Capítulo 6

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Narra Lucy
Cuatro está dormido y los demás, bueno los demás estamos más o menos bien, o al menos eso creo.
-¿Qué creeis que le ha podido suceder a Cuatro?- pregunta Hermione.
-No lo sé, pero con Jeanine nunca pasa nada bueno-dice Percy. Jeanine creo que es la mujer rubia.
Miro a mi derecha, donde está Cuatro tumbado, aunque ya no está tumbado, está despierto ¡por fin! Le doy un manotazo a Gale, que está sentado a mi lado, para avisarle. Eso de dar manotazos es una manía mia.
-¡Ah! ¡¿Qué haces loca?!
-Uno, no estoy loca; y dos el chico está despierto.
Vamos todos corriendo a verle.
Está pálido y tiene muy mal aspecto.
-¿Dónde estoy?- pregunta.
-Eso digo yo dónde estamos Percy- pregunta mi amiga.
-Cerca de Chicago.
-¿Dónde está Jeanine?-pregunta el muchacho. Es atractivo, tiene unos ojos muy bonitos y curiosos.
-Al otro lado de la valla, salió corriendo poco después de que intentases irte.-dice mi amiga mientras aparta la mirada. Está roja.
-Tengo que encontrarla- dice Cuatro intentando levantarse.
-¡No te muevas! Todavía estás muy débil y tienes una herida en el estómago, mejor será que te recuperes- dice Gale ayudandole a tumbarse de nuevo.
-Ella es maga puede curarme- dice el chico mirando a Hermione.
-¿Cómo sabes que soy maga?
-Eres la mejor amiga de Harry Potter, hay que ser estúpido para no conocerte.
Hermione está sacando su varita, me gusta mucho eso de la magia, lástima que yo no pueda hacerla.
-Ella no podrá hacer nada- dice una voz. Esa voz, es tan grave, tan fría, tan distante...
-¿Por qué?- pregunta mi amiga.
-No tiene experiencia, hace dos días no sabía que existia este mundo, no podrá.- dice de nuevo.
-Bueno eso tu no lo sabes, puede que...
-¿Quién eres?- la interrumpo. Un figura negra aparece de entre los árboles. Va vestido de negro, tiene unos ojos leonados, el pelo es de color oro y tiene extrañas marcas que le cubren todo el cuerpo.
-¡Jace!- exclamo.
-¿Cómo sabes quién soy?
Estoy a punto de hablar, pero me lo pienso mejor, no le puedo decir que es uno de mis novios literarios porque va ha pensar que estoy loca, así que me limito a decir que soy una gran seguidora de la saga.
-Bueno chicos, ¿y quién puede hacer algo para que se recupere Cuatro?- pregunta Hermione.
-Su nombre real es Tobías, y bueno teneis dos opciones: uno vais a Hogwarts y allí le atenderán perfectamente u os llevo a casa de un amigo mío brujo. Hogwarts está a cinco días de camino, y sinceramente, no creo que el chico sobreviva tanto tiempo; y si venis conmigo tardais dos días.
Nos miramos los cuatro. Yo quiero ir, creo que la expresión de mi cara lo ha dejado muy claro.
-Vamos contigo- dice Gale.
No puedo evitar que se me escape una pequeña sonrisa.

Vamos caminado por un sendero en un bosque, Hermione y Gale van ayudando a Cuatro a caminar; Percy y Jace van hablando, y yo, yo estoy sumergida en mis pensamientos; sigo sin creer que esto sea real. Ahora que lo pienso; ¿no iba a venir Harry con su amigo Ron a buscarnos? Decido preguntarlo.
-No pasa nada, le he mandado un mensaje al señor Weasley, el avisará a Ron. Le he dicho que vamos a Panem, que pasaremos allí la noche. Vendrán a recogernos al amanecer- dice Percy.
-¿No íbamos a ver a Magnus Bane?- pregunto.
-Magnus no puede atendernos, está... bueno tiene otros asuntos pendientes- responde Jace .
-¿Panem?- pregunta mi amiga. Va sudando y está roja. He intentado que me dejase a Cuatro durante unos minutos pero ha sido imposible. Nadie responde a mi pregunta, en su lugar suena un ruido, el de una persona al caer. Me giro y veo a Tobías desplomado en el suelo. Salimos corriendo para ver lo que sucede y Gale dice:
-Lo llevaremos a mi casa, no está muy lejos.
-¿Tú casa?- pregunta Hermione.
-Sí, vivo en Panem, en el distrito 12 exactamente. Lucy y Jace quedaos aquí, no hay espacio en mi casa para todos, os tocará dormir en el bosque.
Que bien dormir en el bosque, adoro dormir en el suelo y con frío. Pero sé que lo ha hecho por mí, para que pase más tiempo con Jace, y se lo agradezco.
Los chicos se van y me quedo con Jace. Nos sentamos en una roca.
-¿Crees que sobrevivirá?- pregunto. El me mira directamente a los ojos. Esos ojos leonados me derriten.
-Pues claro. Está anocheciendo. ¿Tienes frío?
Ahora que me doy cuenta estoy tiritando. Asiento, él me pone sobre los hombros la chaqueta de cuero que lleva siempre.
-Gracias.

Entre la ficción y la realidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora