Capítulo 28: La batalla por la Aengel

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El fuerte estruendo de las sombras de Leiftan hicieron que por un segundo no se escuchara nada, las voces de sus amigos eran casi como un eco, Erika levantó un poco su cabeza para ver al amor de su vida y a sus amigos correr hacia ella, la joven no entendía qué era lo que ocurría, todo pasó demasiado rápido. Justo frente a ella había algo en el suelo, era transparente con un circulo negro en el centro, hace años que no veía algo como eso, pero en definitiva podía reconocerlo. Un lente de contacto con la iris negra estaba ahí tirado, ¿cómo había llegado esa cosa ahí? Erika no tuvo tiempo para pensarlo, Scarlett se abalanzó sobre ella y le tapó la nariz con el trapo lleno de somníferos, solo pudo ver el rostro de su amiga asustada, con un claro ojo con iris blanca que la miraba con culpa. Erika no podía hacer nada, era presa del pánico y del dolor de la traición. Era Scarlett, siempre fue Scarlett, aquella figura que la atormentó en sus pesadillas hace un tiempo, aquella persona enmascarada que tanto miedo le daba que la atrapara, siempre estuvo justo en frente, a su lado. Los somníferos hicieron efecto de inmediato y Erika solo pudo adentrarse en la oscuridad, por más que se resistió no pudo evitar caer en un profundo sueño.

Leiftan usó sus poderes para intentar desestabilizar a Scarlett, pero Huang Chu lo detuvo, podría fallar y hacer que Erika cayera por el acantilado, no podían arriesgarse. Huang Hua avanzó al frente y Scarlett sujetó a la joven para no separarse de ella, sacó su espada y la apuntó hacia la Fenghuang

-Scarlett por favor, no tenemos que hacer esto

-Tienes razón Huang Hua, no tenemos que hacer esto, por eso deben retroceder, váyanse de aquí

-No nos iremos, sabemos que no eres una mala persona

-Ustedes no saben nada- dijo Scarlett con ganas de llorar

-Claro que sabemos, sé que no quieres lastimar a Erika ni a ninguno de nosotros, si fueras una mala persona ya lo habrías hecho desde hace mucho

-Pierden su tiempo, solo váyanse, ¡no me sigan estorbando!

-Scarlett- dijo Leiftan aproximándose- por favor solo dame a Erika, no te haré daño si me la entregas, no me importa lo que hagas con tu vida y lo que hagas después de esto, lo único que yo quiero es que me la regreses

Scarlett sabía el potencial peligro que Leiftan representaba, así que retrocedió unos pasos, y al hacerlo sintió que pisó algo, era el diente que faltaba tirar en el portal. Podía sentir la roca del borde del acantilado, estaba quebradizo, en cualquier momento podía romperse, así que decidió no retroceder más, pero eso parecía ser un perfecto golpe de suerte. Caminó un paso al frente para evitar estar sobre la roca agrietada, y al hacerlo varios trozos de tierra cayeron al acantilado, incluyendo el diente. El hueso de dragón cayó justo sobre el portal, era el único ingrediente que faltaba, el portal estaba listo, una luz azulada pudo divisarse y todos supieron lo que significaba, ahora ella solo necesitaba lanzarse al vacío junto con la Aengel y todo habría terminado, los ingredientes utilizados eran suficientes solo para el paso de dos personas, nadie podría seguirlas una vez traspasaran la apertura entre ambos mundos.

Lance, quien no podía dejar de ver a Scarlett dio un paso al frente, el rostro de su amada había cambiado, ese ojo la revelaba como la verdadera enemiga de la guardia, era Scarlett la mujer que miró a los ojos aquella noche en las montañas Fenghuang cuando ella escaló el muro de rocas, pero eso dejó de importarle de un momento a otro.

-Estas sufriendo, puedo verlo en tu mirada- dijo él

Scarlett no dijo nada, solo lo miraba fijamente con un gran dolor en su corazón, apretaba tanto su mandíbula que por un momento creyó que se la rompería.

-Te conozco y sé que no quieres hacerlo, por favor solo coopera con ellos y te prometo que todo estará bien

-Tú no me conoces Lance- dijo ella al dejar escapar de una lagrima- tú no sabes quién soy, ni de dónde vengo, no sabes lo que he vivido ni lo que hice para llegar hasta aquí

Un mismo espirituDonde viven las historias. Descúbrelo ahora