La llamé

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A ella yo la quiero tanto
que por eso la llamé.
Puede ser porque la extraño
y por todo lo que lloré.

Pero es que aún no pasé
de página y la quiero ver.
Me duele ya la cabeza
de tanto que en ella pensé.

Quiero que vuelva conmigo
porque con ninguna voy a sentir
lo que con ella yo he sentido
ni nos querremos como la he querido.

De males yo me olvidé
y pronto esa tarde la llamé,
no quería perder tiempo
y le rogué y le supliqué.

Con todos los regalos
que yo le hice,
porque es la diosa que amo
y por perderla estoy triste.

Yo no sé por qué la perdí,
pero de su partida me arrepentí
como si yo fuera culpable de ella
y de que no quisiera saber de mí.

Si la llamé no fue por sexo,
la llamé por algo que vale mucho más,
la llamé porque la deseo, la amo, la quiero.
La llamé por si a mi lado quisiera regresar.

Aunque ni fe en que vuelva tengo
pero ahí está la posibilidad.
Porque no dejo de luchar por ella
ni de en su puerta suplicar.

Llamándola cada día, a cada rato,
solo para decirle que la extraño,
que no sé vivir sin esa hermosa mujer
y no la olvido por más tiempo que haya pasado.

Y no entiendo ni por qué
ni cómo de mi vida se fue,
pero ruego por que a mi vida quiera volver
y por eso hace un rato la llamé.

Me puse a escribir por no pensar
en que ya no está conmigo
y mi mente aún más no dañar;
lloré tanto que ni lágrimas me quedan por soltar.

Lo Que Disfruto HacerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora