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Vera:

Los truenos no me impidieron dormir esa noche, es más, dormí mejor que cualquier otra pese a estar consiente que para  todo lo que me habían enseñado en tierra quebrada, lo de anoche debería llevar el nombre de error, pero mi conciencia estaba tranquila.

No fue un error.

Un error no puede sentirse tan bien.

Soy la primera en despertar y el rey esta a mi lado profundamente dormido, con el cuerpo desnudo al igual que el mío, las sabanas color crema lo cubren como a mi y antes de darme cuenta estoy llevando la mano a su cabello.

Sonrio y paso la mano sobre los mechones oscuros, mi sonrisa se extiende y el se mueve entre sueños, detengo mi toque y observo su cuello.

Creí...

Me inclino parar mirar y con un reflejo rapido, el me sujeta de la muñeca, abro mucho los ojos y los suyos me miran cuando levanta la cabeza.

El deja ir mi mano y me la sujeto.

Se sienta sobre la cama y se pasa la mano por el rostro.

—¿Rey?

Intento moverme y arrastro la mano sobre la sabana, acabo sintiendo un espacio de ella diferente al otro y al descubrirlo veo la sangre prueba de que mi pureza se ha ido.

La cara se me enrojece.

—Mi reina.—Me llama, lo miro y el me mantiene la mirada.—¿Qué fue lo que te dije?

Que no me avergonzara... pero..

—Las criadas se encargaran, ponte la bata, voy a ordenar un baño para los dos.

¿Los dos? Los dos...



(***)



Y asi es, traen una tina más grande y unos minutos más tarde despues de que se marchan, Duncan ingresa a la tina.

—¿Te quedaras ahi?—Pregunta observándome y acomoda el cuello hacia atrás.

Reacciono y me quito la bata sin vergüenza, los ojos del rey persiguen mi desnudes con calma y me extiende la mano cuando llego a su lado, mano que acepto y con la que me ayudo a ingresar dentro de la tina, el agua esta caliente y me acomodo sobre sus piernas.

Me percato que tiene el broche en la mano y me lo coloca alzando mi cabello, nuestras miradas se encuentran y mi cuerpo vuelve a experimentar la misma sensación de anoche durante la tormenta.

Otra vez quiero....

Empieza a pasear el jabón sobre mi cuerpo mientras los ojos me miran y se lo permito, aunque eso empeora lo que siento, el jabón me recorre el cuello, los brazos, entre los senos, por los pezones y las caderas, mi obligo y...

—Déjame hacerlo a mi.—Pido cuando ahora lo dirige a su cuerpo.

No cuestiona y empiezo a enjabonar con la mirada suya puesta en mi sin parpadear.

Los momentos con el rey son asi de silenciosos, pero estos momentos y esos detalles me hacen sentir cómoda.




(***)


El Rey quiere una Reina (#6 Amores en la realeza)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora