Aventuras en dystopia. [Serie Dystopia #1]

Capitulo 7. Balón Arcano.

Sylvana, con una mezcla de orgullo y melancolía, observaba cómo Destiny se preparaba para una nueva etapa en su vida académica y personal. La designación de Destiny como mano derecha de la presidenta del consejo estudiantil era un honor indudable, pero también traía consigo cambios significativos, incluyendo la mudanza a un nuevo cuarto dentro del edificio del consejo. Aunque Sylvana sentía algo de envidia por la proximidad a los centros de poder, su alegría por el éxito de su amiga era genuina y la emoción de Destiny era palpable.

Mientras Destiny empaquetaba sus pertenencias, la atmósfera en los pasillos era de palpable expectación. Los estudiantes susurraban y lanzaban miradas furtivas, todavía conmocionados por la demostración de poder que Destiny había exhibido en la reciente confrontación mágica. La notoriedad había llegado de repente, y con ella, un nuevo conjunto de responsabilidades y expectativas.

Kieran, cargando uno de los pesados baúles de Destiny, no pudo ocultar su preocupación por los cambios que esta nueva posición implicaría en su relación. La idea de que las responsabilidades de Destiny pudieran mermar los momentos que compartían juntos le pesaba visiblemente.

—¿En serio piensas que no tendremos tiempo para hablar? —la pregunta de Destiny, cargada de un optimismo sincero, pareció sorprender a Kieran, quien necesitó un momento para reorganizar sus pensamientos.

—Kieran, solo voy a un nuevo edificio en la escuela, no a otra escuela por completo. No te preocupes, siempre encontraremos tiempo para hablar y pasar tiempo juntos. Eres mi amigo, no importa dónde esté, eso no cambiará— aseguró Destiny, con una sonrisa reconfortante que disipó las nubes de duda en la expresión de Kieran.

Al llegar a la entrada del nuevo cuarto de Destiny, Luna, la secretaria del consejo, detuvo a Kieran con una firmeza que no admitía réplica.

—Lo siento, pero solo los miembros del consejo pueden entrar a menos que sean invitados—, declaró Luna, dejando en claro las reglas del consejo.

Destiny, firme y sin vacilar, defendió el derecho de Kieran a acompañarla.

—Él es mi invitado— insistió, desafiando la autoridad impuesta por Luna.

Luna, sin embargo, no se dejó persuadir y rechazó la entrada de Kieran, provocando un intercambio tenso entre ella y Destiny. La fricción entre las normas del consejo y la lealtad a un amigo creaba una atmósfera cargada de conflicto.

—Es mi amigo, no deberías tratarlo así— insistió Destiny, su frustración evidente ante la actitud de Luna.

—Destiny, eres nueva aquí y aún tienes mucho que aprender sobre cómo funcionan las cosas en el consejo— replicó Luna, antes de guiar a Destiny a su nuevo cuarto, cerrando la puerta detrás de ella con un tono de finalidad.

Una vez sola en su nuevo espacio, casi vacío y esperando ser personalizado, Destiny se tomó un momento para absorber su nuevo entorno. Decidida a hacer de este espacio un reflejo de su personalidad y sus ambiciones, comenzó a transformar el cuarto. Con la ayuda de la magia, sus pertenencias encontraron su lugar; su báculo, armadura y libros se organizaron meticulosamente, y su escoba fue colgada con especial cuidado.

Ruddy, su compañero fiel, observaba mientras Destiny trabajaba, su presencia un recordatorio constante de las constantes que permanecían en su vida a pesar de los cambios. Al final del día, el cuarto comenzó a reflejar más que solo un espacio en el consejo; se convirtió en un verdadero hogar dentro de la Academia, un santuario personal donde Destiny podría recargar energías, planear estrategias y soñar con futuros aún por descubrir.

Después de acomodar sus pertenencias en su nuevo cuarto dentro del edificio del consejo estudiantil, Destiny sintió la necesidad de un momento de descanso y rejuvenecimiento. Se reunió con sus artículos de baño, se vistió con ropa cómoda, y salió hacia los baños comunes del consejo. En el camino, se encontró con Markus, un compañero estudiante, que la saludó con un entusiasmo nervioso.