de pesca? —intervino Lily, a mí me dio una sensación de acidez y calor en el pecho al escuchar su voz de nuevo.

—Sí, esa, yo no quería ayudar, pero era eso o quedarme con mi hermano.

—Es verdad, tu hermano... —hice una pausa para intentar recordar su nombre —Jacob, ¿no?, Lo siento, soy muy mala para estas cosas —mi sonrisa tembló.

—Pues has acertado, en fin, el otro día...

Así fue como nos adentramos a una conversación—o monólogo de Jess, teniendo en cuenta que ninguno hablábamos—muy incómoda durante toda la hora, Jessica hablaba de ella todo el rato, me jodía porque se quejaba de su vida perfecta con frases como "ayer me enfadé con mis padres porque me compraron un modelo de móvil caro que yo no quería", junto a eso y la cara de los cuatro sin saber como reaccionar, recuerdo que pensé "tierra trágame" y, en cambio, a día de hoy desearía revivir esa conversación hasta el día de mi muerte.

Pensé que ese momento, donde le pondría punto y final a mi historia, sería más pronto, nunca imaginé que mi vida sería una llena de altibajos, problemas y más problemas, buenos momentos, y malos, demasiados malos, nunca imaginé que mi vida se resumiera en intentar contar con los diez dedos de las manos aquellos momentos que de verdad valieron la pena y que no me faltaran dedos para hacerlo, porque en aquella aula aún era una niña, con cero inocencia que ya había pasado tragedias más grandes que ella misma y que aún no sabía lo que le esperaba por delante, era todavía una niña que su edad mental superaba a la física con diferencia, porque eso hacen los traumas con nosotros, nos transforman, nos cambian, y para bien o para mal, nos hacen crecer, desconocernos a nosotros mismos para más tarde conocernos de nuevo, porque la persona de antes y la de después no tienen nada que ver, una es más dulce y la otra más borde, pero, al final, siempre se pueden congeniar para dejar crecer de manera sana a la personita que hay de por medio, y que, sin duda, mirándolo ahora con esta perspectiva, me atrevería a decir que no lo hice bien, pero, yo sé que aún me queda vida por vivir, al menos la viviré bien, o lo intentaré.

Holisss, segundo capítulo, este lo subí hace tiempo, pero, lo he editado y he añadido más material porque no me convencía del todo, teniendo en cuenta de que es de los primeros, quería hacerlo corto, pero tranquilos, que los iré alargando según avance la historia.

Espero que lo hayáis disfrutado, y, si pudierais dar estrellita y comentar, lo agradecería muchísimo. Chaoo

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