Nos levantamos de la siesta, ya era tarde y mi padre invito a Kiren a cenar y a quedarse a dormir. Al principio le dio vergüenza, pero termino aceptando. Llamo a sus padres ya que debía avisarles que no iba a ir a su casa. Preparamos la cena junto a Jessica y luego de comer preparamos pop e hicimos una maratón de Harry Potter.
La estábamos pasando bien, estábamos acostados disfrutando del snack, la escena se veía tan linda que agarre mi celular, me acerque a Kiren y nos tome una foto, ambos salimos sonriendo de lo más felices. Todo ese tiempo que pasamos juntos me hizo olvidar de lo mal que me estuve sintiendo todos estos meses, estar ahí, nada más que viendo películas que nos gustan y pasando el tiempo me alegraba de una manera que no sabría explicar.
Publique la foto y etiquete a Kiren, creo que de todas las fotos que tenemos juntos, esta es la más reciente y la más bonita. Me daban ganas de crear un tablero de fotos en la pared y poner las fotos de todos mis amigos. Bueno, tendría que poner solo la foto con él, el resto ya no sé nada.
Fue difícil darme cuenta de eso, no quería aceptar que ni Luca, ni Samuel, ni nadie del grupo quería pasar tiempo conmigo. Luca se puso de novio con esa chica del grupo de Samuel y desde entonces no me ha contestado los mensajes, me ignora en los recreos, he intentado acercarme a hablar, pero solo me mira y se aleja. Con Samuel no se ni porque dejamos de hablar, pero nuestras conversaciones cada vez eran más escasas hasta que simplemente dejamos de tenerlas. Y el resto del grupo, si me preguntan, jamás fuimos amigos tan cercanos, a veces nos saludamos con un movimiento de cabeza y listo.
No fue fácil de sobrellevar, pero en parte fue algo rápido de digerir, estaba tan concentrado en pasar de año y en averiguar sobre mi ex, que no me di el tiempo de pensar realmente cual fue el problema. No digo que jamás me he puesto a pensar en ellos, pero desde el primer día que Luca me dio vuelta la cara cuando me acerqué, decidí alejarme. Estaba cansado de que me terminaran excluyendo y que después tuviera que andar rogando por su amistad, si a ellos no les nacía, a mí tampoco.
Ahora estaba mejor, si bien solo contaba conmigo y supongo que ahora, con Kiren. Deseaba salir y conocer personas nuevas, amistades nuevas, no se quería sentirme diferente, pero de alguna manera igual que antes.
A la mañana siguiente mi papá nos dejó en la puerta del colegio, al bajar nos encontramos con Marshall en el portón de la entrada.
-Buenos días. - Nos saluda de manera seca y le devolvemos el saludo. - ¿Vienen juntos?
- ¿Y eso a ti qué? Deja de estar molestando que queremos entrar. - Kiren se encontraba molesto porque no nos dejaba entrar, después de todo seguía enojado con él.
-Vaya, parece que alguien se levantó de malas. - Dirige su mirada hacia mí. - ¿Que acaso no lo consentiste bien ayer? No hiciste bien tu trabajo. - Genial, ahora me estaba tratando de puto regalado. Kiren intento agárralo, pero me adelante y lo tome del brazo, intente ignorar a Marshall y me lleve a Kiren conmigo. - ¡Pobre Kiren, ya ninguna de sus putas lo atiende bien!
No quería seguir escuchando, no sé qué fue ese cambio de humor conmigo cuando veníamos tan bien, quizás no pensé en las consecuencias de la carta. Tenía que salir afectado solo Marshall, no Kiren y yo. Pero así es él, te arrastra en sus desgracias. O tal vez yo nos arrastraba.
En todo caso, si tenía problemas ajenos con Kiren, no tenía que tratarme de prostituto enfrente del colegio, que descarado, si el puto siempre fue él, me ardía la sangre de lo hipócrita que era. Iba a disculparme con Kiren, necesitaba que supiera que no era las cosas que podía decir Marshall de mí.
-Perdóname, no quería que Marshall dijera esas cosas.
-No pasa nada, esta todo bien, de verdad. - Nos paramos antes de entrar en mi salón. - No quiero que sobre pienses las cosas que dice.
-Gracias. - Mi corazón estaba estallando. - Pero igual me siento mal, lo grito enfrente de todos, te hizo quedar muy mal.
-No fue tan grave, yo sé perfectamente sus jueguitos, solo me da rabia que sea tan imbécil. Pero no te preocupes, el único que queda mal es él, por escandaloso. - Hizo un ruidito con la lengua a modo de burla que me hizo mimitos al corazón. Me abrazo repentinamente y obvio yo le correspondí, nos despedimos y cada quien fue a su clase.
En mi salón, no había tantas personas, una de ellas era Luca. Lo vi al entrar, no le despegue la mirada hasta que me senté en la fila de alado a él.
Como cambian las cosas, él había venido a mi pidiéndome disculpas por no dejarme hablar, por no darme a explicaciones, y ahora nos veíamos como si el mundo se pudiera prender fuego con nuestras miradas. No lo odia; estaba decepcionado de alguien que alguna vez dijo que era el mejor amigo que podía tener, estaba enojado con alguien que me hacía sentir conforme, cómodo y feliz, que me prometía estar conmigo en todo, y que al final tiro todo el esfuerzo, el cariño y la dedicación que le di a esa amistad, como si yo jamás hubiera estado presente, como si no lo hubiera apoyado incluso cuando no podía con mi propia vida. Quizá tenía odio hacia mí mismo por no haber insistido en hablar con él hasta que me aceptara.
No me había dado cuenta del momento en que Luca se levanta y se sienta frente a mí; pero ahí lo tenía, con una cara desgastada probablemente vendría a decirme algo de la clase o de los profesores, cualquiera de esas, no me importaba.
-Luca. - Llame seco.
-Hola. - Él no sonaba como yo, sonaba amigable.
- ¿Sucede algo?
-Si, quisiera que habláramos. - Si, mi cara seria se convirtió en una cara de enojo. - ¿Por favor?
- ¿Ahora quieres hablar? Genial. - Resople con fastidio, era el colmo, cuando no lo quería cerca, volvía. Al final todo eran iguales.
-Solo si quieres. Quisiera disculparme contigo, pero necesito hablarlo en otro lado. - ¿Disculparse? ¡Al fin!
-Bien, en el primer recreo voy a estar en el comedor. - Corte la charla con eso, empecé a sacar mis cuadernos dándole a entender que podía retirarse.
Quería oír que tenía para decirme, necesitaba saber de qué se iba a disculpar. Estaba preparado para cualquier cosa.
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Justo donde te deje.
Roman d'amourIdas y vueltas sin saber que camino elegir, si dejarte ir o dejarte seguir. Dylan termina su relación con Marshall. Tienen recaídas y vuelven a ellos en varias ocasiones, no entienden sus sentimientos y mucho menos sus acciones. Pero su vida cambi...