Aventuras en dystopia. [Serie Dystopia #1]

Capitulo 10. Otro desafio.

La emoción palpable del primer partido de balón arcano reverberaba por todo el campo, y aunque Destiny se encontraba entre los espectadores, no podía sacudirse una sensación agridulce. Mientras observaba cómo sus compañeros de equipo se abrazaban y celebraban, un orgullo genuino se mezclaba con una pizca de decepción personal; no había sido seleccionada para participar en el juego, y la exclusión dolía más de lo que esperaba.

El partido en sí había sido una demostración de habilidad y resistencia. Markus, Garruk y Malik habían formado una línea defensiva casi infranqueable, repeliendo ataques con una fuerza impresionante. En el ataque, Thalara y Zephyr manejaban el balón con una precisión quirúrgica, mientras Janna dirigía a sus compañeros con la confianza de una líder nata. A pesar de su estatura diminuta, Luna había defendido la portería con hechizos defensivos que desafiaban su pequeño tamaño, dejando atónitos a los rivales y espectadores por igual.

Aunque al principio Destiny se había sentido aliviada de no estar en medio de la frenética acción, ese alivio pronto dio paso a un deseo ardiente de competir. Ver a su equipo luchar y, finalmente, asegurar una victoria por un margen ajustado, había encendido una chispa en su interior. Quería ser más que una mera espectadora; quería estar en el centro de la acción, sintiendo la adrenalina y la gloria que venían con el triunfo compartido.

La propuesta de Markus para continuar la celebración en el pueblo había sido recibida con entusiasmo. Destiny, acostumbrada a responder con sarcasmo, no perdió la oportunidad de añadir un poco de humor.

—Entonces, ¿esta ronda la pagas tú, Markus? —dijo con una sonrisa juguetona.

Markus, siempre el alma de la fiesta, respondió con una risa contagiosa.

—Por supuesto, pero solo para ti, —contestó con un guiño cómplice, provocando risas entre el grupo.

Mientras todos se apresuraban a prepararse, Darius se acercó a Destiny con una sonrisa burlona.

—Intenta no excederte esta vez, —dijo en tono de broma, pero con un brillo inusual en sus ojos.

Destiny lo miró, confundida por el cambio en su actitud usualmente reservada. —Prometo comportarme, —respondió, aunque la curiosidad por su sonrisa persistía.

Antes de que pudiera indagar más, Markus la envolvió en el grupo y la guió fuera de la academia. Caminando hacia el pueblo, Destiny seguía intrigada por Darius, pero sus pensamientos fueron interrumpidos por Janna, que se acercó con una expresión de preocupación maternal.

—Pareces distraída, Destiny. ¿Hay algo que te preocupe? —inquirió Janna, su tono lleno de una preocupación sincera que contrastaba con el ambiente festivo.

Destiny, consciente de que sus cavilaciones sobre Darius podrían parecer frívolas o inoportunas, se apresuró a disipar las preocupaciones de Janna.

—Es solo que estoy un poco cansada, nada serio, —mintió, forzando una sonrisa.

Janna la miró con ojos comprensivos. —Recuerda, Destiny, siempre habrá más oportunidades para demostrar tu valía. No te agobies por un juego.

Agradecida pero aún distraída, Destiny trató de devolver la conversación a un terreno más ligero.

—Gracias, Janna. Y no te preocupes, no es el juego lo que me molesta. Solo estoy pensando en... estrategias para el próximo partido, —bromeó, intentando ocultar sus verdaderos sentimientos.

Janna sonrió, aliviada de ver a Destiny más relajada. —Eso es lo que quiero oír. Disfruta de la noche, te lo has ganado.

Mientras seguían caminando, Destiny sintió la carga de sus preocupaciones aligerarse, sabiendo que tenía el apoyo de sus amigos y mentores. Aunque la incógnita de la sonrisa de Darius seguía en su mente.