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Vera:

"Desde este día y para siempre me perteneces"

Las palabras que dijo se repiten y su pulgar se aprieta sobre mi yugular, se da cuenta de lo que causa en mi y me deja ir, retrocedo llevando mi mano al cuello y toso un par de veces.

¿Cómo es posible...?

¿Escape de un maldito como el guerrero joven y su padre y ahora termine con incluso alguien peor?

"Me perteneces..."

Me mira con esos ojos azules, pero oscuros y apenas recupero mi aliento.

—Aliméntate.—Me ordena.—Haz caso y saldrás de este lugar en cuestión de tiempo.

—No me apetece nada de lo que me des.—Observo el plato que no es de piedra.

¿Qué clase de comida es esta y porque todo esta tan decorado?

Me enfoco en lo que importa.

—Me quiero ir.

Y mi estomago suena, el sonríe de lado.

—Come, haz caso y saldrás de aqui pronto.—Repite y me mantiene la mirada, su mano cubierto en tela oscura me coge de la muñeca y me regresa al calabozo.—Come.—Vuelve a ordenar.

Y minutos despues escucho que vienen más personas, solo me mira y se marcha, mis ojos se dirigen a la bandeja de comida y mi estomago traicionero vuelve a sonar, la comida no se ve apetitosa por tanta decoración, pero el olor a pesar de estar frio...

Cojo los extraños objetos junto al mismo plato extraño y comienzo a comer.

Esta delicioso.



(***)



Despierto cuando me abren el calabozo otra vez, no hay rastro del rey en ningún lado, pero si hay hombres con trajes uniformados y mujeres con ropas similares a las que llevo, los hombres son los mismo que me detuvieron.

—Síganos por favor.—Me pide.

Lo hago, porque al menor descuido me iré. Sin embargo cuando me llevan por un camino largo dentro de la estructura, no puedo evitar dejar de mirar y por un instante observo la ventana, de donde se ve el muro de espinas.

Cierro los puños y llegamos a un lugar que esta cerrado, pero lo abren y una de las mujeres que me acompaña, me extienden la mano hacia el lugar.

—Su habitación.

Alzo las cejas y confundida acabo entrando, la misma me muestra el interior llamando cada cosa con su nombre, pero de todo lo que me muestra, lo mas acogedor se llama cama y cuando me tiro encima se siente diferente a como dormía sobre el suelo en el tipi.

—¿Es mía?

—Todo lo de aqui lo es.—Me responde la mujer.

Entonces los hombres uniformados ingresan a la habitación trayendo consigo...

—¿Qué es?

—Es para su baño.—Contesta ella.—Por favor desnúdese.



(***)


El Rey quiere una Reina (#6 Amores en la realeza)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora