15. El collar (parte 2)
Matt
Noviembre de 2020
12 años
Cuando Harley se fue a su taquilla yo por mi parte preferí quedarme con Tina, esa mujer me fascinaba, las mil historias que tenía guardadas, y su pasión al contarlas eran fascinantes.
"Pero el tío guay no puede estar con una mujer de mediana edad, pasándoselo bien" este pensamiento en concreto fue el causante principal de mis malas decisiones, fue el motivo por el cual me aleje de esta espectacular mujer, aunque siempre intente justificarlo con que no la dejaba sola, siempre estaría Har para ella mientras yo era un imbécil.
Tina me estaba explicando como fue su boda, pero se calló cuando tuvo que abrir la puerta para atener a quien sea que la necesitaba.
—Hola, buenos días, ¿qué necesita?
—Hola, mi hija se ha dejado esto en casa, es muy importante... —Por la voz sabía de quién se trataba.
—Ay, esta niña... Últimamente, está muy despistada —el padre de Har le sonrió con educación.
Pero él desvió su atención cuando me giré de repente, y me topé con un par de ojos bastante familiares, él reaccionó primero.
—Matt, hijo, mírate, has crecido muchísimo, estás muy guapo.
A pesar de que no tenía mucha relación con este hombre, siempre desee que fuera mi padre.
—Tú también estás muy bien.
—Chorradas, yo ya estoy viejo —Tina, ajena a la conversación, carraspeó para llamar nuestra atención. —Sí, perdona, vengo a darle este collar a Harley, sé que es una tontería, pero es muy importante para ella —él tenía un collar en la mano en forma de estrella, lo había visto siempre en el cuello de ella, pero nunca pregunté —oye Matt, ¿Vais a la misma clase?
—Sí.
—¿Te importaría dárselo cuando puedas? Y por favor no lo pierdas, a la pobre solo le queda esto de su madre... —dejó la frase al aire, yo estuve dándole tantas vueltas que no me percaté de que volvía a estar a solas con Tina.
—Su madre... —dijo pensativa y confundida.
—No sé mucho sobre su madre, ella es muy cerrada en ese tema.
—Sí, bueno... —no acabo la frase, por lo que noté que ella sabía algo, pero no me dio tiempo a preguntarle —cuando su hermana aún estudiaba aquí, recuerdo que nunca vi a esa mujer, aunque entre los profesores hubo rumores, unos decían que su madre estaba muerta, otros, en cambio, que su madre las abandonó, y otros que no tienen madre, que su padre era gay y que la tuvo por madre de alquiler... ya ves, qué imaginación tiene la gente...
—Ni que lo digas, ¿y tú qué crees?
—Creo tres cosas, la primera, que ninguna de las teorías es cierta, que las dos chiquillas tienen una madre, pero no en condiciones óptimas —no entendí muy bien a lo que se refería, así que opte por aferrarme a que las otras dos, serían más claras.
—¿La segunda?
—Que será mejor que le preguntes, la gente puede hablar mucho, pero nadie sabe tanto como la misma persona, ella tendrá sus motivos para ocultarnos a su madre, pero, quien sabe, tal vez Harley tiene una madre trabajadora, que no para mucho por casa, o tiene algún problema, yo que sé cada familia es un mundo —esta me llevó a hace un tiempo atrás, donde Har me dio a entender que su madre trabajaba mucho, o eso quise entender, porque, cuando conocí a su madre, y esta dijo "Tú eres Matt, vaya, ¿es por ti que mi hija me ignora tanto?", era algo contradictorio, pero quien sabe tal vez el paso del tiempo haya distorsionado la información, y no lo recuerde tal y como fue.
—¿Y la tercera?
—Lo último es que creo que deberías ir a llevarle el collar.
—Pero aún no puedo, está en cla... —me callé en cuanto el timbre sonó y Tina me lanzó una mirada de "te lo dije", yo alcé mis manos en señal de rendición.
El pasillo estaba plagado de gente, por lo que se me dificultó poder verla de buenas a primeras, fue entonces cuando la visualicé, estaba preocupada, se le notaba, mientras iba hacia el baño de chicas, decidí interrumpirla, porque esto sería un segundo.
—¡Harley!
