Capítulo: 31.

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— Eso suena interesante. — rio.

El timbre apagó la risa de las dos, eran las seis con quince minutos apenas, ¿Quién sería? Ambas nos miramos extrañadas.

— ¿Esperas a alguien? — me pregunto Ino. 

— No que yo sepa. — negué con la cabeza y luego salí de mi habitación para abrir la puerta.

Ino fue detrás de mi y cuando abrí la armazón de manera me llevé una gran sorpresa al ver a Naruto allí. Los ojos casi se me salían de las órbitas. 

— ¿Uzumaki? — articulé, claramente sorprendida. 

— Ay, yo pensé que ya habíamos dejado las formalidades. — bromeó y luego me miró por encima de mi hombro a Ino, quien la miraba embobada y asombrada.

Se paso sin que le dijera que lo hiciera y le sonrió a Ino. 

— Hola. — le dijo — Soy Naruto. — le extendió la mano. 

— El novio de Sakura. — dije, cerrando la puerta de mala gana. ¿Por qué nunca dejaba bien claro quién era? 

— Hola. — comentó Ino, tendiéndole la mano también. — Ino. 

— No, yo soy Naruto. — dijo éste. 

Ino río.

— No, no, digo que yo soy Ino.

— ¡Oh! ¡Ino, claro! He oído hablar tanto de ti. — dijo de manera animada — me da mucho gusto conocerte al fin. 

Me aclaré la garganta, haciéndome notar.

— Ino, amhn . . . el manual en mi habitación, mnmn . . . podrías guardarlo, ¿por favor? — farfullé, recordando que había dejado las fotografías al descubierto y regadas en la cama. 

— Claro. — captó rápidamente el hilo de mis palabras y salió disparada a mi habitación.

Mire a Naruto, aunque no quería admitir que estaba encantada de que estuviera allí traté de permanecer seria. 

— ¿No es muy temprano para que vengas? — traté de sonar lo más normal posible, pero el pánico no se podía ocultar muy bien detrás de mi voz. 

— Si, pero ya que mañana será la fiesta del señor Vitorre, quiero saber que vamos a hacer mañana o a que hora nos iremos. — su mirada gacha bailó fugaz.

— Pero . . . 

— ¡Listo! — Ino interrumpió, saliendo de mi habitación con su sonrisa brillante en el bello rostro. 

En ese momento agradecí al cielo de que ella se encontrará allí; así al menos no me vería tan obvia, no sería tan torpe al hablar con él. Y mi razón mantendría calmado a mi corazón. 

Ino y Naruto conectaron enseguida, ambos eran muy sociables y la plática entre ellos fluyó de manera rápida, aquello me alegró. 

Cuando Sakura llegó justo con Lee, sonreí de manera significativa, aunque me doliera en lo más profundo de mi alma ver juntos a Naruto y Sakura sabía que aquello me servía para ponerle un freno a mis absurdos sentimientos.

Luego de que Lee y Ino se fueran, me encerré en mi habitación como de costumbre, pero no pasó mucho tiempo cuando oí que llamaban a mi puerta, el murmullo de voces había desaparecido del exterior y sólo los golpeteos en la puerta, algo apagados, se oían en aquel silencio sepulcral. 

Salté de la cama y abrí la puerta, la cara de Sakura no era la misma, estaba triste, podía notarlo.

— Sakura, ¿qué pasa? — pregunté preocupada. 

𝙈𝙖𝙣𝙪𝙖𝙡𝙚 𝙙𝙚𝙡 𝙋𝙧𝙤𝙞𝙗𝙞𝙩𝙤 → 𝙽𝚊𝚛𝚞𝙷𝚒𝚗𝚊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora