28 ✨ Happy birthdays

98 11 0
                                    

No era la primera vez que en el número 4 de Privet Drive estallaba una discusión durante el desayuno

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

No era la primera vez que en el número 4 de Privet Drive estallaba una discusión durante el desayuno. A primera hora de la mañana, había despertado al señor Vernon Dursley un sonoro ulular procedente del dormitorio de sus sobrinos.

—¡Es la tercera vez esta semana! —se quejó, sentado a la mesa—. ¡Si no pueden dominar a esa lechuza, tendrá que irse a otra parte!

Harry intentó explicarse una vez más.

—Es que se aburre. Está acostumbrada a dar una vuelta por ahí. Si pudiera dejarla salir aunque sólo fuera de noche...

—¿Acaso tengo cara de idiota? —gruñó tío Vernon, con restos de huevo frito en el poblado bigote.

Alya abrió la boca para decir algo, pero fue interrumpida por tío Vernon.

—Ya sé lo que ocurriría si saliera la lechuza.

Cambió una mirada sombría con su esposa, Petunia.

Harry quería seguir discutiendo, pero un eructo estruendoso y prolongado de Dudley, el hijo de los Dursley, ahogó sus palabras.

—¡Quiero más beicon!

—Queda más en la sartén, ricura -dijo tía Petunia, volviendo los ojos a su robusto hijo—. Tenemos que alimentarte bien mientras podamos... No me gusta la pinta que tiene la comida del colegio...

—No digas tonterías, Petunia, yo nunca pasé hambre en Smeltings —dijo con énfasis tío Vernon—. Dudley come lo suficiente, ¿verdad que sí, hijo?

Dudley, que estaba tan gordo que el trasero le colgaba por los lados de la silla, hizo una mueca y se volvió hacia Alya.

—Pásame la sartén.

—Se te han olvidado las palabras mágicas —repuso Alya de mal talante.

El efecto que esta simple frase produjo en la familia fue increíble: Dudley ahogó un grito y se cayó de la silla con un batacazo que sacudió la cocina entera; la señora Dursley profirió un débil alarido y se tapó la boca con las manos, y el señor Dursley se puso de pie de un salto, con las venas de las sienes palpitándole.

—¡Se refería a «por favor»! —dijo Harry inmediatamente defendiendo a su hermana—. No se refería a...

—¿QUÉ LES HE DICHO —bramó el tío, rociando saliva por toda la mesa—. ACERCA DE PRONUNCIAR LA PALABRA CON «M» EN ESTA CASA?

—Pero yo...

—¡CÓMO SE ATREVEN A ASUSTAR A DUDLEY! —dijo furioso tío

Vernon, golpeando la mesa con el puño.

—Yo sólo...

—¡SE LOS ADVERTÍ! ¡BAJO ESTE TECHO NO TOLERARÉ NINGUNA MENCIÓN A SU ANORMALIDAD!

Alya miró el rostro encarnado de su tío y la cara pálida de su tía, que trataba de levantar a Dudley del suelo.

—De acuerdo —dijo Harry—, de acuerdo...

SeptiternoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora