Aventuras en dystopia. [Serie Dystopia #1]

Capitulo 19. Dragones Delta.

Destiny observaba con atención su nuevo entorno en el gremio de los Dragones Delta, un lugar que contrastaba notablemente con el lujo y la elegancia del consejo estudiantil. Aquí no había opulencia, sino un caos organizado, un aire de informalidad que impregnaba cada rincón. Los muebles desalineados y el desorden generalizado daban una sensación de libertad y camaradería que, aunque diferente, no dejaba de ser intrigante. Destiny, tras un momento de contemplación, se dejó caer en un sofá desvencijado, adoptando una postura de calma que ocultaba la tormenta de pensamientos en su interior. Darius la observaba con curiosidad, aún evaluando la decisión de haberla aceptado en su gremio.

—¿Qué esperas encontrar aquí? —preguntó Darius, su voz cargada de una mezcla de escepticismo y genuina curiosidad.

—Quiero saber con qué estamos trabajando —respondió Destiny, su tono serio, dejando claro que no estaba allí para jugar.

Darius soltó un grito estridente que reverberó por todo el edificio. En cuestión de minutos, varios miembros del gremio comenzaron a descender por las escaleras y a reunirse alrededor de ellos. Entre ellos estaba Kieran, quien se acercó a Destiny con una expresión que mezclaba sorpresa y preocupación.

—No pensé que Darius te aceptaría —comentó Kieran, lanzando una mirada a Darius que parecía cargada de esperanza—. Casi deseaba que dijera que no.

Darius frunció el ceño, claramente molesto por la implicación de Kieran. —He presentado bien mi caso —replicó con firmeza, defendiendo su decisión.

Mientras tanto, un joven con una actitud despreocupada se dejó caer en el sofá junto a Destiny, su tono lleno de desdén. —Así que te importa poco arrebatarle la "mascota" a Janna para ganar.

Destiny sintió un destello de ira recorriéndola, apretando el puño instintivamente. Parecía que esa era la percepción que algunos tenían de ella: un simple peón movido por ambiciones ajenas. Sin embargo, decidió mantener la calma y, en lugar de confrontar al joven directamente, activó sus auras para leer mejor a sus nuevos compañeros.

Uno de ellos, un joven mago con la habilidad de manipular el clima, captó su atención de inmediato. Destiny estudió su nivel mágico con detenimiento, sorprendida por el talento latente que detectaba en él. Darius, al parecer, había reunido a un grupo de individuos con habilidades que, aunque dispersas, eran notablemente poderosas.

Al acercarse a un enano de aspecto robusto, Destiny habló con una voz que combinaba respeto y desafío. —He leído sobre ti en los informes del consejo, Eldon Stonefist. Parece que este grupo es más que un puñado de revoltosos.

Eldon esbozó una sonrisa astuta, sus ojos brillando con un destello de orgullo. —Nos gusta mantener las cosas interesantes por aquí —respondió, su voz grave resonando con un eco de desafío.

Destiny asintió para sí misma, evaluando el carácter crudo pero prometedor de su nuevo equipo. Cada uno de ellos, a su manera, era un diamante en bruto, lleno de potencial, pero también de complicaciones. A pesar de los desafíos que representaban, Destiny sintió una oleada de emoción al pensar en las posibilidades que podrían alcanzar juntos.

Kieran, notando la expresión concentrada de Destiny, se inclinó hacia Darius con un tono medio en broma, medio serio. —¿Has visto esa sonrisa de Destiny? Esa que parece desquiciada —comentó, sus palabras llenas de una mezcla de temor y respeto.

Destiny, captando el comentario, dejó escapar una risa ligera. —Lo siento, no puedo evitar emocionarme al pensar en las posibilidades de victoria —admitió, masajeándose las mejillas para relajar su expresión, consciente de la intensidad que había dejado escapar.

En ese momento, una joven de cabello rojizo oscuro y ondulado, con rasgos finos y ojos verde esmeralda, irrumpió en la sala con una energía arrolladora. Sin dudarlo, se lanzó hacia Darius, rodeándole el cuello con los brazos en un gesto que hablaba de una familiaridad íntima.