— Eh . . . mi . . . amigo que deje en Japón — inventé de forma improvisada, sin darle tantos preambulos ya que obviamente es una mentira, que quiero hacerla creíble.— ¿Qué clase de amigo? Cualquiera podría enamorarse de un amigo. — inquirió.
— Enamoramiento no, Kiba — especifiqué de nuevo, Naruto solo se mantenía en silenacio pero atento — Y es . . . un amigo, amm . . . cercano y . . . — me estrujaba los sesos para poder seguir poniéndole palabras a mi mentira— y . . . a una amiga también le gusta, entonces . . .
— Tienes miedo de perder la amistad de tu amiga por haberte fijado en el mismo chico que ella. — completó Kiba.
— ¡Exacto!
— Bueno y, ¿quién se fijó primero en el chico?
— Ella. — murmuré muy dentro de mi pesar.
— Pero tú ya te fuiste de Japón, ya no importa o ¿sí? — dijo Naruto, quien había estado como una estatua hasta ahora.
— Eemnh . . . — suspire de estrés, girando mi vista lejos del rubio que no paraba de observanos a los dos.
— Igual yo creo que lo hubieras hablado con tu amiga, en vez de especular tú sola las cosas y castigarte a ti misma. — interrrumpió Kiba — Digo, no era su novio y ella no era tu mejor amiga — se encogió de hombros.
Me solté a reír y ambos me miraron. Si Kiba supiera a quién me refería ni siquiera haya dicho lo último.
— ¿Qué es gracioso? — preguntó Naruto.
— Nada, solo que . . . nada. No sucede nada. — manoteé con la mano restándole importancia.
— ¡Mira, Hinata! — me dijo Kiba — ¿Ese lugar no te parece ideal para una fotografía? apunt+o hacía un edificio a lado de un canal que se extendía magnífico por el este.
— Que buen gusti tienes, Kiba. — concordé — Creo que le tomaré una.
Saqué con la mano libre la cámara de mi bolso y luego me quedé en silencio y sin actuar. Tímidamente ya que KIba aun mantenía su mano atada a la mía.
— KIba, creo que Hinata necesita de sus manos. — farfulló Naruto.
— Oh, cierto. Disculpame. — enrojeció un poco y soltó mi mano a la que inmediatamente le pegó el aire gélido del medio día.
Le sonreí y apunté el lente de la cámara hacia el monumento y saqué la fotografía.
— Un fiore per la ragazza? — musitó alguien detrás de mi.
Me giré y obtuve la imagen de una señora con un canasto de rosas rojas que le hablaba a Naruto, mientras que Kiba estaba distraído mirando las palomas.
Naruto me miró y luego me sonrió. Entonces miró de nuevo a la señora.
— Quanto costa una? — preguntó.
— Un euro. — dijo la señora.
— Dammi uno.
Ella le acercó la canasta y Naruto escogió una rosa entre el puño y luego sacó del bolsillo de su pamtalón una pequeña moneda.
— Ecco — le dio la moneda y le sonrió.
— Grazie bel giovane — dijo la señora y luego me sonrió a mi oara después alejarse e ir a ofrecerle sus flores a las demás personas.
No había aprendido aun Italiano, pero al menos, ya estaba un poco más familiarizada con las palabras y pude entender la conversación entre Naruto y la señora. Ella le había ofrecido una rosa, él le había comprado una. Simple. Seguro se la llevaría a Sakura.

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𝙈𝙖𝙣𝙪𝙖𝙡𝙚 𝙙𝙚𝙡 𝙋𝙧𝙤𝙞𝙗𝙞𝙩𝙤 → 𝙽𝚊𝚛𝚞𝙷𝚒𝚗𝚊
Romance¿Alguna vez has deseado algo prohibido? Como sí esa cosa estuviera en la lista de "No toques, no codicies" pero que cada momento te incita más a...tenerlo. Decían que eran la pareja perfecta y yo situada en medio, todo saldría mal. #12 [Número de...