Cristina
Había quedado en casa de Toto con su hijo. Sonaba raro, pero así era. Por lo que tenía entendido él no estaría porque tenía una reunión, pero él mismo me abrió la puerta. ¿Qué cojones?
-Hola, López.
-Hola.
-Pasa, te esperan.
Asentí y subí escaleras arriba, donde estaba la habitación de él, que nada más abrir, me sonrió y abrazó.
-Está tu padre.
-Ah, sí... se me olvidó avisarte de que al final la aplazaron.
-No pasa nada.
-¿Entras?
-Claro.
Su habitación tenía montones de lujos. Solo le faltaba cocina y ya podía venderse como casa.
-¿Vemos una peli o algo?
-Claro, elige tú -me dio el mando.
Puse la primera que vi interesante y nos tumbamos. Él puso su mano sobre mi muslo y me acarició. Parecía que tenía más intereses.
-¿Y qué tal?
-Bien. ¿Y tú?
-Diría aburrida con las clases, pero no, así que bien.
-Con lo aburrido que es mi padre...
-Ay, pues que va.
-¿No?
-No.
-Pues suerte has tenido.
-Sí.
-¿Tienes novio?
-No, que va.
Él sonríe, tiene una sonrisa preciosa.
-Menos mal.
-Sí, ¿no?
-Sí, porque me interesas.
-Y tú a mí.
-¿Y por qué seguimos hablando? -acercó su cara a la mía.
-Puff... ni idea -sonreí.
Me besó, rodeé su cuello y disfruté del momento y de las sensaciones encontradas. Joder, ya me apetecía. ¿Sería igual de bueno que su padre? Comprobemos.
Metí las manos en su camiseta, provocando que él se la quitará. Tenía un torso increíble. Daba gusto mirarlo. Él me quitó la mía y empezó a tocar cada parte de mí piel, provocando un calor en mí que quería calmar con él. Besó mi cuello, mi hombro, mis pechos...
-Sí...
-Eres preciosa.
-Y tú.
Terminó por deshacerse de mi sujetador. Admiró mis pechos con deseo, deseo que yo también tenía.
-¿Con condón o sin?
-Con.
Busco uno en un cajón y nos deshicimos de la ropa que quedaba. Me moría por sentirlo. Entre besos me quitó la última prenda y se hundió en mí. Tuve que aguantarme los gemidos, dios.
-Ay dios...
-No quiero que nos oigan... -me tapó la boca.
Toto
No me lo puedo creer. Así cualquiera corrige exámenes. Están follando. Y no debería molestarme, que haga lo que quiera, pero tengo que admitir que estoy celoso. Celoso de mi propio hijo. Nunca esperaba que diría todas esas palabras juntas y en ese orden. Desearía ser él, quien esté entre sus piernas haciéndola gemir. Miré a Rosa, ella tenía tremenda cara de asco. No era la primera vez que lo oía.
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enséñame lo que sabes [finalizada]
FanfictionImagínate tener al profesor más sexy de tu vida y no poder resistirte a la tentación. Habrá problemas, tristeza, decepciones... pero al final, amor. ¿Quieres ver que ocurre en esta pasional, erótica y divertida historia? ¡Entra!