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Argentina.

—ALGUIEN QUE ME TRAIGA UNA TABLA!.—gritó Enzo. Agarré la mas grande y se la llevé hasta la parrilla.

Los asados de domingo son la gloria.

—¿Necesitas algo más?.— le pregunté.

—Un beso.

—Yo te lo doy.— dijo Licha, quien apareció de la nada, y le robó un beso a mi novio.

—LISANDRO, LA CONCHA DE TU MADRE.— juro que si Lisandro no corría tan rápido, ya estaría cagado a piñas.

—Wachitos gays.— se reía el cuti.

—Yo acepto tu bisexualidad.— mi novio bufó enojado por mi comentario, pero antes de que me diga algo, ya lo estaba besando.

Sus manos se posaron en mi cintura, acercandome a su cuerpo para que no me aleje de él.

—¿Ya están los choris?.— preguntó mi viejo, mientras salía de la casa, con una latita de cerveza.

—Epa, ¿andamos hambrientos?.— le dice Cuti, con cierta burla en su tono de voz.

—Que boludos son tus amigos, Macarena.

Yo no tengo la culpa.

Me vi obligada a separarme de Enzo, no sin antes volver a besarlo.

—Tanto se van a amaar. Apura el trámite, Enzo.

—Va, suegrito.

Mi papá odia la palabra "suegrito", así que antes de que empiecen a discutir, volví a la cocina para ayudar a Juli con las ensaladas.

—¿Qué te pasa a vos últimamente?.— le pregunté, aprovechando que estamos solos.

—Bien, ¿por qué la pregunta?.

—Estás raro, como sin ánimos. Sabes que me podes contar, yo anoche leí unos tweets sobre la supuesta separación con Emilia.

—Es complicado. Piensa que todo gira alrededor de ella. Tengo que concentrarme en el fútbol, pero ella me quema la cabeza.

—Juli, sos joven todavía, no te ates a una mina q no vale la pena. Vos y yo sabemos que hay minas, que lamentablemente, hasta se embarazan para tener atado a un pibe, o mejor dicho, para asegurarse de tener plata.— él no me miraba, cortaba el tómate con tanta concentración. Sé que se debe estar haciendo la cabeza.

Parecía querer decirme algo, pero daba muchas vueltas. Decidí no seguir con la charla para no abrumarlo, pero él me habló, cortando ese silencio que se había formado.

—No se si quiero estar con ella.

—Nunca estés con alguien que te haga sentir mal.— le respondí mientras metía la ensalada en la heladera.

—¿Le corto ahora?.

—Por whatsapp no, Juli. Espera a volver y decile.— le aconsejé, lo peor es cortar con alguien por virtual.

—Tenes razón. Gracias Maca.—me besó la frente como agradecimiento.—voy con los chicos.

Se fue dejándome sola. Me entretuve limpiando todo lo que habíamos ensuciado, y cuando terminé, entré a instagram para ver las fotos de Nico, estaba en Córdoba con la familia. Que lindo es Córdoba, me dan ganas de visitar los pueblitos, y de paso me gustaría ir a comer a la casa del Cuti, la mamá cocina cosas tan ricas.

—Pedazo de regalada, ya está la comida.— me avisa Licha.

—Voy, atorranta.— antes de ir con él, agarré las bandejas de ensalada y las llevé a la mesa.

—Deja eso.—mi papá fue retado por mi mamá, siempre usa el celular en la mesa, y eso no le gusta.— Socializa un poco.

—No quiero socializar, ya los conozco a estos.

—Dejen de pelear.— les dije mientras me sentaba al lado de Enzo, quién me había guardado un lugar.

—Te hice chinchulines, amor.— me avisa Enzo, sirviéndome en el plato.

—Gracias amor.

Este hombre me tiene enamorada.

Estuvimos un largo rato comiendo, surgieron charlas de anécdotas graciosas de Licha, siempre su desgracia es un motivo de risa. Cuti nos contó que volvió con Karen, y eso significa, que se va de la casa.

—Deja de llorar Maca.— Cuti se ríe por mi llanto dramático.

—Es que me pone triste ya no verte todos los días.

—Pero voy a estar cerca.— me abrazó, acariciándome el pelo.

Enzo pasaba su mano por mi cintura, para que me aleje de mi amigo y lo abrace a él. Oculté mi rostro en su cuello, sintiendo su perfume, y tranquilizándome.

—¿Estás menstruando?.— preguntó Licha.

—Callate Lisandro.— le dije enojada. Comentario pelotudo que hace.

Mis viejos se hablaban por lo bajo, discutiendo sobre algo que no lograba escuchar.

—¿Pasa algo?.— pregunté refiriéndome a mis viejos.

—No.

—Sí.

—¿No o si?.— pregunté otra vez.

—Es que tenemos que contarles algo.

—No me digan que esperan un hijo.— dice Enzo, provocando que mi mamá ponga cara de horror.

—No nene, ya no tengo la edad. Es otra cosa.

Me quedé viéndola, pidiéndole con la mirada que siga hablando.

—Con tu padre estuvimos hablando mucho, y bueno, nosotros compartimos muchos años juntos, mucho amor, compañerismo...

—También tuvieron a ese renacuajo.— me señala Lisandro.

—Nuestro pequeño renacuajo.— dice mi mamá, acariciándome la mejilla con dulzura.

—MAMÁ!.— me avergoncé mientras escuchaba la risa de los jugadores.

—Anda al grano, mujer.— le ruega mi papá.

—¿Podes esperar?... bueno, en conclusión, decidimos casarnos por iglesia.

¿QUÉ?

—NOOOO, ya me imagino la tremenda joda que van a hacer.

Alguien que calle a Lisandro, por favor.

















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Holaaa, cómo andan? Espero que bien. Disfruten de este cap 💓

Daylight. ENZO FERNANDEZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora