Jugaste y sufrí

18. NO SOY DIGNO DE TU AMOR

NARRA ALAN

Las palabras de la enfermera me han retumbado en lo más profundo. ¿Tan mal es la situación de Susy? Necesitaba saber más al respecto, le agradecí que me dejara cargar a mi hijo por primera vez. Salí de la habitación y llegué a donde mi familia.

—Vamos a sentarnos un momento —sugiere mi abuela y todos la seguimos hasta la sala de espera.

—Aitana cariño, ¿Qué pasó? Tú te ibas a quedar con ella —pregunta mi abuela y Aitana baja la cabeza.

—Así fue abuela, llegué hasta el edificio y la puerta principal no estaba abierta; le llamé a Susy y ella iba a bajar a abrirme. Luego escuché unos gritos desde la entrada. Una señora salió corriendo, pidiendo ayuda. Un señor gritaba por una ambulancia, subí hasta donde estaban algunos de ellos, miré a Susy en el suelo inconsciente había rodado, no sé cuántas escaleras. Su cabeza sangraba muchísimo, había pegado contra un gran tubo que sostiene el barandal y había sangre entre sus piernas. Llamé a la ambulancia y llegué con ella hasta aquí. Fue cuando las llamé a las dos, el resto ya lo saben —mi corazón martillea fuertemente en mi pecho al imaginarme la angustia que mi pequeña muñeca debía haber vivido. Apreté mis puños al pensar que, no hubiera sido tan idiota, posiblemente todo esto no estuviera pasando. Ni ella ni nuestro hijo estuvieran sufriendo. Una lágrima corre por mi mejilla, es tan frustrante la sensación de culpa que siento.

—Susy no volverá hacer la misma —dice mi padre y fijé mi mirada sobre él.

—¿A qué te refieres con eso? —le pregunto ganándome su intensa mirada.

—Explícate, tío, ¿Por qué dices eso? —pregunta Aitana.

—He visto los exámenes realizados a Susy y hay bastante daño en su lado izquierdo y cerebelo. Al primero se le conoce como hemisferio izquierdo y se encarga del lenguaje verbal, también se encarga del pensamiento lógico, racional y de la memoria. Está especializado en extraer y almacenar información. El cerebelo es el que controla toda habilidad motora, es el que ordena a nuestras extremidades moverse. Después de que salga del coma inducido y despierte, se tendrá una mejor idea de lo que verdaderamente se dañó. El cerebro es muy complejo, pero ella se ha aferrado a vivir. He visto casos donde lo que le pasó a Susy termina en muerte cerebral. Es un milagro que siga respondiendo a los estímulos que le hacen. La inducción al coma es para ayudar a que las lesiones sanen y desinflamen —Aitana abraza a mi abuela y llora.

—¿Eso quiere decir que, aunque despierte, ella no será la misma de antes? —pregunta Aitor a mi lado, poniendo su mano en mi hombro. Yo sigo viendo fijamente a mi padre y él asiente.

—Algunas funciones se pueden recuperar gradualmente con terapia y demás, pero hay otras que no. Este es el peor de los panoramas, el médico nos lo dijo para que seamos realistas de la situación en la que se encuentra. He pedido que lleven al bebé a una habitación donde podamos estar con él hasta que ya se pueda ir a casa. ¿Se han comunicado con Jia? —pregunta eso último a Aitana, la cual niega.

—No me atrevo tío. Ella se fue ayer y su madre está muriendo, no quería cargar más a Jia con esto —él asiente.

—Lo mejor es avisarle, pero que esté enterada del nacimiento del niño y la caída de Susy. Podríamos omitir la gravedad del asunto por unos días —comenta mi abuela y mi madre la mira con la ceja alzada.

—¿Por qué no me lo contaron? Tú sabías que Susy estaba embarazada y no me lo dijiste. Tenía derecho a saberlo —mi abuela niega.

—Todo ocurrió dentro de tu casa Cecilia, tú en más de alguna ocasión pudiste observar algo y no me digas que no. Solo que no hiciste nada al respecto como hacemos muchas veces solo ver y no actuar. Me enteré y aunque le ofrecí mi ayuda, ella se negó. Patricia le ofreció un trabajo como diseñadora a Jia y vinieron aquí para ayudar a Aitana. Susy costura en su taller y así es como ellas se ganan la vida. Le abrí una cuenta bancaria a Susy. Para lo único que la ha utilizado es para comprar boletos de avión para su familia hace dos días. Aquí todos somos culpables de esto por quedarnos callados, sin hacer nada, más el único responsable de todo aparece con nueva conquista. Es que no quiero ni verte Alan, estoy tan dolida —concluye y todos nos quedamos en silencio.