─Deja ver si entendí bien─ Asher colocó una de sus manos sobre su barbilla y recostaba el codo de esa misma mano sobre su rodilla, inclinándose hacia al frente. ─ Evan te enamoró y te engañó abandonándote sin decir nada el día de su cita, tus amigos lo sabían, pero te lo ocultaron por semanas y ahora te enteras de que tu chofer por muchos años es tu hermano. Necesitas encontrarlo y quieres que yo te ayude?
─¿Solo eso escuchaste? ─ No sé si fue correcto hacerlo, pero la desesperación hizo que explotara y le contará absolutamente toda la verdad. Vampiros, hombres lobos, los Jetrish, el collar. De seguro piensa que me volví loca e ignoró la parte sobrenatural de todo lo que le dije.
─Escucha Niki─ suspiró. ─ Yo también tengo que confesarte algo. ─ Me paralice.
─Ok─ trague saliva y respiré hondo preparándome mentalmente para lo que sea que tuviese que decir.─ Habla.
─Yo también fui enviado a cuidar de ti y de tu collar. ─ Abri mis ojos y me alejé un poco.
─¿Qué? ─su rostro se suavizo y me mostró una sonrisa triste.
─Entiendo que no confíes en mi o estes molesta conmigo por no habértelo dicho antes. Pensé que aún no sabías nada, y me mantuve lejos ya que tus amigos también te estaban cuidando. ─ se rascó la nuca y me inspeccionó el rostro tratando de descifrar mi expresión.
─¿Que eres? ¿Quién te envió? ─ dije más calmada. El rostro de Asher se veía tan sincero y emanaba tanta paz, sabía que decía la verdad.
─Soy un sabueso infernal. Mi familia se dedica a cuidar los bosques de la cuidad y las criaturas que viven en el. Si tu collar cae en las manos equivocadas podría ser terrible para el bosque y para quienes lo habitan. ─ me explicó.
─¿Un sabueso infernal? ─ Asher se dio cuenta de mi confusión e impresión, se rió y continúo hablando.
─En las antigüedades los sabuesos del infierno fueron creados para proteger las tierras de los demonios. Fueron entrenados para devorar todo aquello que entrara a los palacios o territorios. Una vez hubo una guerra entre el bien y el mal, y muchos de los sabuesos murieron para proteger la maldad, pero a los demonios nos les importo, no quisieron hacerse cargo de las familias que quedaron devastadas por culpa de ellos. Muchos murieron peleando mientras los demonios huían y se encondían dejando a los sabuesos pelear una guerra que no era de ellos. Los sabuesos se rebelaron contra el mal y desde esa guerra se convirtieron en los guardianes de los bosques, protegiendo a los más indefensos de todo mal.
─Entiendo─ fue lo único que pudo salir de mi boca. Asher soltó una pequeña risita dulce.
─ ¿Ahora, como haremos para encontrar a tu hermano? ─como iba a saberlo? por eso le pedí ayuda.
─No tengo idea─ contesté.
─¿Tienes alguna prenda del? ─ preguntó.
─¿Como? ─ murmure.
─Alguna camisa, abrigo, guantes. Por favor nada de ropa interior─ comenzó a reír ─Soy un sabueso, prácticamente soy un perro, tengo buen olfato. ─ me guiñó un ojo.
─Si, déjame busco algo rápido. ─ me reí por el comentario que había hecho y me puse de pie para buscar algo que Asher pudiera oler.
Salí de mi habitación y me adentre a la que alguna vez fue la habitación de Kike. Todo estaba como cuando se fue, no se había llevado nada. Mis padres insistían en dejar todo aquí esperanzados con la idea de que algún día regresarían. Mentalmente agradecí por eso, y comencé a rebuscar. Agarre una camiseta del sesto de ropa sucia para que así fuera más fuerte su olor y la búsqueda fuera mas efectiva. Regrese a mi habitación y mi mamá acababa de dejarnos la comida y se había marchado. Cuando entre me encontré con un muy hambriento Asher devorando su plato de comida, me reí haciendo que el volteara a verme con los ojos muy abiertos.
─Siento mucho no haberte esperado, tenía demasiada hambre─ tragó la comida que tenía en su boca y me dedicó una sonrisa divertida con una pizca de vergüenza.
─No te preocupes─ me senté en la cama y tomé mi plato para comenzar a comer.
─Por cierto, tu mamá cocina riquísimo. ─ confesó sin dejar de mirar su plato. Su comentario me causó gracia y ternura y es que no mentía. Mi madre tenía unas manos bendecidas y cocinaba exquisito. Estoy segura que si no hubiera sido empresaria sería chef. Una gran chef.
Minutos mas tarde terminamos de comer y Asher se dedicaba a oler la camiseta de Kike.
─¿Eso te funciona?─ pregunté esperando con asias su respuesta.
─Si, esto me ayudará. Me la llevaré, así podré pedirle ayuda a mi padre. Definitivamente dos sabuesos serán mejor que uno. ─ todo sea por encontrar pronto a mi hermano.
─Muchas gracias Asher, no sabes lo agradecida que estoy. ─ lo abracé.
─No tienes nada que agradecer, Niki. Para eso somos amigos─ me devolvió el abrazo. ─ bueno ahora me retiró, mientras más rápido empiece a buscar, más rápido lo encontraremos.
Acompañé a Asher a la puerta, se despidió de mis padres y se fue, cuando me di la vuelta los ojos de mi madre me miraban con una pizca de alegría y curiosidad.
─¿Qué?─ Pregunté confundida ante la mirada de mi madre.
─Y ¿ese chico guapo?─ hizo un baile con sus cejas y se acercó a mi.
─Mamá, por favor─ La mire─ No estoy para eso.─ Ella sabía parte de lo que había pasado con Evan. Sabía que me había enamorado y que también fui "abandonada" por ponerle un nombre al acto.
─Hija, se como la haz pasado pero no te puedes atar a algo que no fue y despues de tanto al fin te veo sonreir y fue a causa de Asher─ Evan si fue, fue mi primer amor, mi primer beso, mi primer novio y mi primera desilusión pero era algo que no le iba a decir. Sabía que mi madre no me lo decía en mal plan pero ella también estaba sufriendo al verme así y solo trataba de animarme.
─Lo sé, es un buen chico─ me límite a decir para luego ir a mi cuarto.
(...)
En las últimas semanas Asher y yo nos habíamos convertido en buenos amigos. Seguramente dejó que me acercara a él porque no tenía quien lo celara o le gritara por estar cerca de mí. Desde el día uno Asher fue muy amable conmigo a pesar de la situación con Evan, mantenía su distancia para evitarme problemas y para evitárselos él. Nuestra amistad creció cuando Evan decidió salir de mi vida para siempre. Y por tal razón recurrí a Asher para que me ayudara a encontrar a mi hermano. Su paz, tranquilidad, confianza y seguridad me daban esperanzas de que con el podía encontrar a mi hermano.