Capitulo 6

18 2 1
                                    

Semanas después

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Semanas después...

El hombre alto y de un cuerpo atlético quita su bata blanca y la deja sobre el perchero que está en algún rincón de su laboratorio.

Se siente muy cansado, las últimas semanas han sido bastante pesadas, su más grande sueño de ser biólogo marino lo realizó, pero cabe decir que es un trabajo algo pesado, aunque el hombre de 25 años lo disfruta al por mayor.

Se dejó caer sobre el sofá que tiene en otra habitación que funge como oficina fuera del laboratorio, quita sus anteojos y los deja sobre una silla a un lado del sofá, recuesta su cuerpo en el sillón y en menos de un minuto sus ojos se cierran totalmente cayendo en un profundo sueño.

El joven hombre de pronto se ve caminando sintiendo su corazón romperse cuando se ha dado cuenta de que el amor de su vida está contrayendo matrimonio con otra persona.

La calle solitaria es testigo de sus lágrimas; dejándose caer de rodillas, golpea el pavimento del suelo con sus puños cerrados, maldiciendo el nombre de su amado.

Los ojos del joven científico se abren de pronto gritando aquel nombre que aún no olvida.

—¡¡Jin!! —su respiración agitada le hace toser un poco, mira a su alrededor dándose cuenta que de nuevo estaba soñando con aquel hermoso chico al cual tuvo que destrozarle su corazón para salvarlo.

Pasa una mano por su rostro maldiciendo por haber tenido ese sueño nuevamente, se pone de pie para servir un poco de agua y beberla de golpe, mira su reloj, ya es hora de irse a casa. Sus pasos son pesados, cada vez que tiene esos sueños su ánimo cae por los suelos.

Sale de su oficina, su asistente ya se ha ido dejándole un recado sobre el escritorio junto a un boleto de viaje...“Señor Kim le he dejado el boleto de avión, deseo que tenga un buen viaje”

Namjoon toma el boleto y lo lleva consigo saliendo del edificio rumbo al estacionamiento. Sube a su auto y en ese momento recibe una llamada de su mejor amigo.

—¡Suga! Hermano, ¿Cómo estás?...me alegra que te encuentres bien amigo...si claro, te prometí que estaría ahí para tu cumpleaños y así lo haré...no, no te preocupes yo estaré bien, sabes que debo volver a esa ciudad...nos veremos en el aeropuerto...si, hasta mañana.

La sonrisa que dibujó al ver el nombre de su amigo en la pantalla del móvil se desvaneció apenas terminó la llamada, claro que le afectaba demasiado regresar a esa ciudad donde había pasado por tantas cosas, pero por su amigo haría cualquier cosa.

Soltó un suspiro recargando su frente en el volante mientras lo agarraba fuerte con su manos.

—¿Por qué no puedo sacarte de mi mente? —susurró, sintiendo como sus ojos se llenaban de lágrimas. —¡Mierda, Jin! —soltó golpeando el volante llevando su cabeza hacia el asiento. —Tengo tanto miedo de que no me perdones, te amo, te amo tanto. —dejó pasar unos minutos y entonces encendió su auto y a toda velocidad se retiró de ahí, mientras limpiaba las lágrimas que sin querer salian tercas rodando por su rostro serio y tenso.

PRIMERO YODonde viven las historias. Descúbrelo ahora