Justo donde te deje.

Capitulo 4: Ahora me rompes el corazón.

Era lunes, no tenía ganas de levantarme, me sentía infeliz o peor aún, me sentía un traidor.

A pesar de mis miserables ganas de ir a estudiar, tuve que hacerlo. Llegue un poco tarde y obviamente entre al salón tarde, por lo que todos se me quedaron viendo cuando entre. No sé si su sorpresa fue verme tan tarde o fue mi cara demacrada de tanto torturarme mentalmente. Lo que sea, ya no me importaba, solo quería sentarme y tratar de prestar atención.

La hora del almuerzo llego y estaba aterrado, no quería cruzarme con nadie, menos con Samuel, me sentía tan culpable, quería arrodillarme y pedirle perdón, declárale mi arrepentimiento de la manera más pura y vergonzosa para mí. Me quedé en mi salón al menos los primeros 10 minutos, Lucas me acompañaba anqué no entendía por qué no quería estar en el patio. Obviamente no le iba a contar sobre mi situación, tenía miedo de que se enojara y con toda razón.

-No quiero sonar insoportable, pero quiero saber qué hacemos aquí en vez de estar en el patio. - Ya era la segunda vez que me lo decía.

-Ya te dije que hoy no quiero salir, pero tu si quieres puedes ir, yo me quedo.

-Es que, tiene que haber una razón, por favor. - Puso cara de perrito mojado mientras juntaba las manos. - Quiero saber.

No aguante a empezar a contar que ya estaba llorando.

-En tu fiesta, Marshall me estaba hostigando con palabras e indirectas, me dijo que había terminado con Samuel y que deseaba que nosotros teníamos que tener la despedida que no tuvimos. - Estaba calmado, pero seguía llorando. - Le dije que no, que la única despedida que tuvimos fue lo bastante buena para mí. Pero yo había estado bebiendo vodka y en una de esas agarradas de las que cada tanto me tenía que soltar, me deje llevar...

-Nunca tomaste vodka en tu vida, por qué justo ese día, por qué no me buscaste, Dylan por favor te hubiéramos ayudado. - Luca estaba preocupado, me hablaba con un tono tranquilo, sin parecer juzgarme. - Terminaste durmiendo con él, ¿verdad?

Ahora si no estaba calmado, lloraba mucho más.

-Lo siento, no estaba pensando claramente y no entendía que sucedía realmente y yo lo extrañaba tanto que mi subconsciente no lo dudo, yo me había prometido jamás, jamás, jamás volver a él, pero no pude resistirme. - Estaba desconsolado, frenético. Luca me abrazaba, pero yo estaba impotente, me odiaba. - Lo peor de todo, es que estoy seguro de que ellos no terminaron, me metí con él sin averiguar si realmente lo habían hecho, soy un imbécil, me convertí en la persona que tanto odio y jure nunca ser.

Una persona infiel era actualmente una de las cosas que más odiaba, mucho tiempo estuve ciego, pero había entendido que odiaba a ese tipo de personas.

Ahora era una de ellas.

-No te martilles, te engatuso, te mintió y luego te uso. Por favor no te veas con odio, no lo hiciste queriendo arruinarlos, te engaño otra vez, Marshall te dijo que estaba soltero y que quería una despedida, tu como el ser humano que eres caíste en su trampa y pasaste a ser otra de sus víctimas. - Me sostenía fuerte, yo no dejaba de llorar.

- ¿Estuviste con Marshall?

Ambos nos separamos asustados al escuchar una voz conocida. Samuel nos veía desde la puerta del salón, no sabría decir cómo se veía porque mis ojos estaban llenos de lágrimas.

-Samu, por favor no lo condenes. Primero hablen.

Dejo de abrazarme y puso sus manos en mi rostro, limpio mis lágrimas y se levantó para irse, también abrazo a Samuel y por fin se fue.

-Perdón. - Era lo único que pude decirle.

-Creí que todo lo que decían de él no era totalmente cierto. - Se sentó a mi lado, de su bolsillo saco pañuelos desechables y me los entregó.

-Gracias. - Trate de sonar normal. - ¿Qué era lo que decían?

-Básicamente que era un hombre trola y que solo le importaba poder tener a cualquiera en su cama. Al principio le creí, me dijo que era mentira, que jamás te había engañado y que nunca estaría con alguien más que no fuera su pareja. Obviamente fue todo un engaño, solo mira cómo te dejo a ti. - Sentía que su mirada era de pena, pero de una pena lastimosa, de las sinceras.

-Lamento que a ti también te haya mentido, lamento no haberme resistido. Perdón, porque jamás debí haberle creído y menos haber caído. Seguro te lastime y no aguanto sentirme tan culpable, yo no quería causarte mal. - Imploraba que me aceptara las disculpas. Por dentro tenía pánico de que me odiara.

-No pidas disculpas, yo tenía el presentimiento de que esa noche él iba a estar con alguien. No te tortures, si quieres escucharlo y sentirte mejor contigo, yo te perdono.

- ¿Por qué?

-Porque puedo entender lo difícil que es para ti, no todo se olvida de la noche a la mañana y ademas, Marshall nos mintió, a ti esa noche te dijo que ya no estaba conmigo y te endulzo hasta terminar juntos y a mi esa noche me dijo que ya no quería saber nada tuyo, y que no guardaba más que un sentimiento de odio hacia ti.

Me lance a sus brazos, sentía mucha pena por Samuel porque era tan puro y tenía un corazón enorme. Estuvimos un ratito abrazados, yo le decía que lo sentía mucho y que si necesitaba de alguien que no dudara en buscarme a mí y a mis amigos. Al final, ambos habíamos sido atrapados por una persona que solo nos usaba y que no le importaba lo que nos causaba.