26. SABER TODO POR TI

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NARRA ALAN

Estos últimos meses han sido súper estresantes para mí. Tener que aparentar interés en Rebeca, actuar indiferente frente a Susy. Ver a mi hijo solo 3 veces por semana cuando muero de ganas por estar todo el tiempo con él y con Susy. Ella ha avanzado muchísimo en su recuperación, debido a el golpe recibido su lado izquierdo es el lado que más problema le ha dado al momento de volver a recuperar su movimiento. Me siento muy orgulloso de la mujer que es, fui un completo idiota en lastimarla y dejarla sola. Por más que quiero establecer una conversación con ella, es casi imposible. Nuestras madres son las que se ponen de acuerdo con todo. Me mata esta situación, pero también no quiero alterar su recuperación o causarle una crisis que ya no me permita ni acercarme a mi hijo. Sé que tengo muchísimo derecho en poder irme a lo judicial y pedir más tiempo con Khoa, pero mi centro es mantener a Susy tranquila. Ella no tiene ni la más mínima intención de hablar conmigo, pues lo he intentado cuando nos hemos quedado solos. Hace unos días que Rebeca regresó a Londres porque su madre estaba enferma ¿o era su padre? la verdad es que no le puse atención y no me interesa en lo más mínimo. Lo único que sabía era que el que ella no estuviera aquí, me hacía sentir más tranquilo.

—Cariño te tengo noticias, preferí hablar contigo porque eres el principal involucrado y porque necesito que tomes precauciones —me comenta mi abuela y por alguna razón eso en vez de darme algo de tranquilidad me causa todo lo contrario.

—Por tu manera de decirlo y por tu cara, sé que no es nada bueno lo que me dirás —dije algo ansioso. Mi abuela había venido hasta el departamento, sin avisarme, eso solo hacía que mi ansiedad se disparará al máximo. Conozco a mi abuela, la señora Jimena puede ser de armas tomar cuando se lo propone. Suspira y se acomoda mejor en el mueble.

—De acuerdo, ahora escucha con muchísima atención Alan. El padre de Rebeca es un hombre que había estado preso desde hace muchos años, pero ya está en libertad. Creo, no, estoy ciento uno por ciento que es la principal razón por la cual ella está muy interesada en ti. Ella es la hija de un enemigo de la familia —confiesa mi abuela y eso me causó escalofrío. Me puse de pie y caminé de un lado a otro. Pensando en que ella ha estado muy cerca de Susy, de mi hijo. Conoce y sabe muchas cosas que no debería.

—Abuela, pero ¿Estas consciente que me estás diciendo que Rebeca es la hija de un exconvicto enemigo de la familia y a estado cerca de mi hijo y de Susy? ¡Por Dios, abuela! Ella conoce muy bien a donde vivimos, la situación de todos nosotros. ¡Maldita sea la hora que caí como un idiota en su trampa! ¿Cómo te enteraste de esto? —pregunté super indignado porque estaba de lo más harto de esta situación. No sé cómo me permití siquiera seguir con toda esta mierda. No hubiera permitido que ella se quedara, la hubiera corrido desde que supe lo que le había enviado a Susy.

—Lo se mi niño, es por eso por lo que preferí hablar contigo todo esto antes que con tus padres. Si sabía que algo ocultaba esa niña, pero no sabía que tan grave era. Contestando tu pregunta, me enteré ayer. Cuando ella se fue de la manera tan brusca como me lo mencionaste. Pensé que algo no andaba bien y la mandé a seguir con las águilas y descubrimos que se fue a ver con él —dice ella mostrándome la fotografía de ella abrazando a un señor. Luego fotos de ambos entrando en una casa frente al parque.

Se preguntarán ¿Quiénes son las águilas? son agentes de la agencia de seguridad que mi abuela heredó de su padre, la mayoría son agentes encubiertos que trabajan de manera anónima ayudando a desmantelar redes de crimen organizado.

—Ahora que ya sabemos quién es, ¿Cuál es el siguiente paso? No me hagas mantenerme cerca de esa mujer —ella negó y eso fue un enorme alivio para mí.

—No, cariño ya no. Lo más importante es que ya lo sabemos, ahora sabremos cómo actuar. Estaremos preparados para lo que ella y su padre tengan pensado o planeado —menciona y por un momento sentí una enorme emoción.

—El único dilema ahora hijo, es saber cuáles serán sus movimientos ahora que ya su padre está de nuevo en las calles y eso es lo que más miedo me provoca. Antes posiblemente no actuaba mal para no levantar sospechas, ganarse la confianza de nosotros y utilizar eso a su favor. Ahora tenerla cerca es un peligro inminente —comenta y nuevamente la emoción que sentí hace un rato se esfumó. Caí pesadamente sobre el mueble frente a mi abuela, tomando las fuerzas que necesitaba para mencionar cuál sería el siguiente paso que daría.

—Lo primero que debo hacer es cortar cualquier tipo de relación con ella. Solo en ese momento sabremos qué pasa o cuáles son sus verdaderas intenciones al romper con ella —Ella asiente y el teléfono en mi pantalón suena. Me sorprendo al ver que se trata de Alana.

—Hola, ¿Todo bien Alana? —le pregunté algo dudoso porque Alana es la que muy pocas veces me llama.

—Estamos en casa de Susy. La verdad es que... no nos aguantamos y venimos cuando nos dijeron que Rebeca no estaba. Entre pláticas salió a relucir lo del mal entendido y Susy se ha puesto mal. Está inconsciente, en este momento su madre llamó a su terapeuta para que la venga a ver. Te llamo porque creí que era necesario que lo supieras —me puse de pie de inmediato asombrado y muy asustado. Mi abuela literalmente imita mis acciones, la llamada se termina y yo no salgo de mi asombro.

—Debo irme abuela, debo ir con Susy —ella asintió.

—Está bien cariño, ojalá tengamos suficiente tiempo para analizar lo que te dije —me menciona. Asentí y ambos salimos del departamento. Ella se fue por su cuenta y yo me subí a mi auto, después de unos 20 minutos llegué hasta la casa de Susy. Al llegar todos me quedaron viendo, saludé amablemente y me dispuse a buscar a Susy y no la vi en ningún lado.

—Su terapeuta llegó hace unos minutos están en su habitación —él solo hecho de estar con ese tal Roberto, me hace sentir una rabia indescriptible. Llegué hasta su habitación y ella estaba despierta, lucía muy cansada y tenía lágrimas en sus ojos.

—Los dejaré un tiempo para que puedan hablar tranquilos —dice el tal Roberto y por primera vez estoy de acuerdo con él. Le agradezco y él sale cerrando la puerta. Lentamente me voy acercando a Susy y ella no se aparta de mi cercanía. Lo que solo me hace querer estar más cerca de ella, por inercia me acerqué a ella, tomé su mano y le di un beso en la frente.

—Ya me contaron que sabes la verdad sobre que causó... —ella logra levantar su mano restándole importancia.

—Ya sé lo que pasó por tus hermanas y, en resumen. Ahora quiero escuchar y saber todo por ti.

Jugaste y sufríDonde viven las historias. Descúbrelo ahora