Capítulo 17

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Narra Hermione
Cuatro se acerca a mí y me coge de la mano. Me dice:
- ¿Qué vas a hacer?¿Te vas o te quedas?
- Pues supongo que me voy a quedar. Este mundo me parece muy bonito.
- Pero también es muy peligroso. Creo que te quedas por mí.- dice, preocupado.
- Pues claro que me quedo por ti. Pero también me quedo por mi hermano, por mis amigos, y por la seguridad de este mundo. No creo que me sienta a gusto volviendo a la realidad. La estúpida y cruda realidad. De todas maneras me iré a Narnia. Nunca se sabe- respondo, encogiéndome de hombros.
Nos damos la mano y vamos a Hogwarts a despedirnos de Katniss, que nos ha salvado el pellejo. Después me subo a mi habitación. Encima de mi cama hay un paquete. Pegada en el paquete hay una nota.
De Lucy para Hermione. Te quiero.
¡Qué raro! Si quisiera regalarme algo, creo que lo habría hecho en persona. Pero lo abro, como en una especie de trance. Todo a mi alrededor parece secundario, lejano. Lo importante se encuentra ante mí. Casi al destaparlo del todo, noto cómo mis fuerzas flaquean, y cómo alguien me empuja para alejarme del interior del envoltorio. Al mirar con claridad veo a una chica pelirroja más o menos de mi edad.
- Es peligroso. Este paquete no es de tu amiga. Es del Señor Tenebroso. Ya sabes, casi le matas.
- Gracias, de verdad.
- Por cierto, me llamo Ginny. En esta historia somos verdaderas amigas.
- Pues intentaremos que sea verdad, ¿no?
- Sí, claro.- me sonríe.
Creo que quiere integrarse en mi mundo. Por eso ayudó a Lucy con lo del diario.
- Tengo que decirte otra cosa- añade.- Ahora que he venido a Hogwarts, voy a dormir aquí. Es la habitación de las chicas. Espero que no te importe.
- No, no me importa. Me caes bien.
Después del "incidente"me voy a dar un paseo por el castillo.
En uno de los soportales del patio están Percy y Annabeth dándose un beso. Me doy la vuelta y camino hacia el despacho de Dumbledore, que está vacío. Murió el año pasado. Harry está ahí, mirando un sombrero con cariño. No lo entiendo.
- Hola, Harry.
- Hola. Gracias por salvarme, otra vez.
- ¿Otra? No tecuerdo haberte salvado más veces.
- Ya, porque eres del mundo real. Pero aquí eres Hermione Granger, la chica más inteligente que he conocido nunca.
- Gra... gracias.
Me dirijo a la habitación de mi amiga para contarle lo que me ha pasado. No se lo voy a contar a nadie más porque no me parece importante. Abro la puerta y ella se está preparando para ir a Narnia. Le cuento lo que me ha pasado
- ¿Sabes que podrías haber muerto?- me dice, muy preocupada.
- Bueno, pero Ginny me salvó. Además, Voldy tendría que ir a por Harry.
Mi amiga no puede evitar sonreír al oír el nombre de su perro puesto en uno de los magos más oscuros que hayan existido.
- Irá a por ti- dice, más seria- porque sabe que sin tu ayuda Harry Potter no sería una gran amenaza.
Después de unas palabras reconfortantes con mi mejor amiga me voy a mi habitación para prepararme. Narnia está lejos, pero nos vamos a aparecer con la ayuda de Ron. Antes del viaje, me encuentro con Cuatro en el Gran Comedor. Está solo y sentado mirando a la nada. Me abraza, y después me besa. Es un beso mágico que nunca olvidaré. Pero él está triste, lo noto.
- ¿Qué te pasa?- pregunto.
- Nada.- responde, secamente.
- Cuéntamelo, que te conozco.
- Sabrás lo que me pasa cuando llegue el momento.
Quedamos en la puerta de Hogwarts. Nos damos todos la mano, y siento como si me metiese en un tubo muy estrecho. Narnia es preciosa. Nunca había visto una cosa igual. El problema es que hay un hombre calvo, blanco y sin nariz sonriendo y mirándonos con sus ojos rojos.
- Llegáis tarde, panda de imbéciles.

Entre la ficción y la realidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora