Epílogo

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Narra Lucy
Hermione desaparece a través del arco. Me encierro en los brazos de Jace y lloro.
-Tengo una sorpresa preparada para ti en el Instituto- me susurra.
-Aslán si no es mucho pedir me gustaría que me llevases de vuelta a Panem- dice Gale.
-¿Tú también te vas?- le pregunto separándome de Jace.
-Sí hermanita, tengo que regresar a mi historia.
Le abrazo con todas mis fuerzas, ha sido un hermano excelente. Desde que me regañaba por tirar la comida al suelo hasta cuando me tiraba a la piscina.
-Te quiero, no sé cómo podré agradecerte todo lo que has hecho por mí- le digo sollozando.
-Yo también te quiero, no te cambiaría por nada. Aunque esto no es un adiós; nos volveremos a ver.
Él también llora. Cuando nos separamos le da un abrazo a Jace
-Cuídala- le dice.
-Siempre- responde Jace. Gale desaparece por un portal hacia Panem.
-Ahora pasad vosotros, os llevará hasta el Instituto- dice Aslán. Le doy la mano a Jace y pasamos juntos por el portal. El Instituto es enorme. Jace me lleva a mi cuarto que está pintado de verde, mi color favorito. HAY una foto mía y de Hermione en el Parque de Atracciones encima de la mesilla, también hay una que nos sacamos todos cuando fuimos de vacaciones a la playa. Isabelle entra por la puerta.
-Vengo a ponerte guapa- me dice.
-¿Para?- pregunto.
-Jace no te lo ha contado. Una fiesta. Y yo me ocupo de vestirte- dice sonriente. Me da varios vestidos y me meto en baño a cambiarme. Me decido por uno azul oscuro corto sin tirantes y con vuelo. Tiene algunos detalles plateados en el cinturón. Isabelle insiste en peinarme. Un semirecogido. Es bonito.
-Y ahora el toque final- dice dándome unos tacones de aguja plateados. Me los pongo.
-Isabelle, parezco un pato- le digo. No he nacido para llevar tacones.
-Intenta no parecerlo delante de Jace, ya sabes que les tiene fobia.
Yo sonrío y Jace entra por la puerta. Va de esmoquin. Esta guapísimo. Se queda boquiabierto.
Voy con él al salón y allí hay muchísima gente. Bailamos un poco y me lleva a un balcón.
-¿Te gusta la fiesta?- me pregunta.
-Sí, todo un detalle.
-Había que celebrar este final feliz.
-Pero yo no quiero escribir "fin" al final de la página. Eso significa que esta historia, nuestra historia, se termina. Esto no es mas que el comienzo de como una chica mundana se enamora de un apuesto cazador de sombras. Todavía nos quedan muchas páginas por escribir juntos- le cojo la mano-. Te amo Jace Wayland Ligthwood Morgenstern Herondale, como quieras que te llame; te amo.
Nos fundimos en un intenso beso.
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Narra Hermione.
Aparezco en la biblioteca de mi ciudad. Hay un libro cerrado en el suelo. Es de color granate y tiene extraños dibujos, que para mí ya no son tan extraños. Voy vestida exactamente igual que la última vez que estuve aquí, y estoy mojada. Llevo la mochila del instituto colgada en el hombro. Apoyados en una estantería hay tres paraguas: el de Lucy, el de Gale, y el que Gale le trajo a Lucy. No puedo reprimir una lágrima.
El camino hasta casa es silencioso y triste. Cuatro me coge de la mano y me la aprieta con fuerza.
- Chicos. No podemos seguir así. Tenemos que alegrarnos. Parece que acabamos de venir de un entierro. Mirad, ahí hay un burguer. Tomemos una hamburguesa.- dice Percy.
Nos lo pasamos muy bien, y al llegar a casa vemos una película. Es de amor. Odio las películas de amor, pero es lo que hay. Encima de mi mesa hay una foto de Lucy y mía. Estamos en la puerta del colegio, y ella me mira, distraída. Recuerdo que la foto la hizo Percy.
Annabeth entra en mi habitación y me ve sosteniendo la foto entre las manos. La escondo rápidamente, pero ella me dice, secándome una lágrima que baja por mi mejilla:
-No creerás de verdad que no la vas a volver a ver. Seguramente volvamos, o al menos eso me dijo Percy. Y ahora me voy a la cama, que me has dicho que mañana hay examen de literatura, ¿no? Hay que estar bien despejadas.
No puedo dormir, así que me voy al salón a ver la televisión. Hay un programa muy aburrido de un puñado de frikis que dice que los ovnis existen. En el umbral de la puerta está Cuatro, comiéndose una manzana.
-¿Tú tampoco puedes dormir?- le digo.
-No. La cama es muy cómoda, pero no paro de pensar en cómo llamarme. Porque si voy por la calle diciendo "Hola, me llamo Cuatro o Tobias Eaton" van a pensar que tengo serios problemas mentales y una ligera obsesión con Divergente.
-Jajajajaja. Puedes llamarte Tobias pero con otro apellido. Tobias me gusta.
-Ya... el caso es que no sé qué apellido ponerme. Es complicado. Tenía pensado Johnson pero...
Le interrumpo con un beso. No me importa cómo se apellide.
-¿Crees que Jace y Lucy estarán ahora bien?¿Pensarán en nosotros?- pregunto.
-Creo- contesta Cuatro- que tardaremos muy poco en volver a verlos.
Yo también.
Final del primer libro.

Entre la ficción y la realidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora