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Vera:

Me hacia una idea de lo que vería cuando partimos hacia aqui, pero mi imaginación no fue tan grande como creí que seria, más allá del enorme palacio y su jardín  privado que de por si ya me dejaron impresionada, es la cantidad de "Nobles" como me explico Andrea y gente de la realeza que ha venido al igual que nosotros.

Escucho murmullos y miradas que estan sobre nosotros, o mejor dicho, sobre el rey, más de uno hablando sobre lo extraño que es que Duncan se presente, un guardia nos guía hacia adentro y volteo a ver detrás de mi  observando como gente del pueblo de Damaria se encuentra esperando en los jardines, mientras lo que no alcanzaron estan pegados contra las rejas que rodean la propiedad seguramente para la presentación de sus reyes cuando ya sean coronados o según eso me explico Andrea también.

Vuelvo mi atención hacia al frente y sigo caminando, cuido mis pasos, aunque tener sujeta al rey me facilita darlos, ocupamos un lugar cerca a lo que debe ser el escenario, hay dos sillas parecidas a las que tiene Duncan en su gran salón, la guardia esta formada en una fila y hay un hombre en el centro quien lleva una almohada con objetos reales, mientras otro lleva coronas más grandes que las comunes y que veo en los demás invitados.

Paso la mirada por todos, ignorando que más de uno ya dejo de mirar al rey para enfocar su atención en algo más "Sorprendente"

En mi y es que los tatuajes que llevo en mis manos no son difíciles de ocultar, sumado a eso la corona con espinas deja claro su duda si hasta el momento la tienen.

—Algo te incomoda.—Me dice el rey y lo miro.—Solo dilo y acabare con esa incomodidad.

Niego con la cabeza.

—No me incomoda nada, Duncan.

Su mirada permanece en el trono.—Te dije que detesto la mentira.

Voy a corregirlo, pero entonces mi atención se posa y no solo la mía, en la persona que acaba de entrar acompañado de dos mujeres a ambos lados, quienes llevan trajes de guerra, el es alto y de cabello rubio, debe rondar más de los 25 años por lo que parece y viste un traje blanco con dorado en las muñecas y botones.

—El rey Maddox de Carpathia.—Murmuran cerca de nosotros e inconscientemente le aprieto el traje a Duncan.

Carpathia....

Todo mi cuerpo se tensa.

Es el...

Ese es el  hombre  que ataca Tierra quebrada.





(***)




Asesino...

No puedo dejar de mirarlo, ni siquiera puedo apartar los ojos aunque quisiera y mi mente hace tantos escenarios, si fuera una guerrera  ya...

Ya le habría clavado el cuchillo en el cuello.

Observo a las mujeres que lo acompañan.

No,  guerreras. 

Ambas llevan armaduras donde lo necesitan, como en las rodillas y los codos, justo a muñequeras en los brazos, llevan faldas largas con telas trasparentes que se abren mostrando sus piernas, también llevan el ombligo descubierto y pecho oculto con armaduras, una trae el cabello recogido en una trenza que viene desde la raíz de la parte superior hasta las puntas y la otra lo tiene corto por arriba de los hombros.

El Rey quiere una Reina (#6 Amores en la realeza)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora