Caminé lo más rápido que pude entre la gente para buscar a los chicos y decirles que había encontrado el collar y que Sarah Clermont lo llevaba puesto cuando las trompetas comenzaron a sonar indicando que el baile real iba a comenzar, señal de que tenía que posicionarme.
<<VAMOS NIKI, ENSAYASTE ESTO TODA LA SEMANA>>
Las damas y los caballeros formaban dos filas cara a cara con doce pies de distancia. De fondo sonaba un rico tango. Me sentía poderosa, con ganas de darlo todo en la pista. Las chicas daban pasos elegantes y sensuales hacia los caballeros mientras ellos daban pasos fuertes y firmes hacia nosotras. Pasos que detonaban en ecos, pasos hambrientos.
Las damas íbamos a ciegas, nuestros ojos cerrados esperando sentir las manos del caballero que sería nuestra primera pareja. Al sentir sus manos, abríamos los ojos siguiendo los pasos del caballero que nos guiaba por la pista. En los ensayos me costó mucho confiar mis pasos a la oscuridad. Dejarme llevar por la música y el ritmo no se me daba bien.
Sentí unas manos cálidas y suaves sostener las mías y escuche una risita escapar de sus labios. Cuando decidí abrir los ojos me encontré con un Nick sonriente guiándome por la pista, le devolví la sonrisa.
─Encontré el collar─ dije mientras me hacía girar y me volvía a pegar a su cuerpo.
─¿Lo tienes? ─ preguntó sin quitar la mirada de mis ojos.
─No, lo tiene Sarah─ contesté.
─¿Sarah? ─ dijo confundido.
─Sarah Clermont─ Nick frunció el ceño y con la mirada comenzó a buscarla por la pista.
─Si te topas con los demás chicos informales, trataré de bailar con ella─ susurró mientras me entregaba a otro chico.
El chico me tomo de una mano mientras me bajaba suavemente y me hacía girar sobre mis pies dos veces para luego levantarme y girarme nuevamente mientras cambiábamos de pareja.
─Hola dulzura─ escuché decir a Chase. Me sostuvo por la espalda y con delicadeza me inclino hacía atrás, lo cual me trajo el mal recuerdo de que me dejó caer en varias ocasiones en los ensayos exactamente en esta misma parte.
─Ay no─ solté en voz baja, haciendo reír a Chase.
─Sshh─ me hizo callar.
─Sarah Clermont tiene el collar. ─Chase tenía una sonrisa malvada y coqueta dibujada en su rostro.
─Yo me encargo─ dijo antes de soltarme y tratar de alcanzar a Sarah para bailar con ella. Lo que no ocurrió porque ella sostuvo la mano de otro chico. Me reí mentalmente, aunque sabía que habíamos perdido una gran oportunidad.
Las manos de otro chico acariciaban mis hombros con amor y dulzura, pero no tenía malas intenciones. Me abrazo por la cintura me cargo y giro suavemente.
─Niki─ susurró. Yo conocía esa voz. Mis ojos se llenaron de lágrimas aun sin ver el rostro de quien me sostenía. En un giro suave sobre mis pies quede frente a unos ojos color verdes que me observaban con amor.
─Kike─ una lagrima, se me escapó, pero de inmediato fue atrapada por las caricias de mi hermano.
─Hermana─ me sorprendí al escuchar esa palabra. ¿Como se habrá enterado?, no le di mucha importancia a eso porque en ese momento eramos solos él y yo. Me abrazo fuerte.
─Te hemos buscado por años, ¿donde haz estado? ─ dije desesperada.
─Lo sé, lo siento mucho─ la tristeza en su voz me rompió el alma─ pero ya estoy aquí hermanita, volví para nunca irme.
─ ¿Espera, como lo sabes? ─ estaba confundida.
─Tranquila, prometo que te lo contare todo luego. Ahora recuperemos tu collar. ─ dijo dándole fin al baile. La canción acabó y comenzó la última pieza.
Las luces se apagaron, y lo único que alumbraba el lugar eran las pequeñas linternas que se movían al compás de la música. La cancion era intensa, llena de deseo, pasión, lujuria, enojo, celos, dolor. El mensaje de la cancion era impuro, igual de impuro que el baile.
Unas manos me tomaron con posesión, aprisionando mi cuerpo con el suyo. Me dio vuelta y lujuriosamente me pego a su cuerpo con fuerza.
─Te tengo─ dijo, pegando su frente a la mía y fue cuando mis ojos conectaron con los suyos. Sus ojos estaban rojos, pero no tardaron en ponerse negros. Negros como la noche en la que se fue y me dejó.
De mi boca no salían las palabras, pero mi corazón gritaba su nombre. Hizo que diera dos pasos bruscos hacia atrás sin despegarme de su cuerpo. Le dio un pequeño golpe a mi pie derecho deslizándolo y haciéndome quedar a la altura de su cintura. Con sus manos agarro mi cintura, y me levanto del suelo para enrollar mis piernas en sus caderas. Su respiración agitada chocaba contra mí rostro, y mis manos rodeaban su cuello. Me bajo lentamente al mismo tiempo que una de sus manos pasaba por mi muslo y acariciaba la cadena de serpiente que llevaba puesta. Con una sonrisa traviesa se alejó para cambiar de pareja. Lo perdí de vista cuando escuché la voz de Asher.
─¿Te encuentras bien mi amor? te vez desorientada. ─ me sostuvo.
─Si, todo esta perfecto. Terminemos con este baile. ─ me abracé a él con fuerza. Sentía el pecho apretado, casi no podía respirar y sentía como poco a poco me invadía la rabia y la irá. Es un atrevido sin vergüenza, ¿como aparece después de tantos como si nada hubiera pasado?.
Mis ojos lo encontraron de nuevo, bailaba con Sarah. Sus manos acariciaban sus caderas y se miraban coquetos. Ella lo abrazo y el la sujetaba por la espalda mientras su boca dejaba besos por su cuello. Ella cerro los ojos e inclino su cabeza para darle más acceso a Evan. Yo estaba paralizada, mi corazón latía demasiado fuerte. ¿Qué me está pasando?. Su mano viajo a su labio inferior y lo acarició, comenzó a bajar por su cuello, pecho y senos. Se veía que disfrutaba lo que hacía. Los labios de Sarah emitieron un gemido inaudible. Respiré hondo y enterré mi cabeza en el pecho de Asher. Mi corazón no sentía dolor, sentía ira. ¿Como se atrevía? . Las dulces caricias de mi novio me tranquilizaron.
Y así dio por terminado el baile real