﹏Estudiantes nuevos y el misterioso Aeron﹏
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El incidente del huevo de dragón desaparecido era el único tema que se había tocado en casa en todo lo que iban mis vacaciones. No me atreví a hacer algún comentario sobre Nicolas Flamel por lo delicada que estaba mi abuela y lo nervioso que estaba mi abuelo -aunque eso no quiere decir que no busqué por mi propia cuenta.
Cualquiera lo estaría.
No todos los días entras en un refugio de dragones con la más alta seguridad en el mundo mágico y hurtas un huevo de dragón como si nada. Esquivar las defensas que montó mi abuelo en ese refugio que eran tan buenas que le hacía competencia a las que había en Hogwarts misma.
Las cartas y vociferadores iban y venían casi todos los días hasta mi último día de vacaciones, donde mi abuelo decidió intervenir por el bien de mi abuela y suyo. Aquél día decidimos desconectarnos de todo aquello que nos estresaba y salimos a Londres, donde nos entretuvimos en una pequeña feria muggle en el centro de la ciudad. Aunque seguía nevando, habían muchos muggles en la feria. Algunos solos, otros con sus amigos y la gran mayoría en familia. Los niños muggle iban y venían corriendo alrededor mientras reían y gritaban con alegría mientras que los adultos muggles hablaban alegremente, pero los mantenían vigilados de cerca.
Los colores brillantes y neones del lugar daban una sensación como si estuviéramos en el Callejón Diagon. Habían varias carpas de todos los colores que pudieras imaginar. Puestos de comida, puestos de juegos y un solo puesto que se llamaba "La Bola Mágica" , custodiada por una adolescente.
- Vengan, pobres y tontas almas desafortunadas -hablo la joven ataviada de túnicas brillantes y abiertas en las caderas y en los mulos con cadenas de oro. Su pose era exótica y atraía la mirada de más de un hombre del lugar y, según mi parecer, eso la hacia sonreír más. No era bella, pero tampoco era fea. Tenía una belleza... extraña y eso era lo que llamaba la atención de más de uno. Era alta con una cara perfilada y morena. Tenía varias cadenas de oro que caían de su frente hacia los lados de su rostro, volviéndolo afilado. Tenía en cabello negro como la noche con varias trenzas a los lados de su cabeza y estas mismas tenían aros pequeños de oro. Pero no era eso lo que simplemente llamaba la atención de todos. Eran sus ojos. Ojos amarillos como los de la profesora Hooch. Cuando sus ojos se posaron en mí, una sonrisa maliciosa apareció en sus labios pintados de carmesí y dijo: - El futuro no deparará cosas buenas a aquellos que van con aquella de ojos claros y cabello como el oro.
Me detuve en seco y miré con el ceño fruncido. La sonrisa de ella se hizo más grande y miró a su alrededor, como si estuviese a punto de decir un secreto.
- Si quieres saber, tendrás que venir -dijo con voz misteriosa, entrando a la carpa de espaldas con lentitud. Pude ver como sus ojos amarillos brillaron en la oscuridad antes de desaparecer por completo en ella.
Me quedé mirando la carpa por unos momentos, decidiendo. Iba a caminar hacia ella cuando una mano en mi brazo me detuvo. Me giré de golpe y me topé que una mujer vestida igual que la chica de la tienda, pero en esta ocasión sus colores eran un poco menos llamativos y sus cadenas eran de bronce. Era alta y con una cara afilada y morena. Su cabello era castaño oscuro con algunas canas en las sienes tapado con un manto azul marino con cadenas que tintineaban cuando movía la cabeza mientras me inspeccionaba con detalle. Sus ojos azules tan profundos me mantenían en mi lugar, presa de la calma azulada de aquellos ojos.
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𝙰𝚖𝚊𝚛𝚒𝚜 𝙷𝚎𝚕𝚕𝚖𝚊𝚗 𝚢 𝚕𝚊 𝙿𝚒𝚎𝚍𝚛𝚊 𝙵𝚒𝚕𝚘𝚜𝚘𝚏𝚊𝚕
Fanfiction"𝑁𝑜𝑛 𝑒𝑠𝑡 𝑏𝑜𝑛𝑢𝑚 𝑣𝑒𝑙 𝑚𝑎𝑙𝑢𝑚, 𝑛𝑖𝑠𝑖 𝑝𝑜𝑡𝑒𝑛𝑡𝑖𝑎 𝑒𝑡 𝑎𝑑𝑚𝑜𝑑𝑢𝑚 𝑝𝑜𝑝𝑢𝑙𝑢𝑠 𝑎𝑑 𝑐𝑜𝑛𝑠𝑒𝑞𝑢𝑖 𝑒𝑎𝑚" Amaris nunca conoció a sus padres. Murieron cuando ella apenas tenía un año de edad. El mismo día en que fallecie...