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Arthit estira su cuerpo y realiza algunos ejercicios para calentar.

El gran salón es solo suyo esta tarde. Ha estado practicando a diario con el cuerpo del ballet y Choi, por las tardes - noches, después de terminar sus tareas regresa a ensayar su parte de la presentación para el homenaje a su madre.

Ella y su padre han estado viajando a Francia pasando mas tiempo allá, el mismo pronto tiene que ir, debe conocer el escenario y recorrerlo al menos un par de veces para medir sus saltos y giros.

Resbala un par de veces, sus piernas están tensas, esa mañana les indicaron ir por un masaje y descansar al menos un día, ve su mochila y sacude su cabeza.

Inhala y exhala volviendo a su pose, cierra los ojos para despejar su mente y vuelve a comenzar.

La música recorre su cuerpo y se deja llevar como si cada nota tuviera finos hilos ligados a su cuerpo y mandara sobre sus músculos.

Sonríe satisfecho cuando termina por completo.

Clap, Clap.

Su espectador le ve sonriendo, esta de pie con una botella de agua bajo el antebrazo izquierdo. Esos ojos orgullosos y sonrisa que en algún momento le enloquecían, suspira y camina por la toalla para limpiar su sudor.

- ¿Por qué practicar solo, si me tienes a mí? – abre con cuidado la botella de agua y la entrega al castaño.

- Esto no es algo que vaya a presentar contigo Choi.... – Toma la botella y bebe.

- Lo sé, pero aun así puedo ser útil.

- Lo pensare.

- ¿Te duele la pierna izquierda?

- Un poco.

- Toma asiento déjame revisar, quisa te quiere dar un calambre.

- No, solo me entro un poco de frio.

- Tienes miedo de que toque tus piernas, porque son un punto sensible. – el castaño le mira fúrico, ríe con cinismo y levanta las manos. – No piensas perdonarme. – una negación - ¿Qué podría hacer para tener tu perdón?

- ¿Era tu droga?

- Sabes que no.

- Arthit – se acerca con cuidado y acaricia la mano blanca – Te extraño...

- Desapareciste – da un par de pasos hacia atrás – no solo me abandonaste en ese lugar, desapareciste todo un año y regresas pensando que en todo este tiempo nada cambio.

- Por supuesto sabia que cosas cambiarían, pero no tu amor por mí.

- Pfff, quien ama no desaparece.

- ¿Crees que fue mi voluntad? ¿Crees que no intente tener un puto celular y llamarte?

- ...

- Ya te lo dije no te abandone, fue mi padre quien ayudo, pero el precio a cambio era alejarme de ti.

- ¿Y que yo dejara de bailar?

- Si, él pensó ambas cosas eran lo mejor para ambos y tu padre estuvo de acuerdo.

- ...

Danza a la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora