Era Quirrell.—¡Usted! —exclamó Harry.
Quirrell sonrió. Su rostro no tenía ni sombra del tic.
—Yo —dijo con calma— me preguntaba si me iba a encontrar con ustedes aquí, Potters.
—Pero yo pensé… Snape…
—¿Severus? —Quirrell rió, y no fue con su habitual sonido tembloroso y entrecortado, sino con una risa fría y aguda—. Sí, Severus parecía ser el indicado, ¿no? Fue muy útil tenerlo dando vueltas como un murciélago enorme. Al lado de él ¿quién iba a sospechar del po-pobre tar-tamudo p-profesor Quirrell?
Harry no podía aceptarlo. Aquello no podía ser verdad, no podía ser. Alya sabía que Snape no era el culpable, pero nunca se espero que el profesor Quirrell fuera el que estuviera detrás de todo.
—¡Pero Snape trató de matarme!
—No, no, no. Yo traté de matarte. Tu amiga, la señorita Granger, accidentalmente
me atropelló cuando corría a prenderle fuego a Snape, en ese partido de quidditch. Y rompió el contacto visual que yo tenía contigo. Unos segundos más y te habría hecho caer de esa escoba. Y ya lo habría conseguido, si Snape no hubiera estado murmurando un contramaleficio, tratando de salvarte.—¿Snape trataba de salvarme a mí?
—Por supuesto —dijo fríamente Quirrell—. ¿Por qué crees que quiso ser árbitro en el siguiente partido? Estaba tratando de asegurarse de que yo no pudiera hacerlo
otra vez. Gracioso, en realidad… no necesitaba molestarse. No podía hacer nada con Dumbledore mirando. Todos los otros profesores creyeron que Snape trataba de impedir que Gryffindor ganase, se ha hecho muy impopular… Y qué pérdida de tiempo cuando, después de todo eso, voy a matarte esta noche.Quirrell chasqueó los dedos. Unas sogas cayeron del aire y se enroscaron en los
cuerpos de Harry y Alya, sujetándolos con fuerza.—Eres demasiado molesto para vivir, Potter. Deslizándote por el colegio, como en Halloween, porque me descubriste cuando iba a ver qué era lo que vigilaba la Piedra.
—¿Usted fue el que dejó entrar al trol?
—Claro. Yo tengo un don especial con esos monstruos. ¿No viste lo que le hice al
que estaba en la otra habitación?Desgraciadamente, cuando todos andaban corriendo por ahí para buscarte, Snape, que ya sospechaba de mí, fue directamente al tercer piso para ganarme de mano, y no sólo hizo que mi monstruo no pudiera matarte, sino que ese perro de tres cabezas no mordió la pierna de Snape de la manera en que debería haberlo hecho…Hizo una pausa:
—Ahora, esperan tranquilos, Potters. Necesito examinar este interesante espejo.
De pronto, Alya vio lo que estaba detrás de Quirrell. Era el espejo de Oesed.
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Septiterno
Fiksi Penggemar"Dos mundos se alinean. La línea que los separa es delgada y frágil, pero está ahí. El poder, el amor, la lealtad... Todo es cuestión de elecciones, y a veces puede ser difícil decidir cuál es el camino correcto." ⚡Libro 1 - ✓ ⚡Libro 2 - (en proceso...