Capítulo 8

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Narra Lucy
Gale entra en el salón con un enorme mapa. Lo extiende y veo que este mundo es enorme.
-El país de los libros está en Europa, entre Francia y España, no se ve, es una cosa parecida a lo que ocurre con Idris- explica Jace. Idris es por así decirlo la capital de los cazadores de sombras, no recuerdo en qué lugar exacto se encontraba pero tambien en Europa.
-Estamos aquí- dice Gale señalando lo que parece una extraña península-. Y tenemos que ir hasta aquí- dice señalando un lugar que parece ¿Londres? -¿Londres?- pregunto.
-Una de las formas de llegar a Hogwarts es por el andén nueve y tres cuartos que está en Londres- me responde Percy sin levantar la mirada del mapa.
-Cruzaríamos Narnia y en tres días llegamos.
De repente noto como se me ilumina la cara, Narnia, ¡voy a Narnia!
-¿Cuándo partimos?- pregunto entusiasmada.
-Tu no vienes hermanita- me dice Gale.
Noto como las lágrimas vienen a mis ojos. No puedo dejar que salgan, no quiero parecer débil. Veo borroso, no podré contenerlas por mucho más.
-¿Por? - pregunto a punto de estallar en un mar de lágrimas.
-Eres demasiado joven y débil.
-Hermione también y va ha ir- me grito. Odio gritarle, siempre me siento mal al gritarle, le quiero mucho y sé que lo odia.
-¡Ella es un año mayor que tú y por si no lo sabías es maga y ya se sabe bastabtes hechizos!- me grita, y yo no puedo contener más las lágrimas.
-Eso no es justo.
Corro, corro hacia mi habitación
-¡Lucy!- grita alguien.
Cierro la puerta de un portazo y me tumbo en la cama a llorar, quiero dejar de llorar pero las lágrimas vienen a mí y no puedo retenerlas. Alguien llama a la puerta.
-¡Gale déjame ya me has causado suficiente daño!- grito.
-Soy Jace abre.
No tengo fuerzas, él abre solo y me abraza. Sus fuertes brazos me rodean, es fuerte se nota. Me aprieta contra sí, como si no fuese a dejarme ir nunca. Y eso me gusta.
-Ha dicho que soy débil- le digo entre sollozos.
-Yo sé que no es así. Cada uno es fuerte a su modo, cada uno hace daño a su modo. El oso es grande y fuerte, una abeja es diminuta y tambien te causa daño, da igual el tamaño. Yo te ayudaré a que seas más fuerte.
-Gracias.
-Ahora duerme.
Me quedo dormida cuando Jace empieza ha acariciarme el pelo.
La tenue luz de los rayos del sol entra por mi ventana. Jace está dormido en una silla. Parece un angelito, eso sí esta roncando un poco. Sonrió, jamás pensé que le iba a ver así. Se despierta.
-¿Has estado ahí todo el rato?- pregunta confuso. Yo asiento y él se pone colorado.
-Vamos a desayunar.

Jace me lleva al jadín trasero a entrenar. En el doce todos son muy pobres, aunque el jardín de mi hermano es muy grande. Estoy nerviosa, no sé por qué. Me gusta Jace, pero sé que yo nunca le gustaré; soy demasiado pequeña, bueno demasiado bajita. Me saca un pelín más de una cabeza.
-Vale, aplácame- me dice. Le miro extrañada. En mi vida he aplacado a alguien, además tirar a Jace va ha ser complicado.
-Va.
Me lanzo a él. Le agarro de la cintura y le "empujo" hacia atrás. Él se cae hacia atrás y yo me quedo encima suya. Puedo escuchar su corazón. Realmente Jace huele bien.
-Lo has hecho muy bien- me dice nervioso. Veo que cierra los ojos, yo los cierro también y me acerco a él. Puedo notar su aliento. Estamos a centímetros y...
-¡Hola, he venido a traerle el pan a Gale!- dice alguien. Me quito al momento de encima de Jace. Un muchacho rubio con ojos azules nos observa.
-Esta dentro- le dice Jace. El muchacho se va.
-Ahora, tu puntería. Toma- me da unos cuchillos-. Lánzalos.
Lanzo uno, pero no acierto en el centro.
-Lo lanzas mal- dice acercándose a mí. Me rodea con un brazo la cintura, yo me pongo tensa, nunca me cogen así, ni mucho menos un chico.
-¿Eres zurda o diestra?- me susurra.
-Zurda- le digo mientras él me agarra la mano izquierda. Tiene la mano calentita.
-Lanza.
Lanzo y acierto. Casi sin darme cuenta dos fuertes brazos me rodean y Jace me besa, o yo lo beso. Da igual, el caso es que es como un beso de cuento y me encanta.
-¿Cuándo será la boda?- pregunta alguien. Nos separamos y veo que es Jace. Estoy roja y veo que Jace también. Me da la mano.
-Salimos al amanecer, ve a recoger tus cosas.
Voy con Jace de la mano hasta la casita de Gale.

Entre la ficción y la realidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora