𝙰𝚖𝚊𝚛𝚒𝚜 𝙷𝚎𝚕𝚕𝚖𝚊𝚗 𝚢 𝚕𝚊 𝙿𝚒𝚎𝚍𝚛𝚊 𝙵𝚒𝚕𝚘𝚜𝚘𝚏𝚊𝚕

9. Halloween

﹏Zancas de rana, diente de ajo... ¿Por qué huele a calcetines sucios?﹏

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Sonreí burlonamente hacia la mesa de Slytherin. 

Malfoy estaba tan sorprendido de vernos que casi deja caer su copa nada más vernos entrar al Gran Comedor como si nada hubiese pasado. "Ustedes son como la hierba mal, nunca muere" -escuché la voz de Avery en mi cabeza mientras yo arrastraba los pies hacia la mesa Gryffindor con cansancio.  "Ahora entiendo" -murmuró y salió de mi cabeza. Definitivamente tenía que pedirle a mi abuelo que me enseñara Oclumancia cuando fuera a navidad, estas interferencias a mi mente no me dejan ni dormir por temor a que descubran algo que no deben.

- Amaris, ¿Qué te sucedió? -la voz de Dean me saca de mis pensamientos- Pareces un muerto en vida.

Le fruncí el ceño algo ofendida y me miré por el reflejo de una copa que cogí de alguien en la mesa Ravenclaw -me miró mal la chica, pero yo no le presté atención- y confirme lo que decía Dean: Parecía un zombi. 

- Una tarea a último momento -mentí, encogiéndome de hombros mientras le devolvía la copa a la chica como si nada- Con la emoción de ayer en las Lecciones de Vuelo, se me olvido una tarea. 

Dean asintió y volvió a entablar conversación con Seamus, quien escuchó con atención todo lo que dijimos. 

Miré a Harry y esté se volteo a verme con cansancio y algo de alegría en los ojos. De verdad, teníamos aspecto zombi, pero estábamos muy alegres por la sobrecarga de adrenalina que tuvimos ayer por la noche. Harry, Ron y yo habíamos acordado que aquello fue una excelente aventura y había que repetirla -claro, exceptuando lo de casi ser devorados por un Cerbero. Aunque después de estar de acuerdo en eso, no paré en todo el camino de recordarles que tenía razón al igual que Hermione, cosa que no les gusto, pero al final aceptaron que teníamos razón sobre eso -de mala gana, pero nos dieron la razón.

- La próxima vez confiaré en tus instintos -dijo Ron, alzando las manos con cansancio- Así que, si ves que estoy siendo un idiota, tienes permiso de darme un golpe. 

- ¿Acaso no lo tenía? -inquirí divertida, alzando una ceja y escuchando a Harry reír entre dientes. 

Cuando nos sentamos en la mesa de Gryffindor, Harry nos contó sobre un paquete que había sido llevado de Gringotts a Hogwarts por Hagrid. "Lo sabía" -pensé en ese momento, dejando de escucharlos cuando empezaron hablar de bobadas sobre lo que debía ser ese paquete. "Además del Cerbero, ¿Habrán más desafíos para entrar? No lo dudo, por lo menos varios profesores debieron haber puesto trampas anti-bobos para que no consiguieran lo que sea que guarde el perro con tanta facilidad. No dudo de Defensa Contra las Artes Oscuras, tampoco de Transformaciones, Encantamientos y Pociones. También podría ser Herbología o algún acertijo referente con Astronomía" -pensé, metiendo un pedazo de empanada de pollo a la boca. "Hmm, que delicia" -pensé, saboreando la empanada. 

- Es algo muy valioso o muy peligroso -escuché que dijo Ron a Harry.

- O las dos cosas -opinó Harry, volteando a verme- ¿Tú que opinas, Amaris?

Mordí un pedazo de mi empanada y la mastiqué rápidamente y la tragué.

- Opino que esta empanada de pollo está deliciosa -dije, mostrando la empanada hacia ellos- Mírenla... tan jugosa... tan magnífica...