10

6.9K 389 14
                                    

5 de mayo, 2024.

Saludé a mi tía una vez que cerramos las puertas del local. Era bastante tarde, creo que son como las doce y media; estoy mas muerta que viva a esta hora.

Cuando estaba subiendo a mi auto escucho un maullido, me di vuelta para buscar al gatito que maullaba con desesperación. Cerca de un callejón que separaba a los locales, había una caja mediana con un gatito naranja dentro de ella. Se me hizo el corazón chiquito al verlo ahí, seguramente estaba con hambre.

No dudé en agarrarlo y llevármelo al auto, los chicos probablemente me maten pero bueno, no voy a dejar a ese gatito ahí solo. Lo dejé sobre mi regazo para darle calor mientras conducía con cuidado hasta casa.

—Voy a tener que ponerte un nombre lindo.—le acaricié la cabecita y recibí un maullido apenas audible.— dormí hasta que lleguemos a tu nueva casita.

Me convierto en toda una madre cuando se trata de gatos.

Al llegar a casa, estacioné el auto y agarré mi bolso, con muchísimo cuidado sostuve al gatito en mis brazos. Suspiré pesadamente antes de abrir la puerta y encontrarme con Licha y Cuti jugando a la play.

—Llegaste trola, se te hizo tarde hoy.— me dice Licha.

—Si, fue un día agotador hoy.— respondió, colgando el bolso al lado de la puerta. Cuti se dió vuelta para sonreírme en forma de saludo, pero la sonrisa se le borró al ver al felino en mis brazos.

—Decime que es joda.

—¿Qué?.— le pregunta Licha pensando que le hablaba a él.

—A vos no, pelotudo. ¿Maca, de dónde sacaste a ese gato?.— se acercó para observarlo mejor.

—Estaba en una caja solito y maullando.— mis ojos reflejaban cierta tristeza.

—Ay no, no no no.– La voz de Enzo de hizo presente, venía bajando las escaleras.

—Por favor.— le supliqué

—Va a mear por todos lados, Macarena.— ahora Licha también está en mi contra.

–Voy a educarlo bien. Por favor, dejen que se quede.— les hice ojitos para que accedan ante mi pedido.

—Bueno, pero vos te haces cargo.— dice Enzo dándose por vencido. Lisandro le hace caras y Cuti sigue observando al gatito.

—GRACIAS.— acerqué mi cuerpo al de Enzo para abrazarlo, con cuidado de no aplastar al gatito.

—Nosotros también te dejamos.— reclama Licha y me vi obligada a separarme de Enzo para poder abrazarlo a él.

—Juli va a estar re contento.— asegura Cuti, porque Juli y yo somos muy amantes de los gatos.

—Ay si, voy a contárselo.— dije antes de subir rápido las escaleras y abrir brutamente la puerta de la habitación de Juli.

El castaño se encontraba acostado con el celular en la mano. Le prendí la luz para que pudiera ver al gato.

—NOO, MIRA QUE HERMOSURA.— se levantó de la cama, tirando el celular por alguna parte y me sacó al felino de los brazos.

Daylight. ENZO FERNANDEZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora