Entre la ficción y la realidad

Capítulo 1

NARRA HERMIONE.
Estoy calada hasta los tobillos. La lluvia cae insistentemente, y me he olvidado el paraguas en mi cómoda y cálida casa. Al salir de la puerta del instituto veo a Percy, mi hermano. También se está mojando, pero parece que no le importa. Al acercarme a él se me cae el libro de física al suelo, deshaciéndose con el agua.
Tengo el pelo empapado y un humor de perros. Odio el invierno.
Un rato más tarde sale Lucy, que ha terminado el examen de física( asignatura cuyo libro ya no tengo) y me pregunta:
-¿Quieres un paraguas?
-No, gracias. Ya estoy mojada.- le respondo.
-Lucy, ahora viene tu hermano. Está terminando un examen en la universidad.- dice Percy.
Al rato aparece Gale con dos paraguas: el que lleva y uno para su hermana. Pero Lucy le dice con una sonrisa:
- Gracias, hermanito, ya tengo uno.
Percy ni paraguas ni nada. Ni siquiera se ha fijado en mi libro de física, ya inexistente a causa del agua. Ojalá fuese tan atento como Gale. Pero me tengo que tragar esto último, porque dice:
-Vamos a la biblioteca, a ver si tienen un libro de física para cuarto de la ESO.
-Gracias- Le sonrío. Pero hace un frío... Y empiezo a tiritar. Percy me da su sudadera naranja que lleva siempre. Si es que a veces es hasta majo.
La biblioteca es un lugar antiguo, y huele a humedad. Pero no me importa. Podría pasar horas allí viajando a otros lugares, viviendo aventuras y disfrutando de los personajes. Mi hermano no lo entiende, pero es que el pobre es tonto. Va a hacer una carrera, sí. Y estudia, sí. Pero no le va eso de leer.
Percy y Gale van delante, nerviosos. Yo voy detrás de ellos, pillando todos los libros que tienen buena pinta. Y Lucy está preocupada porque no encuentra un libro que quiere leer.
Al llegar a una parte de la biblioteca en la que yo no había estado nunca, Percy dice:
-Llegó el momento de que sepan la verdad.
Lucy y yo nos miramos, extrañadas. Gale coge un libro en el que yo no me hubiera fijado. Lo abre, y me invade una extraña sensación. El libro despide un destello blanco.
Cierro los ojos, y siento cómo el suelo desaparece bajo mis pies