Nos encontrábamos en la entrada de nuestra casa, a solo unos pasos de encontrarnos con nuestros padres, a unos segundos de contarles toda la verdad. Esto de escuchar los latidos del corazón de otra persona era ensordecedor cuando aún no lo podías controlar.
─Tu corazón me está volviendo loca─ le agarré la mano a mi hermano, antes de tocar el timbre.
─Lo siento no puedo controlarlo, más adelante aprenderás a acostumbrar el oído.─ mi madre fue quien abrió la puerta y sus ojos se dirigieron a Kike.
─Oh gracias al cielo, haz vuelto, nunca lo dude─ los brazos de mi madre arrullaron a Kike. Era una hermosa escena. Al principio mi hermano dudo si abrazarla, pero luego de unos segundos sus brazos la envolvieron. Sabía que estaba asustado. Mis ojos eran dos peceras llenas de agua a punto de desbordarse.
─Madre, tenemos que hablar contigo─ mi madre palideció. Se hizo a un lado para dejarnos pasar.
─Entren, vamos a la sala─ una vez sentados en la sala frente a mi madre ella carraspeo─ ¿Estan saliendo? ¿La embarazaste?
─Eww, no madre─ Kike se burló de mi desagrado. Realmente se veía feliz.
─Soy guapo, no lo puedes negar─ dijo nervioso con una pizca de diversión.
─Si, te pareces a tu padre─ dije haciendo que Kike me sonriera nervioso y mi madre luciera confundida─ Puedes llamar a papa?.
─Claro─ mi madre fue en busca de mi padre.
─Tranquilo, todo estará bien─ agarré su mano y la acaricié con el pulgar.
Mi padre entró a la sala y le dio un abrazo a Kike. Ellos le tomaron cariño y lo vieron convertirse en el hombre que era hoy en día, lo amaban como a un hijo más, pero lo que no sabían es que él, era su verdadero hijo.
─¿Porque nunca me contaron que antes de mí, hubo otro bebé? ─ mis padres se tensaron y se les veia nerviosos.
─¿Como lo sabes? ─ preguntó mi padre.
─¿Porque me lo ocultaron? ─ agarré las manos de mis padres.
─Nos sentíamos culpables, siempre nos hemos culpado de lo ocurrido, tuvimos miedo de contártelo y que tú también nos culparas y no nos perdonaras nunca. ─ mi madre comenzó a llorar. Vi las ganas que tenía Kike de abrazarla, pero no se atrevió.
─Jamas fue nuestra intención ocultártelo, perdónanos por favor─ mi papá no se atrevía a mirarme a los ojos, tenía su cabeza agachada mientras hablaba.
─¿Que ocurrió?─ Pregunté. Las miradas de nuestros padres se encontraron y mi madre suspiro mientras mi padre le asentía.
─El día del parto llegó, estabamos muy felices de recibir a nuestro primer hijo. Los dolores eran insoportables y me invadía el miedo─ mi madre contaba la historia con una sonrisa triste en sus labios, era evidente que le daba tristeza y que esa escena jamás la iba a olvidar.
─Decidimos ir al hospital, cuando llegamos la atendieron rápido. Mientras yo llenaba los papeles de la admisión a ella la llevaban a un cuarto─ Mi padre negó con la cabeza y respiro hondo─ Llene los papeles lo mas rapido que pude para poder estar con ella en el parto pero cuando termine ya había dado a luz.
─Suplique para que esperaran por tu padre pero el doctor dijo que ya no quedaba tiempo que el niño debía nacer y con la ayuda de las enfermeras traje a un hermoso niño al mundo─ Las lágrimas se deslisaban por las mejillas de mi madre sin parar, sufría al recordar como nunca pudo conocer a su hijo.
─Cuando entre a la habitación donde estaba tu madre se encontraba sola─ Dijo mi padre.
─Cuando tu hermanito nació rápido se lo llevaron de la habitación, según las enfermeras para evaluarlo y una vez terminaran lo devolverian a mis brazos─ mi madre se tapó el rostro con la manos intentando controlar su llanto para continuar hablando─ pero eso nunca paso.