No dudé en gritar su nombre, en cuanto se giró, y conecte con sus ojos, un escalofrío me recorrió la columna vertebral, vi algo muy roto en ellos, vi el pánico junto a algo que no supe descifrar, ella temblaba de pies a cabeza en todo momento, y parecía que si le dabas un toque se rompería en mil pedazos, su respiración era muy irregular, iba a moverme, a ayudarla, no lo sé, ha hacer cualquier cosa para dejar de sentirme tan inútil, pero fue en vano en cuanto presencie, como si fuera a cámara lenta, el momento exacto donde explotó.
—¡Cállate! —me quedé parado, ¿Que narices le pasaba?, si hubiera sido otra persona, le hubiera preguntado, pero sabía que ella no se abriría por muchas preguntas que hiciera, así que decidí hacer como si nada.
—Ten, me han dado esto para ti — su mirada se desvió hacia el collar, percibí la sorpresa en sus ojos, pese a estar al borde de las lágrimas.
—Co-como...
—Tu padre ha venido y me ha dicho que te lo dé —la interrumpí, porque parecía que le costaba pronunciar cada palabra.
—Gra-gracias —ella lo cogió y por solo unos segundos sus dedos rozaron mi palma, la cual empezó a cosquillear con ganas de más contacto.
Me despedí con la mano, en un intento cutre de irme, ya que me dio la sensación de que ella ahora mismo lo que necesitaba era estar sola, y me equivoqué, aunque me faltaban unos minutos para darme cuenta del porqué.
La gente había desaparecido progresivamente, por lo que casi ya no había nadie, dejándome escuchar claramente como Har respiraba mal. Le di la orden a mis piernas de no detenerse, ella ya no era mi problema, si hacía falta me lo tatuaría, porque muy a mi pesar, cuando escuche sollozos, mandé a la mierda todo, lo que estaba moralmente bien y mal, me daba igual lo que pasaría después.
Cuando volví a donde había estado antes con ella, me la encontré pegada a la pared, su rostro lleno de lágrimas y su respiración hecha un desastre, la mirada perdida, y estaba pálida, muy pálida.
—Hey —dije con delicadeza, me fastidiaba verla rota.
Ella siempre decía "Soy una persona rota" pero yo no sabía hasta qué punto lo estaba, siempre parecía fuerte, si caía, se levantaba, pero hay veces que uno intenta subir muy alto, y la caída acaba siendo mucho peor.
No me contestó, estaba fuera de sí, me agaché y le tendí mi mano.
—Vamos, Har, vamos a otro sitio, aquí te pueden ver —sabía que a ella le daba miedo que la vieran débil, por eso se lo sugerí, pero negó con la cabeza, eso me asustó mucho más, estaba realmente mal.
—Está bien, no pasa nada, sube tus rodillas y pégalas a tu pecho, ¿puedes hacerlo? —ella asintió débilmente y obedeció, yo seguía de cuclillas delante de ella. —Está bien.
Me rendí, me puse a su lado, y le pasé un brazo por los hombros, ella reaccionó, y por un momento pensé que me alejaría, pero en vez de eso, se acomodó más contra mí, hasta esconder su cara en mi cuello.
Le estuve acariciando el pelo durante unos largos minutos, sentía sus calientes lágrimas en mi camiseta, pero no me importaba. Parecía que ya se había calmado un poco.
—¿Estás mejor?
—M-me cues-cuesta respirar —dijo entrecortadamente.
Sabía qué hacer, muy a mi pesar la aleje, y me puse arrodillado enfrente suyo.
—Vamos a respirar juntos, vamos Har —ella me miraba atenta, cuando yo inhalaba, ella también lo hacía, cuando yo exhalaba, ella me copiaba.
Pasamos así un rato más hasta que ella pudo respirar bien sin que yo la guiara, volví a sentarme a su lado, solo que no la estaba abrazando ahora, Harley estaba en su mundo, con la mirada perdida. De repente ella reaccionó, y miró hacia el collar, una parte de mí temió que volviera a empezar otra vez, pero en vez de eso, empezó a hablar.
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Los hilos que nos unen
Ficção AdolescenteHarley, una niña tímida y con un pasado oscuro que es mejor no mencionar, ella sobrevive hasta que junto al instituto llegan las hormonas y los sentimientos que muchos ignoramos en la niñez... Matthew, un chico guapísimo, que con su popularidad, la...