Capítulo 10

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Narra Lucy:
Corremos por un largo pasillo adornado con fotos de la familia de mi hermano. Como pasamos por la habitación de Jace me aseguro de coger algún arma. Me pregunto quiénes serán nuestros atacantes.
Salimos por la puerta trasera, pero da igual, nos han rodeado. Jace suelta una palabrota. Figuras vestidas enteras de negro aguardan en la puerta, algunos son enormes monstruos o seres raros. Todos van armados; espadas, arcos, hachas... hay de todo. Alguien, o algo me coge de los hombros.
-¡Lucy cuidado!- me dice Percy. Le clavo un cuchillo a mi atacante. Jamás pensé que haría eso, ahora me siento más viva que nunca. El doble de sombras aparecen de la nada.
-Jace son demasiados- le digo.
-Nunca son demasiados- dice abriéndose paso entre las sombras. Hermione saca de su bolsillo un bolígrafo que se convierte en una espada de bronce y se lanza a una cosa enorme.
Una cosa casi el doble de grande que yo se abalanza sobre mí. Saco un cuchillo de serafín  pero demasiado tarde, la cosa ya esta encima mía, no puedo moverme. Casi no puedo respirar. Al fin consigo clavarle el cuchillo a la "bestia" en lo que creo que es el costado. Me lo consigo quitar de encima cuando veo a mi hermano desarmado y con... no sé que es pero es enorme; tiene tres cabezas y cuatro ojos en caza una. Es completamente de color negro salvo por sus ojos que son amarillos. Sin pensarmelo dos veces me lanzo a la "bestia". Consigo clavarle la daga al bicho ese, pero me roza con algo en el estómago. Caigo al suelo y veo que tengo un profundo arañazo que me recorre todo el estómago. Duele mucho. Se me nubla , escucho voces distantes. Una figura rubia se saca una ¿varita? Del bolsillo y noto un fuerte dolor en el lugar de la herida. Siento como si me dibujasen algo en la piel, en el lugar en el que tengo la herida. Escuece. Luego no noto nada, ni escucho nada, ni veo nada; solo oscuridad.

Despierto en lo que parece ser una enfermería con techos altos y enormes ventanales. Dos filas de camas recorren de esquina a esquina la sala. A mi lado está Jace sentado en una silla. Los rayos del sol hacen que su pelo dorado, peinado hacia atrás brille más. Me levanto el camisón que me han puesto. Miro donde me hicieron la herida y... ¡no hay nada! Solo un extraño dibujo.
-¡Lucy!- dice Jace, yo me bajo rápidamente el camisón y él me abraza-. ¡Oh Dios estás bien! Pensaba que habías muerto.
-¿Qué ha pasado?- pregunto.
Jace me coge las manos, se ha mordido las uñas y tiene las manos frías. Le miro a los  ojos y veo que tiene unas notables ojeras; llevará días sin dormir.
-Cuando te lanzaste al demonio- empieza a decir.
-¿Un demonio? Si no les podemos ver- le interrumpo.
-Son una especie muy antigua, ya quedan muy pocos. Cuando te lanzaste a él te arañó con la uña y te pasó lo que te pasó. Cuando te vi tan pálida y con los ojos cerrados pensaba que estabas muerta; lo dejé todo y fui a verte. Gale no hacia más que gritarme que hiciese algo, no se me ocurría nada que hacer. Te dibujé un iratze (runa curativa). Luego te tragimos a Hogwarts y a los cuatro días despiertas. Y que lo sepas, no eres una mundana.
-Entonces, ¿qué soy?- pregunto sabiendo ya la respuesta.
-Una cazadora de sombras. No eres Lucy Pevensie, eres Clary, Clary Fray o Morgenstern. O al menos eso nos han dicho. Yo lo pensaba de antes; por eso tu pelo ahora es rojo- me miro el pelo y es verdad-. Por eso la runa funcionó contigo, a los mundanos les mata; y por eso me he enamorado de ti.
Le agarro de la camiseta y le beso. Le beso con muchas ganas; ahora estoy segura de lo que siento; le amo, y sé que él me ama a mí. Le agarro del cuello y él me rodea la cintura. Enrredo mis manos en sus rizos y él como respuesta me coge.
-¿Y Hermione?- le pregunto cuando nos separamos. Gale y Percy entran por la puerta. Percy llora; hacía años que no lloraba. Gale está con la cabeza gacha.
-Se ha ido. A buscar respuestas, eso pone en la nota- dice entre sollozos.
Respuestas, ¿a qué?

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