40. ¡LA ABUELA DE MI NIETO!

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ALAN

—¿A qué te refieres al decir que mi hijo está en una relación contigo? ¿Acaso te volviste loca Jia? —exclama mi madre cayendo sobre el mueble de la impresión.

—Lo que escuchaste Cecilia, tu hijo y yo comenzamos hace muy poco una relación. Después de estar en años de negación y peleando internamente entre prejuicios y discrepancias de la sociedad. Me atreví a darle una oportunidad a los sentimientos que tu hijo me hace sentir —dice Jia que para mi sorpresa estaba en el departamento. Recién acabamos de aterrizar de nuestro fin de semana en Zaragoza. Pasamos por la casa del abuelo de Susy para que Khoa descansara ya que venía un poco irritado del viaje. Mientras llevo a mi madre al departamento donde vive Aitor. Él estaba aquí a medio vestir era inevitable que mi madre no empezara con su hostigamiento desde ya. La señora Jia, mi suegra, estaba con su cabello desordenado y sus pies estaban descalzos. No se necesita ser tan inteligente como para deducir en qué tipo de situación estaban antes de llegar aquí.

—No, no, ¡No! ¡¡No!! ¿Como puede ser posible? Aitor es un niño Jia. Eres la suegra de mi otro hijo. ¡La abuela de mi nieto! ¡¿Que mierda te pasa Jia?! —grita mi madre viniendo hacia ella y le propina una cachetada. Aitor quien estaba al igual que yo algo lejos de ellas no lo pudo evitar a tiempo. Caminó hasta ponerse entre nuestra madre y Jia.

—No le vuelvas a pegar mamá. Amo a Jia desde hace mucho tiempo, desde que la conocí en el hospital cuando nació Khoa. Creí que solo era atracción sexual y porque ella era una mujer muy bella, pero no fue así. He pasado estos años amando a escondidas a Jia, conociendo todo de su vida, sus hijos. También me di cuenta de que es una mujer increíble, con un corazón de oro — le dice y mi madre comienza a reírse. Bajo la atenta mirada sorprendida de todos nosotros.

—No me vengas con esas mierdas Aitor, tú eres un niño que todavía no sabe lo que quiere. ¿Cómo me vas a venir a decir que amas a Jia? Todavía no eres lo suficientemente maduro como para poder estar consciente de una decisión como esta —le pregunta mi madre y la verdad que me sorprende demasiado su manera de tomar esto. Ella sabe perfectamente que mi hermano desde bien joven presentó ese gusto y admiración por la belleza de la mujer mayor. Aitor estaba por hablar cuando de nuevo el teléfono de mi madre sonó. Alguien la llamaba insistentemente, no era la primera vez que sonaba. Ella dudó, pero de igual manera contestó ante la insistencia. Al llevarse el celular a la oreja su semblante molesto y desafiante cambia por uno completamente preocupado.

—Luz, cálmate, así no puedo entender nada de lo que me estás diciendo —dice caminando hacia el otro lado del departamento. Mi madre se cubre la boca y no sé porque presiento que es algo muy serio.

—Ahorita mismo salgo para allá —menciona, esa fue la última señal de que algo muy serio estaba pasando.

—¿Qué sucede mamá? —interrogué una primera vez y fui ignorado, la segunda fue antes que volviera a tomar la maleta y caminara hasta la puerta.

—Esto no termina aquí —dice viéndolos a ambos. Luego su mirada se posa sobre mí y no dudo en ir hasta ella. Dejando a mi hermano con cualquier tipo de pensamiento dentro del departamento.

—¿Que sucede mamá? —pregunté y fue muy frustrante la mirada que me dio cuando entramos al elevador.

—¿Tú sabias de todo esto y de igual manera lo permitiste? —dijo rompiendo en llanto. Me podía un poco porque no creí que le afectará tanto ella siempre nos ha expuesto que el amor llega cuando tenga que llegar y que cuando suceda debemos cuidar, respetar y valorar. La diferencia de edad entre ellos es su único obstáculo es lo único entre ellos que los hace ser muy diferentes a otras parejas.

—Aitor lleva mucho tiempo enamorado de Jia, he sido testigo principal de un sin fin de intentos que mi hermano hizo para llegar hasta ella —levanta su mano mientras mira para otro lado.

Jugaste y sufríDonde viven las historias. Descúbrelo ahora