Capitulo 8: Pero te amo tanto.

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Fuimos a la casa de Marshall, yo no tenía mi uniforme así que Lyna me presto el de su hijo. Sali de bañarme y cuando me fui a poner el uniforme, me di cuenta de que me quedaba mucho más grande, pero no podía arreglarlo así que no me importo. Por suerte el viernes cuando llegue a esta casa, traje mi mochila con los cuadernos de ese día, o tendría que usar todo de Marshall y ya seria sospechoso.

Después de desayunar y lavarme los dientes, fui a la parada del bus y tomé uno hasta la secundaria. Estaba llegando en hora por lo que cuando entre en la secu, había pocas personas.

En mi salón estaban dos de mis amigos de curso y Luca hablando amigablemente, cuando deje mis cosas en mi lugar y me acerque a saludarlos, me miraban con confusión.

- ¿Qué pasa?

-Es raro verte temprano. - Dijo Luca.

-Si y también tu uniforme esta raro. - Mi amigo Felipe inclino la cabeza tratando de entender que pasaba. - ¿De dónde venís?

Era increíble la habilidad para entender nueva información que tenían.

-Vengo de casa. - Trate de que no sospecharan. - Papá me compro otro uniforme porque el mío se achico en el secarropa. - Gran excusa, no era la primera vez que algo así me pasaba. - Pero se equivocó de talle, ya saben, no me conoce ni un poquito. - Sonreí fingiendo estar inconforme con mi padre, no iba a decirles la verdad del uniforme.

- ¿Y por qué tiene una "M" en el costado del cuello?

Que infelices, empezaba a detestar las peguntas.

-No sé, supongo que lo compro en alguna tienda de esas de segunda mano.

- ¿Venden uniformes de esta secu?

-Ay no se Luca, la compro más grande y ya, que es lo extraño. - Si, ya estaba enojado. Pero no por ellos, por mí, por no saber mentir bien.

-Bueno, bueno. Pero ¿por qué tan temprano?

Señor, hoy los habían picado los mosquitos de las preguntas.

-Me trajo Jessica. - Nadie pregunto más nada luego de decir su nombre, a todos les cae mal y prefieren ignorarla. Seguimos hablando de cosas triviales hasta que toco el timbre y cada quien se fue a su salón y a sus asientos. Lucas antes de irse, quedo mirándome de una manera bastante rara, luego hablaríamos.

La hora del almuerzo fue bastante incomoda, sentía la mirada de mis amigos sobre mí, sentía que todos sabían de donde venia.

-Entonces. - Hablo Luca luego de que todos se hayan ido. - Estuviste con Marshall otra vez. - Quede en un estado de trance raro, era obvio que él iba a darse cuenta.

-No...- Como el cobarde que soy tartamudeé.

-Por Dios, no aprendes más. ¿Con que te agarro ahora?

-Con nada. No paso nada. - Trate de sonar convincente, pero no lo estaba logrando. Luca me miraba serio. - Bien, si, estuve con él, pero no paso nada de lo que pensas, lo juro.

- No sé si creerte. - Parecía estar decepcionado, no quería que me viera de esa manera. - No se tampoco si quiero escuchar qué paso, la vez anterior te hizo mierda, te uso. Dylan, ¿podes entender eso?

Solo pude asentir en respuesta, sabia por el tono de voz que estaba usando, que estaba muy en desacuerdo con la situación y también muy decepcionado. Pero era injusto, no quería escucharme, ¿cómo se supone que iba a explicar todo?

-¿No vas a escucharme?

Si, estaba a nada de llorar.

-No, no quiero. Pero lo que, si quiero, es que dejes de ir con él, contas con nosotros, ¿qué es lo que hacemos mal?

Y ahí se fue otro que me dejo solo, me dejo y me quede sentado juntando mis lagrimas con mis manos, ¿no iba a dejarme hablar? ¿no quería saber más? ¿por qué pregunta que está haciendo mal si al final va a dejarme así?

¿Qué estaba mal con Luca? Entiendo su frustración, de verdad que la entiendo, pero no me dio lugar a decir nada, solo dedujo cosas sin dejarme negarlas o confirmarlas.

¿Qué estaba haciendo yo mal?

Decidí seguir con mi día, en los recreos que seguían me quedé en mi clase, completamente solo, porque a ninguno de ellos les pareció raro que no saliera. Y otra vez estaba sentado juntando mi llanto mientras me atragantaba con una manzana. Pensaba en todo, en porqué de la nada todo estaba mal en mí, en por qué ninguno de ellos se acercó a verme al salón y en por qué todavía me aferraba a Marshall. No me entendía, lo hacía por Lyna, pero lo hacía también porque en esa casa, con ellos dos, me sentía menos solo, me sentía más productivo, más responsable...

Me fui a la casa de Lyna una vez verifiqué que todos mis amigos se habían ido, no me los quería cruzar, sentía muchas cosas, sentía dolor, dolor por ser rechazado por mi mejor amigo, sentía tristeza, tristeza por pensar que ya se estaban rindiendo conmigo, sentía vergüenza, vergüenza de no soltar a Marshall de una vez por todas.

Tenía miedo, miedo de perder. Llegue a la casa, salude a Lyna, subí a cambiarme y nos fuimos para el hospital.

Cuando entramos, el doctor que atendía a Marshall nos llamó.

-Hola, buenas tardes. - Ambos le devolvimos el saludo. - Tengo buenas noticias.

- ¿De verdad?

Lyna empezaba a emocionarse.

-Si, tenemos los resultados de los exámenes de sangre. Su hijo está bien, no tiene nada más que provoquen los ataques, a excepción obvio de los golpes que recibió y el hecho de que no fue tratado a tiempo. Pero luego de eso, parece estar bastante sano, por lo que, hoy mismo le daremos el alta.

Estábamos contentos, le agradecimos al doctor y Lyna se adelantó con él para ir firmando el alta, yo por mi parte, le fui a dar la noticia a Marshall. Solo toque dos veces la puerta para poder entrar.

-Buenas tardes, traigo buenas nuevas. - Entre eufórico.

- ¿Qué tal? ¿qué sucedió?

- ¡Te dan el alta hoy!

- ¿Sí?

No tenía ni una pizca de emoción.

-Si, ¿qué pasa, estas bien?

-Si, pero no quiero irme.

- ¿Por?

-Porque dejaras de visitarme y no quiero ser más egoísta de lo que fui, pero no quiero dejar de verte.

-Marshall, literalmente estoy viviendo en tu casa, me pelee con mi padre para poder visitarte, ¿y aun así crees que voy a dejar de hacerlo? No digo que lo haría todos los días, pero no voy a dejar de hacerlo, por lo menos no hasta que mejores.

Marshall estaba llorando, ¿llorando? ¿Marshall?

- ¿Por qué lloras?

- Porque no lo merezco, no deberías ni querer estar cerca de mí, pero lo estas. No lo entiendo, te mentí, te engañe, te use...

-No significa que deba ser mala persona contigo y dejar a tu madre a la deriva, lo que te está pasando es algo grave, créeme que si la situación fuera otra, yo no hubiera aceptado las llamadas de Lyna.

Creo que en el fondo lo hacía porque todavía lo amaba.

Te amo tanto, Marshall, que mis amigos ya me soltaron las manos. 

Justo donde te deje.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora