Capítulo 5: Un pueblo desolado

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Llegaron a la costa de Jade y comenzaron los preparativos para desembarcar, Erika fue una ultima vez a la habitación de Leiftan para intentar convencerlo de que bajara junto con ellos.

-Por favor ven con nosotros, te lo suplico

-No Erika, no quiero involucrarme más con esto, yo pretendía venir a protegerte y ni eso pude hacer, no quiero que estén cargando conmigo

-Leiftan, no tienes que hacer la gran cosa, no habrá batallas y tampoco estaremos aquí mucho tiempo, no... no quiero que me dejes sola

Leiftan permanecía acostado en su cama, ya no quiso responder a sus suplicas, así que solo giró su cuerpo hacia la pared y no dijo nada más. Erika se decepcionó mucho, no por él, sino por su incapacidad de hacerlo entrar en razón. Decidió ir al camarote que compartía con Karenn por la ropa especial que usarían en su misión, aun había restos de la ceniza toxica de la bruma y no debían exponerse a respirarla, así que llevarían sus cuerpos cubiertos y usarían las mascaras que usaron hace años en la misión de las cuevas de Balenvia cuando las miconidas expedían esporas sin control, habría hasta de sobra por si ocurría un accidente como la última vez.

 Decidió ir al camarote que compartía con Karenn por la ropa especial que usarían en su misión, aun había restos de la ceniza toxica de la bruma y no debían exponerse a respirarla, así que llevarían sus cuerpos cubiertos y usarían las mascaras que...

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-Ya nos esperan en la costa, ¿están todos listos? - preguntó Nevra

Todos asintieron, Nevra miró a Erika y le sonrió, el vampiro le tenía una sorpresa en cuanto bajara del barco. Cuando la Aengel se asomó por la cubierta vio algo que la emocionó mucho, su querida amiga Miiko estaba esperándolos para recibirlos. Ella bajó rápidamente del bardo y fue directo a abrazarla. La kitsune le abrazó de vuelta y se le salió una lagrima.

-Erika, me alegro mucho de verte, no tienes idea, en cuanto me notificaron que saliste del cristal no pude contener lágrimas, y más aún cuando me dijeron que vendrías.

-Miiko, yo también estoy feliz de verte, todo ha sido tan extraño, es bueno ver caras conocidas

-Supongo que sí, pero confío en que nuestros amigos han sido buenos contigo, es lo menos que mereces por todo

Miiko dijo esto ultimo mirando de reojo a Lance, claramente no se llevaban. Cuando Erika había entrado al cristal y Eldarya se recuperó de sus heridas Miiko sintió que su tiempo como líder de guardia brillante había terminado y debía seguir su camino, así que volvió a las tierras de Jade con su familia y recuperar el trono que alguna vez le negaron por solo tener cuatro colas. Cuando regresó ellos la recibieron orgullosos, pues su nombre había sido reconocido en su familia debido a su trabajo como líder de la guardia, y aceptaron su regreso para que continuara con la linea de sucesión. Ella había dejado el listón muy alto en la guardia, así que Huang Hua tenía que cumplir por los estándares dejados por la kitsune. Miiko fue de las primeras en enterarse cuando sacaron a Lance de prisión, y no estaba muy de acuerdo, y menos cuando le notificaron que lo habían ascendido a jefe de guardia, eso la ponía furiosa, pero sabía que ya no tenía jurisdicción para objetar en la decisión, además entendía que estaban escasos de guerreros y que a veces había que hacer sacrificios, pero seguía sin estar convencida. Era la segunda vez que Lance y Miiko se topaban en estos siete años, y negaban dirigirse la palabra, sabían que si se comunicaban las cosas saldrían mal, así que la kitsune compartía los resentimientos de Erika, pues al estar en las tierras de Jade todo este tiempo tampoco pudo estar presente en el proceso de redención de Lance y tampoco pasó por el duelo de aceptación a diferencia de todos los demás.

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