enséñame lo que sabes [finalizada]

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Toto

El lunes vi a Hamilton con mala cara en el aeropuerto. Russell me miraba fatal también. Me extrañaba que no estuviera con Cristina, ya que ella estaba por allí.

No entendía por qué mis pilotos estaban con esa mala hostia hacia mí, es decir, sí, fui un borde y un repelente durante la carrera y por eso prefiero no meterme en radio, pero tampoco es para ponerse así, ¿no?

-¿A ti qué te pasa? -lo miro.

-¿Sabes en la de problemas que te podríamos meter como abramos la boca? -soltó George, me quedé blanco.

-¿Cómo?

-Cristina me lo ha contado -dijo Lewis mirándome.

-Vale. ¿Y?

-Y que es tu alumna. Y que yo sepa, es ilegal.

-Sí, y como abráis la boca os vais a la puta calle.

A ellos también se les empalideció la piel. Ni ellos querían quedarse sin trabajo, ni yo quería problemas.

-Nosotros nos callamos si tú nos subes el sueldo.

-Hecho.

-Dos millones más -habló Russell.

Asentí y suspiré, ellos se fueron por otro lado e hicieron como si nada. Parece mentira que tenga que sobornarlos... Vi a Cristina, tenía cara de mala hostia. Quería ir a preguntar qué le pasaba, pero pensé que no era buena idea. Pero de pensamientos no se vive.

-Cristina, ¿te encuentras bien?

-Tú piloto es un gilipollas.

-Me he podido dar cuenta... ¿qué te ha hecho?

-Llamarme niñata. NIÑATA YO. Hostias.

-Más madura que él eres, que lo sepas...

-Le contesté, tu jefe no piensa lo mismo. Y se fue.

-¿Y qué más le dijiste...?

-Que no se tenía que poner así, que él tiene su vida y yo la mía.

-¿Y eso a raíz de...?

-Enterarse de lo "nuestro" -hizo las comillas con los dedos.

-Ah. Pues ahora me tienen amenazado los dos... -ella me mira-. He tenido que subirles el sueldo para que no abran la boca.

-Lo siento.

-Da igual... mientras callen todo bien. ¿Tú estás bien? Sé que a veces se pone agresivo, y para mal.

-Sí, no importa.

-Mañana en clase nos vemos -ella iba en un vuelo industrial y yo en jet privado.

-A lo mejor falto.

-¿Por?

-Jet lag.

-Tiene lógica. Te justifico la falta con gripe y que nadie diga nada.

-Gracias.

Le guiñé un ojo y llamaron a su vuelo.

-Pues... ya nos veremos.

-Adiós, reina.

Medio sonríe y se va. Yo suspiro, ya como se entere mi ex ahí sí que estaré realmente jodido. Solo rezaba para que nadie más supiera nada. Porque aunque esté mal, yo estaba encantado con la situación.

Cristina

Cuando aterricé fui a mi casa a dormir. Soñé con Toto, literalmente fue una recreación de lo que había pasado en ese cuarto. No me lo quitaré nunca de la cabeza... Pero aún así tendría que probar cosas nuevas cosas y no centrarme solo en él. Pero obviamente probar cosas nuevas no quiere decir dejarlo de lado. Nadie, y repito, NADIE dejaría de lado a un pedazo de hombre como él.