Seguía abajo de la lluvia, ya había dejado de llorar, pero me sentía como la mierda. Pase las dos horas allí, sentado vaciando mis lágrimas. Otro recreo venia, el timbre sonó, pero salieron pocas personas, iban al kiosco. Ya no tenía hambre, miraba a las personas comprar sus donas y ya no sentía emoción en ir a comprar también.
Me levante y camine por los pasillos hasta llegar a mi salón. La poca gente que salió me veía sin entender por qué estaba tan mojado si la lluvia ya se había calmado. Iba cabizbajo, no quería ver a nadie, solo quería agarrar mis cosas y llamar a mi padre o a Jessica para que pasara a buscarme.
Entre en mi clase, obvio la mayoría estaba allí, Luca me vio y se acercó corriendo hacia mí.
- ¿Qué paso? ¿dónde estabas? ¿estas bien?
-No pasa nada, es simplemente el idiota de Marshall que no deja de hacerme la vida infeliz. - Empecé a guardar mis cosas.
- ¿Te hizo algo? No me digas. - Me agarro de los brazos y me dio vueltas para todos lados para inspeccionarme. - Dime, ¿te lastimo?
-No, físicamente no. - Mire mi entorno, no quería hablar de esto acá. - Voy a llamar a Jessica para que venga a buscarme, supongo que está en casa. Luego te llamo y te cuento bien, ¿sí? Estoy bien, tranquilo. - No era raro que se preocupara, al fin y al cabo, somos amigos desde hace años y Marshall es un tema del que preocuparse.
-Está bien, le diré a los profes que te sentías mal. - Llame a Jessica y ella me dijo que podía pasar por mí. Luca me acompaño con su paraguas hasta la entrada. Como éramos de último año ya nos dejaban salir con más libertad, solo tuve que explicarle al portero que había tenido un accidente en la lluvia y que debía irme. Me despedí de Luca y me subí al auto.
-Hola. - Saludé apenas me subí en la parte delantera del auto, lo cual era algo raro porque siempre que Jessica venia por mí, yo me sentaba atrás. Hoy no tenía ganas de ser seco con ella, la pobre no tenía la culpa de nada y yo no hacía más que ignorar el hecho de que era novia de mi papá.
-Hola, ¿estas bien? - Yo sé que ella se preocupaba por mí, aunque lo hacía en silencio.
-No, de hecho, estoy muy mal. - Mi voz salió bastante sin ganas, hable bajo, pero lo suficiente para que me escuchara.
- ¿Quieres hablar conmigo?
- ¿Podemos hacerlo al llegar a casa?
-Si, no te preocupes, hablaremos cuando tú quieras. - Ella siempre fue amable conmigo, debería de empezar a ser más amable, siempre fui educado, pero no lo suficiente como para crear un vínculo super cercano. - ¿Quieres poner música?
-Si, gracias. - Conecté mi celular y puse mi playlist favorita, era una playlist que habíamos creado con Luca para esos días que mi papá nos llevaba de vacaciones. A Jessica le encantaba esa playlist porque había canciones que le gustaban mucho. Por eso decidí ponerla.
Ya en casa me apresure a tomar una ducha caliente, no quería enfermarme muy fuerte tampoco. Mientras me bañaba pensaba en todo lo que sucedió hoy, seguía sin medir las consecuencias de mi venganza, aunque siento que lo que le pasa a Marshall es más allá de la carta. No sé, la próxima semana tendría que tener más cuidadoso.
Terminé en el baño y luego de cambiarme me dirigí a la cocina a preparar un café. Jessica se encontraba allí preparando algo de comer, hoy era su día libre por lo que se quedaría en casa toda la mañana. Entre dándole una sonrisa amable y en total silencio prepare mi café.
- ¿Quieres que haga hamburguesas para el almuerzo?
Si había algo en lo que Jessica destacaba más, eran sus hamburguesas.
-Si, ¡hoy es de esos días para comer las más deliciosas hamburguesas! - Ella me miro feliz, yo sabía que no era por el elogio a su comida, era por mi ánimo. - Quiero ayudar a hacerlas, ¿puedo?
- ¡Claro que puedes! Pero necesito que me acompañes a comprar las cosas. - Acepté y le dije que tomaba mi café y me abrigaba, y ya podíamos salir.
Estaba contento, no estaba forzando nada, todo me salía natural. Estaba cambiando por mí, por mi papá y por Jessica, estaba tratando de prosperar y ser mejor persona. Ya no quería ser ese adolescente que vivía encerrado en si y que solo estaba con su novio.
Nos encontrábamos en el supermercado, íbamos hablando de todo un poco. Mirábamos los precios y bromeábamos al respecto.
-Oye, ¿puedo preguntarte algo?
-Claro, dime.
-Ese chico, que se quedó anoche, ¿es tu amigo o son algo más?
Ella tenía su mirada en mí, era una mirada tranquila, me trasmitía confianza.
-Es mi amigo. Pero creo que me gusta. - Me daba un poco de vergüenza admitirlo. - No se es raro, he descubierto sentimientos hacia él, pero tengo miedo de estar confundiendo todo.
-Entiendo. Si hay algo que puedo decirte, es que te tomes tu tiempo para analizar todo lo que sentís. Haz una lista de los momentos en lo que surgen esos sentimientos, ahí veras si es solo confusión o si de verdad lo sientes.
- ¿Como seria eso?
-Mira, escribes en una libreta todas las veces que te sientas así con él, en todas las situaciones. Cuando las analices, te darás cuenta si esos sentimientos aparecen cuando hay una situación en donde solo necesitas contención, cotidianidad y cariño, o si aparecen solo cuando existen situaciones donde sentís admiración o algún tipo de apago que no necesariamente es amor. ¿Comprendes lo que digo?
-Si, es complejo, pero supongo que sirve.
-Por experiencia propia, te digo que sirve mucho, sobre todo para aclar tu mente.
No hablamos más del tema y seguimos comprando lo que faltaba. En el camino a casa me puse a pensar en todas las veces que me sentía así con Kiren, eran muchas y todas en escenarios distintos. También pensé en un pros y contras, pero solo había pros.
No necesite hacer mucha cosa, pude entender que, en efecto, Kiren me gustaba. No solo físicamente, me gustaba como era conmigo, como se preocupaba por mí, me gustaba que pudiésemos compartir nuestros gustos, que las cosas que yo amaba él no las juzgaba. Me gustaba como podía dejarme entrar en su vida sin la necesidad de esconderse, amaba como podía entretenerse hablando con mi familia, como les agradaba. Me encantaba su pelo y la forma en que sus ojos podían cambiar de color según la ropa que usara. Amaba cada parte de él.
Pero tenía miedo. Estaba asustado de enamorarme de alguien luego de tantos años en una relación anterior, tenía miedo de terminar lastimándolo.
Quería hablar con Kiren, necesitaba aclarar todo. No quería usarlo, jamás podría hacerlo, no estaba en mi ir con gracia, sabía perfectamente que dejaría que me derrumbaran antes que hacerlo yo. No me permitiría hacerle daño intencional a él, ni siquiera quería pensar en que podría hacerlo sin darme cuenta.
Solo quiero levantarlo y nunca dejarlo ir. No quiero pensar en nadie más ahora que pienso en él.
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Justo donde te deje.
RomanceIdas y vueltas sin saber que camino elegir, si dejarte ir o dejarte seguir. Dylan termina su relación con Marshall. Tienen recaídas y vuelven a ellos en varias ocasiones, no entienden sus sentimientos y mucho menos sus acciones. Pero su vida cambi...